Otra parrilla, pero no una cualquiera. El empresario y chef José Luis Merino, quien partió con El Ciudadano y después triunfó con Ciudad Vieja y el bar Mamboleta, acaba de inaugurar esta parrilla en calle Constitución, en lo que alguna vez fue el Amorío, al lado del Teatro Mori. Una parrillada con las brasas a la vista, amplia terraza y un segundo piso donde funcionará un bar, de sugerentes lámparas antiguas y de aterciopelado rojo.
La carne es la protagonista de este restaurante. Se trata de cortes exclusivos, más baratos y sabrosos que los que usted puede encontrar en una parrillada tradicional. Cortes únicos. Como el Delmónico, por ejemplo, que mezcla distintos cortes en uno. O la Tecla de Lomo, un trozo de 400 gramos que se encuentra justo a un lado de la cadera y tiene la gracia de la bendita grasa infiltrada, por $ 5.800.
Para acompañarlo hay zapallo dulce al rescoldo y queso de cabra ($ 2.500), pastelera a la mantequilla ($ 1.600) o milhojas de papas al romero. Afírmese que la carta está en rodaje, pero fiel reflejo de las influencias culinarias del dueño, aquí encontrará dos plastos uruguayos por excelencia: la Pamplona de Cerdo ($ 7.900) y el Lomo con Chimichurri de 350 gramos por
$ 2.500.
De postre hay Crème Brûlée tradicional, de mantequilla de maní, amaretto o expresso ($ 2.300), además de un Volcán de chocolate con mango y frambuesas ($ 2.500). Se vaticina con seguridad como un nuevo imperdible.
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