Un tercio
de las gasolineras francesas no podían vender esta mañana combustibles por la
falta de aprovisionamiento causada por las protestas ante la reforma de
pensiones en Francia.
La Unión de
Importadores Petroleros (UIP), que reúne a las gasolineras independientes,
reconoció que la situación había empeorado respecto a ayer, cuando el Gobierno
admitía problemas en una cuarta parte de las estaciones de servicio, y estimó
que eso significaba que la tercera parte carecían de combustible.
La UIP,
como la Unión Francesa de Industrias Petroleras (UFIP), -que agrupa a los
grandes grupos del sector-, insistió en que la situación debía mejorar a partir
de esta tarde, con la vuelta al trabajo de miles de camiones cisternas, que
ayer habían tenido que parar por el descanso dominical.
La escasez
de carburante no era homogénea en toda Francia, ya que mientras en las zonas
fronterizas muchos automovilísticas cargaban sus depósitos en los países
limítrofes, de donde llegaban también importaciones masivas, en el oeste había
departamentos (por ejemplo en Bretaña) en los que alrededor de la mitad de las
gasolineras se habían visto obligadas a cerrar.