La senadora de Renovación Nacional (RN) Paulina Núñez encabeza este año la Comisión de Constitución de la Cámara Alta, que entre otras materias discutió la moción parlamentaria que refuerza el sistema político con el objeto de terminar con el fraccionamiento en el Congreso que, según el diagnóstico generalizado de la clase política, impide llegar a acuerdos especialmente en la Cámara Baja.
La parlamentaria opositora defiende la iniciativa, presentada con el respaldo transversal de un grupo de senadores; sin embargo, está consciente de que en la Cámara el proyecto no genera tanto entusiasmo como en el Senado. Incluso, explica que para que se pusiera en tabla en la Sala de esta Corporación –en primer lugar de hoy martes- se debió votar en la reunión de comités y se aprobó con la oposición de los representantes de la Democracia Cristiana (DC) y el Partido Comunista (PC).
-¿Cuáles son los plazos que estiman para que se vote en Sala?
-Los senadores firmantes, estamos haciendo todos los esfuerzos para despachar lo más pronto posible el proyecto desde el Senado. Y, en cuanto a los plazos, yo estuve presente en la reunión de comités del lunes, en representación de mi bancada, y logramos que se pusiera en primer lugar de la tabla de hoy martes, en la Sala.
Es más, si se logra, se hizo ver la importancia de que el segundo proyecto en tabla fuera el del voto obligatorio. Y logramos que entonces este quedara en segundo lugar en la tabla, entendiendo que para algunos es importante que si avanza el primer proyecto también avance el segundo.
-¿Que vayan en paralelo?
-Exacto. Ahora, estoy consciente que respecto a la reforma política -como es un derecho establecido y lo puede ejercer cualquier senador o senadora frente a cualquier proyecto-, hay comités que no están de acuerdo, no fueron parte de la presentación de este proyecto de reforma del sistema político electoral; y, por lo tanto, tienen todo el derecho de, por ejemplo, solicitar segunda discusión o aplazamiento.
Y esos derechos los pueden pedir por una única vez. Es decir, aunque esté en primer lugar de la tabla, el proyecto podría no votarse, entendiendo que algún comité que no esté de acuerdo con la reforma ejerza su derecho. Como son dos herramientas alternativas o derechos a ejercer, podría ocurrir eso este martes, como también la próxima semana que debería estar nuevamente el proyecto en tabla.
-¿Tiene alguna idea concreta de que esto pudiera ocurrir?, porque yo había conversado con algunos parlamentarios que en el Senado iba a ser el proceso bien fluido y que había harto acuerdo en la Sala.
-Ya lo dijeron en la en la reunión de comité, por ejemplo, el Partido Comunista, el Frente Amplio y la DC también. Porque hoy día en la reunión de comité votamos para que se pusiera el proyecto en tabla mañana y se aprobó con los votos en contra de los comités más pequeños, como los que te nombré. Entonces, creo que ellos es evidente que van a ejercer su derecho de tener una segunda discusión o un aplazamiento.
Nosotros estamos considerando los plazos, sabiendo que eso va a ocurrir y como eso va a ocurrir mañana y la próxima semana. Por lo tanto, me atrevo a decir que vamos a despachar el proyecto del Senado a la Cámara en dos semanas más. Y, por supuesto, que va a tener los votos en la Sala del Senado para aprobarlo y despacharlo a la Cámara. Mi temor no está en el Senado, más allá de los plazos, es la Cámara.
-¿Siente que hay dudas respecto de algunos aspectos clave del proyecto en esos comités más pequeños? Estoy pensando en la DC y el PC particularmente, que son dos partidos que podrían verse afectados, por ejemplo, por el umbral del 5%
-Sí, no solamente hay dudas, sino que he notado que hay desconocimiento de cómo está llegando el proyecto a la Sala.
-¿Cómo así?
-A modo de ejemplo, uno de los senadores de los comités que estuvo en contra de que se pusiera en tabla el proyecto el martes, argumentó que no estaba de acuerdo con un proyecto que le impidiera asumir a un diputado o senador electo, en el caso que desapareciera su partido. Y eso es precisamente lo que nosotros estamos resguardando. Eso no va a ocurrir. Es decir, podría eventualmente desaparecer el partido político, pero ese candidato electo va a asumir su cargo, sólo que va a tener que fusionarse con un partido de la lista que en la que compitió, para que los votos no se vayan a otra lista.
Entonces, primero yo haría un llamado a informarse. Segundo, haría un llamado a no pensar en el interés particular, sino en cómo fortalecemos la democracia. Y, para mí, lo más importante es cómo le permitimos, a quien le toque gobernar el próximo año, construir mayoría. Al menos tratar de construir mayorías, porque hoy día es imposible y, obviamente, lo que sabemos es que terminan inclinando la balanza los dolidos, los molestos, los caudillos y, si no, la tómbola.
-Esa fórmula para proteger el derecho de que el parlamentario electo pueda asumir, aunque su partido desaparezca, ¿no podría terminar siendo percibida como inconstitucional?
