Naciones con dinero para quemar, en combustibles fósiles

Por: | Publicado: Lunes 20 de agosto de 2012 a las 05:00 hrs.
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Como operador de tres aerolíneas que vuelan a todos los continentes, Virgin Group es un importante consumidor de combustibles fósiles. Reconociendo que las emisiones de carbono resultantes del consumo de estos combustibles están impulsando el catastrófico cambio climático global, mi papel como líder de la compañía es asegurar que Virgin ofrezca apoyo financiero a grupos sin fines de lucro que estén explorando energías renovables y buscando soluciones basadas en el mercado al cambio climático, como la Sala de Guerra contra el Carbono (Carbon War Room). También estamos invirtiendo en este campo nosotros mismos: una de nuestras aerolíneas, Virgin Australia, está trabajando en asociación con Dynamotive Energy Systems y Renewable Oil para desarrollar un combustible alternativo para jets que permita a nuestra flota mundial de aviones hacer la transición a la energía limpia. Esta innovación será buena para el planeta y, a largo plazo, podría impulsar la rentabilidad de las aerolíneas Virgin.



Con sólo escuchar los discursos urgentes de los dirigentes mundiales, se podría pensar que la mayoría de los gobiernos coinciden en que aun cuando no tenemos una alternativa limpia y sustentable a los combustibles fósiles que podamos implementar en gran escala actualmente, necesitamos encontrarla y ponerla en práctica rápidamente. Esto nos ayudaría a evitar las peores consecuencias del cambio climático, como los océanos moribundos y la extendida desertificación, que perjudicarán a la gente en todo el mundo, especialmente a los pobres.

Desafortunadamente, sin embargo, los recursos gubernamentales están fluyendo actualmente en la otra dirección: según un informe del Consejo de Defensa de los Recursos Nacionales, desde 2009 los subsidios globales a los combustibles fósiles casi se han triplicado a unos US$ 775.000 millones este año. Mientras tanto, el apoyo mundial oficial a la energía limpia es de míseros US$ 50.000 millones. Esta vergonzosa proporción de inversión -US$ 15 sucios invertidos por cada uno limpio- demuestra que la relación perversa entre el gran gobierno y el gran petróleo no ha cambiado, sino que sigue dando forma al futuro de nuestro planeta.

Esto significa que la innovación tecnológica de los emprendedores y sus esperanzas de crear nuestro futuro de energía limpia están siendo sofocadas. Los subsidios para el combustible fósil drenan los presupuestos gubernamentales, erigiendo un muro fiscal que bloquea el apoyo estatal para la energía limpia mientras protege los intereses de la industria petrolera.

Esta situación es bien conocida. El G-20 y docenas de otras naciones han prometido eliminar gradualmente estos subsidios. Pero persisten tres tipos comunes: los subsidios al consumo en las naciones en desarrollo, los subsidios al consumo en los países desarrollados ricos y los subsidios para los productores de combustibles fósiles.

Los últimos dos son inexcusables; las naciones ricas no ganan nada con subsidiar a las ricas compañías petroleras, gaseras y carboníferas o a sus propios consumidores. Estas compañías usan las contribuciones políticas y ejércitos de cabilderos para convencer con halagos a los gobiernos de ignorar las consecuencias: una crisis económica peor que la recesión reciente nos espera si estas naciones no suscitan el crecimiento en áreas que puedan estimular el crecimiento y crear empleos. Las grandes compañías petroleras como ExxonMobil, que en 2011 percibió más de US$ 40.000 millones, no toman las decisiones de contrataciones o despidos con base en los subsidios del gobierno, pero las compañías incipientes de energía verde contratarán más ingenieros y técnicos, más profesionales de la mercadotecnia y administradores si los gobiernos invierten en ellas.

Los subsidios al consumo son más comunes en los países en desarrollo que pueden permitirse menos esa ineficiencia. Para las naciones pobres, ofrecer combustible a sus ciudadanos a precios por debajo del mercado se ha vuelto una trampa debilitadora; cualquier intento de cambiarlos puede costar a un político una elección o causar disturbios. Sin embargo, la Agencia Internacional de Energía dice que sólo alrededor de 8% de los subsidios realmente benefician al 20% más pobre de la población. Los gobiernos desde India hasta Nigeria e Indonesia necesitan eliminar los subsidios al combustible y ofrecer inmediatamente al menos la mitad de lo ahorrado directamente a sus electores pobres a través de programas de desarrollo.

Virgin continuará desarrollando combustibles alternativos, y eventualmente nosotros y nuestros competidores encontraremos soluciones que se amplíen y se vuelvan competitivas. Pero aun cuando muchas empresas están tratando de dar la vuelta a la situación, los gobiernos pueden marcar la diferencia. Al gravar los combustibles fósiles y subsidiar los renovables, los gobiernos pueden inclinar el campo de juego hacia un futuro más brillante. Las inversiones estatales en innovadores proveedores de energía solar, eólica y bioenergía hoy nos darán grandes avances en unos cuantos años.

El tema es urgente. Por favor, exhorten a su representante parlamentario hoy para que presione a su gobierno para eliminar los subsidios a los combustibles fósiles para 2015.



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