La agencia Standard & Poor's (S&P) confirmó hoy que mantiene su calificación "BBB-/A-2" para la deuda a largo y corto plazo de Hungría, con perspectiva negativa, por considerar que los planes económicos de Budapest tienen un potencial positivo, pero hay dudas de que los cumpla.
Se trata de los "ratings" para la deuda soberana tanto en moneda nacional como extranjera, que quedan así entre "calidad aceptable media", con cierta sensibilidad al entorno adverso (BBB-) y "calidad buena, media alta", con moderada sensibilidad al entorno adverso.
También se mantiene la nota sobre el riesgo de convertibilidad y transferencia de Hungría, en "A-" (parecida a A-2).
"Las calificaciones de la República de Hungría reflejan nuestra visión de un potencial de mejora del pronóstico de crecimiento económico a medio plazo" si se aplica el programa de reforma de gastos anunciado en marzo de 2010, explica el analista Trevor Cullinan en un comunicado de S&P.
Según las estimaciones de la agencia calificadora, si ese plan se lleva "ampliamente" a la práctica, tal y como pretende el Gobierno magiar, "debería compensar significativamente el impacto negativo de los impuestos anunciados previamente por el gobierno para los sectores financiero, energético, telecomunicaciones y de comercio minorista".
Al mismo tiempo, la "perspectiva negativa" se debe a la opinión que "el Gobierno puede no querer o no poder cumplir con el 60 % del programa de reformas estructurales".
"Podríamos rebajar las calificaciones si creemos que se debilita el compromiso del Gobierno" con las reformas planificadas para apoyar el crecimiento, advierten los analistas de S&P.
Pero también es posible que se mantenga la calificación e incluso que se revise la perspectiva a "estable" si el Ejecutivo magiar "hace uso de su fuerte mayoría en el Parlamento para abordar de forma activa algo de lo que vemos como viejos impedimentos de Hungría para el crecimiento económico", añaden.
Para mejorar la "nota" al país centroeuropeo, la agencia esperará a que los pronósticos apunten a que la alta deuda pública comience a declinar mediante las reformas.