Luego de que el Senado de Brasil aprobara por mayoría suspender a la presidenta Dilma Rousseff, lo que viene por delante mantiene en tensión tanto a los mercados, políticos, como también deportistas y turistas.
Porque mientras pasen los 180 días en los que será reemplazada por el vicepresidente, Michel Temer, se llevarán a cabo varios acontecimientos que podrían definir qué va a suceder con la crisis política y económica que azota al gigante de la región.
Rousseff no se rinde (¿o sí?)
Quien hasta ayer se mantenía como máxima autoridad en Brasilia, ha repetido hasta el cansancio que no abandonará su lucha por mantenerse en el poder. Sin embargo, se espera que cuando entregue su declaración a los medios -una vez notificada de la decisión de la cámara alta-, a las 10:00 AM, y se reconozca como la "víctima de un golpe de Estado" frente al palacio presidencial de Planalto, según ha trascendido, volverá a su residencia oficial, la cual mantendrá, al igual que su sueldo y otros beneficios del cargo. Y pese a que todavía se mantiene todo dentro de la especulación, no se descarta su renuncia a la jefatura y así llamar a elecciones anticipadas. Todo, con tal de que Temer no la reemplace en su puesto.
Llega Temer y se hace acusación
Ya en horas de la tarde se estima que llegaría el ex socio político de Rousseff a Planalto, quien comenzará inmediatamente a nombrar a los ministros de su gobierno -después de que un juez del Tribunal Supremo negara ayer la solicitud por el Partido de los Trabajadores de Rousseff de negarle ese derecho-. Temer se mantendría hasta las próximas elecciones, en 2018.
Luego, en las próximas semanas, una comisión del Senado elaborará la acusación por los cargos de que se violaron las leyes de responsabilidad fiscal, mediante el uso de fondos de los bancos estatales para cubrir un déficit presupuestario. Se esepera que el juicio dure en total seis meses, tras lo cual, si se recibe la aprobación por dos tercios del Senado, Rousseff perderá la presidencia y le estará prohibido ejercer cargo público alguno por ocho años.
Sigue la investigación
Por otro lado, la investigación por corrupción multimillonaria que se ha centrado en el gigante petrolero Petrobras, continuaría dando resultados. Las diligencias han logrado vincular a decenas de líderes políticos, entre ellos el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, además de suspender al presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, quien, paradójicamente dirigió los esfuerzos para acusar a Rousseff. También se vinculó al líder del Senado, Renan Calheiros; y el ex presidente y actual senador Fernando Collor de Mello, quien a su vez ya había renunciado a la máxima jefatura, también por un escándalo de corrupción, en 1992. Cabe recordar que Rousseff - hasta ahora no está directamente vinculada a Petrobras - fue acusada del obstrucción a la justicia por el fiscal general del país, lo que podría implicar, incluso, que pase un tiempo en la cárcel.
Los mercados reaccionan
Los mercados internacionales ya venían anticipando este resultado, llevando a que el real se apreciara casi 15% en lo que va de 2016, con la esperanza de que Temer cambie las políticas económicas del gobierno. Se espera que Henrique Meirelles, ex presidente del Banco Central, sea el nuevo ministro de Finanzas y cumpla un programa de austeridad. Pero no será fácil. La economía se contrajo un 3,8% en 2015, registrando su peor desempeño en 25 años, y el país se prevé que podría vivir su peor recesión desde 1901.
Temer no canta victoria
Una cosa es llegar a Planalto, pero otra es mantenerse y ser legitimado. Las encuestas muestran que una mayoría de los brasileños quieren que el político de 75 años de edad, quien ya fue condenado a pagar una multa por violar los límites de financiación de campaña, también sea sometido a juicio político. Y ¿quiénes declaran que votarían por él en las elecciones presidenciales? Apenas el 2% de la población.
No se salvan ni los Juegos Olímpicos
En medio de esta crisis política sin precedentes, Río de Janeiro será la sede de los Juegos Olímpicos, que comienzan el próximo 5 de agosto. E incluso este evento deportivo ya se ha comenzado a ver atrapado en el escándalo Petrobras, por dudas sobre el financiamiento y construcción de recintos para llevar a cabo las pruebas. Además, el gobierno del estado de Río ya se enfrenta a su propia crisis presupuestaria, provocada por los bajos precios del petróleo, y está luchando para pagar las pensiones y los empleados.