Londres/Nueva York
Sintiendo que la oportunidad de cerrar un deal de alto calibre se le escapaba, el CEO de Paramount, David Ellison, realizó el jueves pasado en la tarde un intento personal de último minuto ante su contraparte de Warner Bros Discovery (WBD), David Zaslav.
“Daivd (sic), sé que hoy estás sobrepasado, así que quería mandarte un mensaje rápido”, escribió. “Pese al ruido de las últimas 24 horas, no tengo más que respeto y admiración por ti y la compañía. Sería el honor de mi vida ser tu socio y ser el dueño de estos activos icónicos. Si tenemos el privilegio de trabajar juntos, verás que mi padre y yo somos las personas con las que cenaste”.
Pero ya era demasiado tarde. El directorio de WBD se reunió horas después y votó de manera unánime por elegir la oferta rival de Netflix. En esas horas finales, Ellison reunió a sus socios y asesores más cercanos para comenzar a trabajar en un plan B.
Seis propuestas en 12 semanas
Según los documentos que se hicieron públicos el lunes, tras el lanzamiento por parte de Paramount de una oferta hostil de US$ 108 mil millones por WBD, la estructura de financiamiento de Ellison se convirtió en un punto crítico.
La oferta de Ellison estaba respaldada por su padre Larry, cofundador de Oracle y una de las personas más ricas del mundo. Sin embargo, los Ellison solo aportarían US$ 12 mil millones de los US$ 41 mil millones en equity para financiar el acuerdo, con US$ 24 mil millones provenientes de fondos soberanos del Medio Oriente y el resto desde la firma de private equity estadounidense RedBird y Affinity Partners, el grupo de inversiones dirigido por Jared Kushner, yerno de Donald Trump. Además, se comprometieron unos US$ 54 mil millones en deuda por parte de Bank of America, Citigroup y Apollo.
Paramount hizo seis propuestas en 12 semanas, con las primeras reuniones entre los Ellison y Zaslav en su casa en Hollywood, que se transformaron en frenéticas sesiones de puja que terminaron con Netflix asegurando el deal.
Durante las negociaciones, Paramount consiguió y luego descartó financiamiento de la china Tencent, y alineó recursos de tres fondos soberanos de Medio Oriente, así como del yerno de Trump.
Las divulgaciones ante el regulador (SEC, su sigla en inglés) muestran que la puja por WBD comenzó en US$ 19 por acción, con Ellison -quien acababa de adquirir Paramount a través de su vehículo Skydance en agosto- entregando la oferta directamente a Zaslav en su casa en Beverly Hills el 14 de septiembre.
Esto fue seguido rápidamente por un encuentro entre Larry Ellison, Zaslav y John Malone, chair emérito de WBD.
Las primeras ofertas de Paramount fueron rechazadas, y el directorio de WBD optó por evaluar la separación de la compañía en dos partes. Nuevas propuestas surgieron a US$ 22 por acción y luego US$ 23,50, junto con la promesa de roles para Zaslav como coCEO y copresidente del directorio de la compañía combinada.
Pero las ofertas de Paramount llevaron a Zaslav a abrir el proceso a oferentes rivales. Netflix vio la oportunidad. Comcast también entró a la disputa. Se estableció un proceso de venta expedito para cerrar un deal antes de Navidad.
No es solo el precio
Un punto crucial para WBD era la certeza. Gente cercana a la compañía admitió que el precio no era el único factor, y que creían que la oferta de Netflix brindaba mayores garantías de cierre.
En medio de un constante ir y venir entre ambas partes, los Ellison siguieron insistiendo en un enfoque personal. El 17 de noviembre, David Ellison almorzó con Zaslav, presentándole su visión de una empresa de medios líder y capaz de competir mejor con los gigantes del streaming y las Big Tech. La oferta subió a US$ 25,50 por acción pocos días después.
La semana siguiente, los Ellison cenaron con Zaslav, y luego volvieron con una nueva propuesta de US$ 26,50 por acción en una transacción completamente en efectivo a inicios de diciembre.
Para entonces, las fuentes de financiamiento ya estaban claras: un compromiso de US$ 11.800 millones de la familia Ellison, pero con el doble de esa cifra proveniente de tres fondos soberanos del Golfo y US$ 1 mil millones de Tencent, junto con dinero de RedBird Capital Partners y de Affinity Partners de Kushner.
Pero no había terminado. El 3 de diciembre, Zaslav llamó a Ellison con sus preocupaciones sobre la estructura de financiamiento de equity de Paramount. El directorio también tenía inquietudes sobre la participación de Tencent y por el financiamiento soberano de Medio Oriente, temiendo un escrutinio significativo del Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos, que evalúa riesgos potenciales para la seguridad nacional vinculados a inversiones extranjeras.
Sin embargo, Paramount sostuvo que no había tal problema, señalando que los fondos nacionales de Arabia Saudita, Abu Dabi y Emiratos Árabes -así como el vehículo controlado por Kushner- habían aceptado renunciar a cualquier derecho de gobernanza.
El 4 de diciembre, Paramount finalmente echó el resto con lo que consideraba una oferta decisiva por el negocio: un deal pagado completamente en efectivo, por US$ 30 por acción, con respaldo total de la familia Ellison y RedBird. Tencent ya no estaba involucrada, pero el dinero del Golfo sí.
Ellison envió otro mensaje de texto a Zaslav: “Acabo de intentar llamarte sobre la nueva oferta que hemos presentado. Escuché todas tus preocupaciones y creo que las hemos abordado en nuestra nueva propuesta”.
Sin embargo, en el documento presentado por Paramount ante la SEC, el directorio de WBD resolvió “ese decisivo 4 de diciembre no hacer ningún esfuerzo por siquiera hablar con Paramount”.
Ahora, Paramount ha pasado a la vía hostil, buscando conquistar directamente a los accionistas de WBD. Se prepara para una lucha dura.