El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, culpó
del castigo que vivieron ayer los mercados financieros a "movimientos
especulativos" por parte de inversionistas que "buscan beneficios a
corto plazo".
Los temores sobre los problemas de la deuda soberana en
España, Portugal y Grecia dieron que la vuelta al mundo y provocaron un
desplome del 6% en el Ibex. Wall Street perdió anoche un 3% y los mercados
asiáticos cerraron con descensos de 2,5%.
Antes de despegar desde Washington hacia Madrid, el
presidente del Gobierno español ha culpado con esas palabras, en declaraciones
a una televisión americana, a los especuladores de la presión vendedora que ejercieron
ayer sobre la renta variable.
Las advertencias de los analistas sobre la posibilidad de
que la quiebra de griegos y portugueses acabe arrastrando a la economía
española genera mucho nerviosismo. Más aún si se tiene en cuenta los elevados déficit
que comparten las tres. En el caso español, del 11,4% del PIB a cierre de 2009
y con una previsión del 10% para este año. A esto hay que sumar la prima riesgo
de España, que hoy superó de nuevo los 100 puntos básicos tras la emisión de
deuda llevada a cabo por el Tesoro.
Con este escenario, los inversionistas salieron ayer en
desbandada de España. La prima de riesgo volvió a superar los 100 puntos
básicos, después de una tensa emisión de deuda del Tesoro. Las alertas sobre la
economía española saltaron al primer plano internacional, y las desinversiones
restaron 22.400 millones (US$ 30.608 millones) de capitalización al Ibex,
desplomado un 5,94%. En su peor jornada desde noviembre de 2008, la bolsa
española cayó a mínimos desde julio. Las constructoras y los bancos lideraron
un descalabro que duplicó al del resto de Europa.