Sensato, adecuado y que da respuesta a la necesidad de subir las pensiones actuales. Esos son los atributos que el economista y exsuperintendente de AFP, Guillermo Larraín, ve en la reforma a las pensiones que está preparando el gobierno y que le permiten considerar que, en general, se trata de un buen proyecto, aunque mejorable en el Congreso. Esa misma mirada es la que no le permite entender, dice, la reacción que han tenido las AFP.
“Hay un consenso, que viene incluso desde el gobierno de Sebastián Piñera, de que es necesario incrementar la cotización en torno al 5%, que es lo que se está materializando ahora. También es bastante claro que si el problema es que las pensiones actuales son bajas, la única forma de incrementarlas es con un mecanismo distinto, porque las cuentas individuales con un 5% adicional las podrían mejorar, pero en un plazo bastante largo”, analiza.
- Entonces, ¿le parece bien?
- Me parece un proyecto globalmente adecuado.
- ¿Y que el 3% vaya a las cuentas individuales y 2% a un seguro colectivo?
- No he logrado ver cómo quedará estructurado eso porque se han dicho cosas que parecen un poco contradictorias, como que hay un 3% que va a un ahorro colectivo pero heredable, lo que es raro.
Del 2%, hay una parte que va a la mujer, lo que me parece adecuado y mejor que simplemente utilizar tablas de mortalidad distintas. Otro componente interesante es el de solidaridad intrageneracional, porque la idea es generar dentro del sistema una forma de ayudar a aquellas personas que tienen una densidad de cotizaciones muy baja, y esta es una forma de hacerlo. Es novedoso y atractivo. Lo que queda es más bien para redistribución y de seguro queda bien poco.
- ¿Qué le parece que se haya decidido no pasar ningún punto de este 5% a las AFP?
- Es bastante evidente que las AFP tienen un problema de credibilidad grande, que en muchas facetas es errado, pero que está y que las AFP deberían mirar en forma más realista y pragmática. Confirmar que el sistema de ahorro en su componente individual es valioso y que debe mantenerse, me parece que es un mensaje súper importante y pareciera que las AFP no lo valoran mucho. Están focalizando la atención en la parte que cambia y esa es una en la que ellas no pueden estar, porque las AFP no pueden redistribuir recursos de una manera distinta. Apoyar más a las mujeres que a los hombres es algo que debe hacerse desde el Estado y desde una visión de ciudadanía, en que estén todos los chilenos involucrados.
- ¿El proyecto legitima o cuestiona el sistema de AFP?
- Lo que hay es una decisión del gobierno bastante clara, un mensaje de que el ahorro es muy importante. Ahora, pienso que quienes administren el ahorro, incluso a nivel colectivo, tienen que ser entidades privadas. El Estado como gestor de ahorro se mete en un lío gigantesco, con conflictos de intereses que pueden aparecer por todos lados y con problemas reputacionales enormes, entonces es muy razonable que la gestión del ahorro esté en manos privadas. Hoy lo hacen las AFP y ha sido una administración profesional, seria, no ha habido ningún problema de desaparición de plata.
- ¿A qué se refiere cuando dice que el Estado puede meterse en un lío gigantesco?
- Si lo hiciera, y hay que ver el detalle, perfectamente se puede pensar que este ente público que va a gestionar el 5% es una especie de caja recepcionadora y reasignadora en función de los criterios que fije. Incluso, puede usar el back office de las AFP.
- ¿De las AFP?
- O pensar en el mercado en general. Puede licitar carteras. No creo que sea el Estado el que vaya a gestionar ese ahorro; de hecho, es mejor que no lo haga y que sí fije parámetros para las políticas de inversiones, que organice la licitación y la monitoree.
- En definitva, que el Estado sea el titular de la cuenta y que licite la administración del ahorro.
- Así es. Va a tener una cierta cantidad de dinero que se irá acumulando en esta cuenta de ahorro colectivo, pero no necesariamente tiene que ser el Estado el que compre los instrumentos financieros para hacerlo rentable. Eso perfectamente lo puedo delegar en un tercero privado, que pueden ser compañías de seguros, AFP o bancos.
“Hay que ponerse serios”
- El tema de los independientes no está abordado en el corto plazo, ¿qué opina de eso?
- Acá hay que ponerse serios de una vez por todas y hacer dos cosas que en países desarrollados ya hacen. Una, es que los trabajadores independientes tienen que cotizar, eso es una obligación y nosotros nos hemos estado haciendo los lesos, nos ha faltado carácter para enfrentarlo como corresponde. Lo otro, y en eso estoy en desacuerdo con la ministra del Trabajo, es que la edad de jubilación tiene que subir. Habrá que hacerlo de una forma no traumática para las personas que están a punto de jubilar, gradual, pero todos tienen que subirse al mismo carro. La única forma en que los países puedan dar jubilaciones altas, trabajando poco y viviendo mucho, es cobrando mucho impuesto y eso no cuadra.
- ¿Qué faltó en el proyecto?
- Echo de menos que se haya tomado más en cuenta el componente de seguro de longevidad. Está implícito en quienes tomen retiro programado, pero se puede ir más allá.
- ¿Es políticamente viable?
- Es un buen proyecto y genera algo que no entiendo con qué lógica las AFP critican, que es que las pensiones suban. Se cuestiona que es un año electoral, y bueno surgió porque de repente había un millón de personas en las calles pidiendo que no hubiera más AFP y sería absurdo que el gobierno fuera sordo a las demandas de la gente.
El gobierno está enviando un proyecto sensato, que da respuesta adecuada a las necesidades de la gente, respetando buenos principios de gestión económica y financiera. Hay cosas que pueden mejorarse en el Congreso, pero globalmente es razonable y el sector privado debería tomarlo de una forma más positiva.