Brasil: oposición celebra 20 años del “Plan Real” y propone un nuevo cambio radical

Menor meta de inflación, ajuste fiscal y freno al gasto público, conforman su agenda electoral.

Por: | Publicado: Jueves 20 de marzo de 2014 a las 05:00 hrs.
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El seminario celebrado el 12 de marzo en el Instituto Fernando Henrique Cardoso (FHCI) en Sao Paulo, en conmemoración de los 20 años del “Plan Real” parece haber servido de base para el manifiesto económico de la oposición, el centrista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) para las elecciones de octubre.

Este fue el segundo de una serie de eventos organizados por el PSDB en que se conmemoró el Plan Real, que le puso fin a la hiperinflación y trató de modernizar el Estado brasileño. Una sesión especial se llevó a cabo en el Senado, en febrero, con la participación de Aécio Neves, senador y el probable candidato presidencial del PSDB.



Un nuevo 
hito fundacional


El evento se centró en las perspectivas de la política económica. Fue moderado por el ex presidente y peso pesado del PSDB, Cardoso (1995-2003), y contó con la participación del principal asesor económico de Neves, Arminio Fraga, quien se desempeñó como presidente del Banco Central de Brasil (BCB) entre 1999 y 2002, en conjunto con los principales arquitectos del Plan Real, como el ex ministro de Hacienda, Pedro Malan (1995-2002), y otro ex presidente del Banco Central, Gustavo Franco (1997-1999).

El mensaje principal expresado por los participantes fue que el Plan Real fue un momento decisivo a mediados de 1990, y que hoy se requiere otro cambio radical, ya que la economía se enfrenta a un “grave peligro” (dijo Fraga) debido a una erosión en el marco de las políticas macroeconómicas y una mayor intervención del Estado en la economía, que comenzó en la segunda administración del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-10). Según los participantes, la sociedad brasileña había expresado sus frustraciones mediante las protestas en las calles de mediados de 2013. La agenda PSDB que está tomando forma prevé un fortalecimiento del marco de la política macroeconómica, la reducción del tamaño del Estado y un mayor énfasis en la educación básica.

En lo específico, Fraga abogó por el establecimiento de un objetivo central más bajo para la inflación (actualmente es de 4,5% anual, muy superior a la mayoría de sus pares en la región) que se alcance sin los controles de precios, metas fiscales plurianuales y un freno al gasto público, así como darle autonomía formal al BCB.

La participación de Cardoso en la campaña preelectoral y las conversaciones sobre políticas macroeconómicas más ortodoxas están en marcado contraste con las elecciones presidenciales de 2006 y 2010, cuando los candidatos del PSDB fueron reacios a plantear políticas más orientadas al mercado.

Sin embargo, este no es un tema sólo del PSDB. Eduardo Giannetti da Fonseca, asesor económico de Marina Silva, también estuvo presente en el evento. Silva, ex candidata presidencial del Partido Verde (PV) en las elecciones de 2010 y ministra de Medio Ambiente (2003-08), no se va a candidatear este año, pero está apoyando a otro aspirante presidencial de la oposición, Eduardo Campos, del Partido Socialista Brasileño (PSB).



Agenda opositora común


Estos dos principales partidos de la oposición -el PSDB y el PSB- están tratando de construir una agenda fuerte con el fin de sacar provecho de las frustraciones latentes de los votantes por el manejo de la economía.

El crecimiento económico ha decepcionado durante el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff del Partido de los Trabajadores (PT), expandiéndose a casi la mitad de la tasa anual que se vio en el boom de Brasil entre 2004 y 2010 (4,5%). La inflación está operando en 6%, erosionando el poder adquisitivo de los hogares. No obstante, el desempleo se encuentra en niveles históricamente bajos (debido, en parte, a que las empresas han postergado sus decisiones de despido), y esto bien podría ser decisivo en las elecciones, junto con los considerables votos que Rousseff obtendrá de los millones de los hogares más pobres que reciben transferencias monetarias condicionadas, particularmente en el norte y noreste del país.

Neves y Campos han estado coordinando informalmente sus ataques contra el desempeño de Rousseff, aumentando la probabilidad de llevar la carrera a una segunda vuelta. En es escenario, es posible que Neves y Campos se unan en un frente anti PT y apoyen a un candidato común. Esto complicaría las posibilidades de Rousseff y significaría un resultado más cerrado que lo que las encuestas sugieren actualmente. Sin embargo, todavía esperamos que Rousseff gane un segundo mandato de cuatro años a partir de 2015. Pero, quien quiera que gane, heredará una economía que enfrenta considerables desafíos.



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