Analistas estiman que en el actual contexto económico, el Banco Central volvería a subir la tasa de política monetaria en 50 puntos base en la reunión de octubre programada para el próximo jueves 14, y mantendría los ajustes durante los meses subsiguientes para llevarla a cerca de 6% a mediados de 2011.
De acuerdo a un informe difundido por Estudios Security, se considera que "aunque se han estado planteando varios argumentos para justificar una pausa en el ritmo de ajuste monetario, no parece que sean lo suficientemente convincentes o estén bien fundamentados".
Al respecto, se estima que el hecho que Chile y otros países emergentes estén subiendo las tasas de interés, "en un contexto en que la FED y otros países desarrollados las mantienen estables por un período prolongado, no hace más que reflejar otro aspecto del desacople. Así como hay diferencias en los ciclos económicos, también debe haberlos en los procesos de normalización monetaria".
Por otra parte, el estudio destaca que el peso esté fortaleciendo respecto al dólar es también un reflejo del desacople entre Chile y Estados Unidos y "tratándose de una apreciación bien justificada en la evolución de los fundamentos, tampoco se trata de un argumento válido para interrumpir el ajuste de la TPM, sobre todo mientras no se observe un desalineamiento cambiario que conlleve presiones deflacionarias o comprometa el crecimiento económico".
En este sentido, la reciente caída del tipo de cambio refleja un ajuste hacia un nivel de equilibrio que se estima en torno a los $ 475.
"Por lo tanto, si por supuestamente limitar la apreciación cambiaria, el Banco Central mantiene condiciones monetarias más expansivas, el resultado será exactamente el contrario al que estaría buscando y una pausa monetaria, más que acotarla, agravaría la caída del tipo de cambio por la vía de reforzar los estímulos al crecimiento de la actividad y del gasto interno", asegura el estudio.
Según el reporte, por tratarse de una apreciación por ahora bien justificada (del dólar), que no revela todavía un desalineamiento respecto a los fundamentos, no cabe esperar ni una interrupción en el proceso de ajuste monetario, ni una intervención cambiaria por parte del Banco Central.