"No creo que la ira sea una forma efectiva de gestionar"
Bloomberg News cumple 20 años como una organización antes centrada en las finanzas y que ahora se extiende a nuevas áreas.
Por: Equipo DF
Publicado: Miércoles 15 de diciembre de 2010 a las 05:00 hrs.
Por Andrew Edgecliffe-Johnson
Cuando Matt Winkler dejó su trabajo de reportero del mercado de bonos estadounidense para ayudar a Michael Bloomberg, el actual alcalde de Nueva York, a montar un servicio de noticias para su imperio de información financiera, citaba al personal a trabajar a las 3 am para escribir resúmenes de cada artículo en los diarios.
Dos décadas después, Bloomberg News tiene 2.300 personas en 72 países, su producción repartida en los terminales negros de "la Bloomberg", televisión, radio, Internet, revistas impresas, aplicaciones móviles y newsletters de iPad. Su expansión se ha acelerado con la adquisición de la revista BusinessWeek y el lanzamiento de productos especializados como Bloomberg Government y Bloomberg Law.
Pero la tarea de mantener coherente este imperio de noticias cada vez más difuso, descansa en gran medida en el mismo editor jefe que comenzó con apenas una docena de reporteros.
Ese es el tipo de afirmación que Winkler objetaría, no por modestia sino porque no se ajusta a la "Bloomberg Way", su conjunto de instrucciones plasmado en un manual para periodistas y editores, que rechaza en particular afirmaciones que no se apoyan rápidamente en datos duros. (El manual de la compañía también urge evitar la palabra "pero" e introducciones de más de cuatro párrafos).
Bloomberg News ha avanzado mucho, desde resúmenes de noticias hasta aspiraciones de influencia global. Hoy es un adolescente, con escaso sentido de su mortalidad, "a diferencia de otras organizaciones de noticias", dice. Pero cumple 20 años en un momento crucial, cuando su matriz da a entender que el servicio de noticias, subsidiado desde hace tiempo, ahora tendrá que pagarse solo. También llega a su aniversario como una organización antes centrada en las finanzas y que ahora se extiende a nuevas áreas, desde semanarios hasta una profunda cobertura de la toma de decisiones en Washington, lo que exige que su información apele a una audiencia mucho más amplia.
En la "era de la deuda"
Winkler dice que no ve conflictos entre mercados especialistas y generalistas. En nuestra entrevista, el menú de noticias principales en su enorme pantalla Bloomberg se abre con una exclusiva sobre el rol del Fondo Monetario Internacional en el rescate de Irlanda. "Los mercados están fluctuando en parte por esto", dice, mostrando la historia como evidencia de que vivimos en lo que llama "la era de la deuda".
Winkler describe el caos financiero de 2008 como "sin duda, el período más excitante para nosotros ... porque se podía demostrar que Bloomberg News tenía un camino propio".
Ese período también fue la base de una de las mayores luchas de Winkler por la transparencia, cuando presionó para que la Reserva Federal informara los detalles de los préstamos de emergencia que hizo a instituciones financieras en 2008. La petición de Bloomberg bajo la Ley de Libertad de Información fue negada, así que demandó. Los tribunales le han dado la razón tres veces: la Fed dejó su oposición, pero un grupo de bancos aún están apelando del fallo.
"La transparencia lo es todo. No se puede tener un sistema capitalista vibrante y no se puede tener una democracia funcional (sin ella)", dice. Bloomberg existe para iluminar rincones oscuros, comenzando con el alguna vez opaco mercado de bonos, agrega.
Hay una paradoja en escuchar esto de boca de un ejecutivo de una empresa privada que guarda celosamente sus detalles financieros, pero Winkler plantea una paradoja mayor. Hay "una lucha oscura, casi satánica" entre información y desinformación, señala, y demasiadas organizaciones informativas están financieramente agobiadas, incapaces de hacer el reporteo riguroso que se necesita para que la información prevalezca. Elude una pregunta sobre los modelos de negocios que podrían revertir esa tendencia, pero agrega que ve espacio para mejoras y crecimiento dentro del mismo Bloomberg.
Los observadores han descrito burlonamente la aplicación a veces furiosa de la Bloomberg Way por Winkler, reproduciendo memos destemplados que critican adjetivos sueltos o twiteos descuidados. Esas historias lo pintan como un tirano, que dirige una organización anacrónica, centralizada.
"La tiranía siempre es mala, de hecho. No soy fanático de los tiranos", comenta. "No se puede venir a trabajar todos los días y hacer lo que hacemos sin una pasión por excelencia, pero no creo que la ira sea una modalidad efectiva de gestión. Con los años he aprendido que somos más efectivos buscando maneras de inspirar a las personas".