-No, porque lo que se está protegiendo con esta regla es precisamente ese derecho que algunos creen que se está pasando a llevar o que eventualmente sería inconstitucional. Entiendo que lo que no les gusta, a lo mejor y allí cada uno tendrá que pronunciarse, es el procedimiento. Por eso, también lo quiero decir, ya hay algunos sacando cálculos para votar a favor o en contra, porque saben que por el partido que están postulando lo más probable es que no llegue y no alcance el umbral.
Y yo pido responsabilidad al momento de la votación. La Comisión de Constitución actúa con seriedad de no establecer algo que vaya en contra de la Constitución, por eso sólo votamos una vez que habíamos escuchado a los organismos competentes, a expertos también.
-El jefe de la bancada de diputados del PPD e independientes criticó duramente el proyecto, advirtiendo que más bien es contra los independientes más que antidíscolos, pero también señalan que algunas de las normas aplican a los diputados y no a los senadores, ¿es tan así?
-No. Ahí hay que distinguir dos cuestiones: Uno, las normas que dejamos establecidas para cuando un diputado cesa en su cargo son las mismas que para los senadores. Y hay que distinguir, obviamente, si se es militante de un partido y siendo electo renuncia a este al momento de asumir su cargo; como también cesa el independiente que habiendo competido en cupo de un partido dentro de una lista, termina afiliándose a un partido distinto que por el que lo llevó…
Si este proyecto reduce el número de partidos políticos y deja las normas claras al independiente, para saber a quién representa, por supuesto que resuelve gran parte del problema.
-¿Así de específico?
-Claro… Es más, logramos aprobar que también cesa en el cargo tanto el diputado como el senador que renuncia a su comité, porque entendemos que si bien los comités parlamentarios son la forma en cómo nos organizamos administrativamente dentro de la corporación, cada comité responde a un partido.
Eso va a permitir, no tengo ninguna duda, que nos ordenemos y tengamos claridad para ser transparentes con quién te vota y te elige, dónde están tus ideas, dónde están tus principios y cómo más o menos vas a terminar votando.
“Un cáncer en la democracia”
-A su juicio, ¿eso es lo que se transgrede actualmente?
-Si yo voy como candidato por un determinado partido político, como independiente en ese cupo y con mayor razón como militante, es porque voy a responder más o menos a la declaración de principios de ese partido. Cuestión que hoy día, a mi juicio, termina siendo un cáncer en la democracia, porque tú puedes votar por una persona y resulta que después da lo mismo, porque se enojó con el presidente del partido; se enojó con el jefe de la bancada o porque no le gustó la instrucción que le dieron, decide renunciar y votar de una manera distinta que lo que esperaba la ciudadanía.
Por eso creo que esto fortalece la democracia, el tener normas claras, normas ejemplificadoras que le exijan a quien va de candidato pensar dos o tres veces por quién va y, en definitiva, ser coherente con lo que le está proponiendo la ciudadanía y, la ciudadanía, a su vez, sepa cómo lo van a representar.
-Desde su punto de vista, con todo ¿este proyecto resuelve el tema de fondo, que es justamente el de la gobernabilidad en el Congreso, particularmente en la cámara?
-Creo, sinceramente, que hoy día hay una cuestión muy compleja en la Cámara; pero bueno, para tener gobernabilidad necesitamos tener partidos políticos que representen a alguien y parlamentarios que respondan a su electorado de la manera que se presentaron. Con lo genuino, lo original.
Por lo tanto, hoy día, lo que no tengo ninguna duda es que lo que hace más compleja la gobernabilidad son los más de 20 partidos políticos que tenemos en la Cámara. Creo que si este proyecto reduce el número de partidos políticos y deja las normas claras al independiente, para saber a quién representa, por supuesto que resuelve gran parte del problema.
-Así como lo plantea, ¿no sería más rápido tal vez hacer más estrictas las normas para conformar partidos políticos?
-Te agradezco la pregunta… si el Gobierno presenta un proyecto que haga más exigente las normas para poder constituir un partido político que, además, lo está conversando con nuestro partido; por supuesto que lo vamos a priorizar y tiene que ir de la mano con este proyecto, como también tiene que ir de la mano del voto obligatorio.
-¿Cuál es la diferencia en el fondo tan dramática que pareciera haber entre lo que ustedes plantean ahora en lo que va el proyecto con las órdenes de partido? Porque, finalmente, alguien que milita en un partido tiene que entender que va a tener que aceptar algunas recomendaciones que son parte de los principios del partido.
-La orden de partido tiene sentido cuando tú no tienes una sanción tan drástica como la pérdida de tu cargo. ¿Me explico? En el proyecto nos inclinamos porque la sanción para aquel que renuncia fuera de tal envergadura que se ordenara manteniéndose dentro del partido. Lo que hoy día está ocurriendo es que cuando a alguien no le gusta la orden que le dan, agarra sus cosas y se va. Con eso seguimos con el fraccionamiento y resulta que la sanción no existe.
-Desde su punto de vista, ¿los independientes de alguna forma le hacen daño al sistema político?
-No. Lo que pasa es que si tú eres independiente, preséntate y actúa como independiente. Pero lo que no puede ocurrir, a mi juicio, es que seas independiente, medio disfrazado y que actúes con el partido cuando te convenga y, cuando no, lo presiones.