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REGÍSTRATE AQUÍEs una de las pocas mujeres directoras de empresas que existe en el país. Comenzó asesorando a pequeñas empresas familiares en temas tributarios y hoy participa en el sillón de varias firmas, incluida una filial de EFE.
Por: Equipo DF
Publicado: Sábado 16 de julio de 2011 a las 05:00 hrs.
por Cristián Rivas Neira
No es desconocido que todavía sea muy difícil encontrar mujeres al interior de los directorios de empresas chilenas. Incluso, los altos puestos ejecutivos -el paso que muchos definen como previo- sigue siendo dominado con ventaja por los hombres. Por eso, cuando nos topamos con una mujer inserta en estas lides, bien vale la pena sentarse a conversar detenidamente sobre su trabajo y, en particular, recoger la visión que tienen sobre el mundo corporativo.
Magdalena Brzovic (39) es en este caso nuestra protagonista. Se trata de una abogada de la Pontificia Universidad Católica, que hoy por hoy forma parte del estudio Pérez Donoso y Cía, y es a la vez directora de varias empresarias familiares y de la filial de EFE, Terrasur.
Ella cuenta que llegó al mundo de los directorios como consecuencia de la especialización que siguió tras terminar sus estudios superiores. Siguiendo un poco los pasos de su padre, el también abogado Franco Brzovic, decidió adentrarse en el mundo tributario, lo que reforzó con un magister en dirección y gestión tributaria en la Adolfo Ibáñez, y que fue uno de los puntapiés para comenzar a prestar asesorías, puntualmente en el mundo de los family office.
En esta área es donde encontró un abanico amplio de clientes, a los que asesora principalmente por el lado de la planificación hereditaria y la continuidad de las empresas familiares al mando de las nuevas generaciones.
Cuenta que este es un tema que ha calado hondo en los últimos años y no sólo entre familias con mayor patrimonio, sino que hacia aquellas con empresas de tamaño medio, las que buscan que su patrimonio no se diluya por el pago del impuesto a la herencia, que dicho sea de paso hasta ahora ha sido ampliamente criticado por distintos sectores, por las altas tasas que involucra.
Así fue como entre sus muchos clientes, aparecieron varias empresas agrícolas y proveedores de la minería, las que con el correr de los años le han pedido formar parte de la profesionalización que han ido introduciendo en su administración, pasando a formar parte de varios directorios muy distintos, donde incluso ha participado en decisiones tan relevantes como expansiones internacionales de compañías que no se habían dado el tiempo de evaluar cuáles eran los mejores caminos para su desarrollo futuro.
El paso a las grandes ligas
A eso había estado dedicada por más de una década, cuando el año pasado fue invitada por el Sistema de Empresas Públicas (SEP) para integrar el directorio de Terrasur, filial de EFE que maneja los servicios Santiago-Chillán y el ramal Talca-Constitución, que es muy utilizado por los pueblos interiores de la Séptima Región para el traslado laboral o a centros educacionales.
Dice que no ha sido una tarea fácil, sobre todo porque se ha encontrado con la problemática del qué hacer con esta sociedad, que al año pierde unos $ 5 mil millones y es ampliamente cuestionada. Cuenta que se están barajando varias opciones para el futuro de esta empresa, pero prefiere no adelantar mucho por el momento, porque todavía están en estudio. Aunque dice que pronto podría haber novedades.
Describe que en paralelo está participando en el trabajo que está haciendo el SEP de elaborar un Código de Buenas Prácticas en los gobiernos corporativos de las empresas públicas.
Aquí la idea es definir distintos criterios sobre lo que se espera de este tipo de cargos en el amplio abanico de empresas que integran este sistema y que van desde las portuarias y mineras, pasando por sanitarias, de transporte y otros servicios.
Este código partió antes del caso La Polar, pero se ha intensificado en sus definiciones a raíz de esto, y se espera que pronto sea difundido públicamente. Aunque claro, dice que hoy por hoy todos los directores se cuestionarán un poco el aceptar o no cierto tipo de cargos.