Por Rodolfo Carrasco M.
El timonel del PS, diputado Osvaldo Andrade, en medio de los preparativos para el acto de proclamación conjunta con el PPD de la candidata Michelle Bachelet -que se desarrollará mañana sábado- conversó con DF respecto de los desafíos que implica la campaña para recuperar La Moneda y generar una mayoría en ambas ramas del Congreso.
- ¿Cómo evalúa estas dos primeras semanas de Bachelet en Chile?
- Tengo una percepción muy satisfactoria de estos días. Ella ha tenido la perspicacia de no dejarse tentar por la presión de la coyuntura y tener la capacidad de referirse a lo que a ella le interesa, al ritmo que a ella le importa. Ha sido un ejercicio de disciplina notable. Eso lo valoro -porque la incontinencia verbal en la política es una característica que permea en general al cuerpo político-, y porque ha puesto la agenda. Ya sea de contradictores o adherentes, de lo que se habla en Chile es de lo que dijo Bachelet; hoy la agenda política está vinculada totalmente con ella, los candidatos de la derecha no existen, los otros candidatos de la oposición hacen un esfuerzo que yo valoro. En el gobierno, el presidente es quien se ha transformado en el contradictor, porque repostulará en 2017. El gobierno ya no tiene agenda propia.
- ¿Mantener el actual ritmo puede implicar un desgaste de cara a las primarias y a la elección presidencial?
- El ritmo lo está imponiendo ella y así mantiene el control sobre eso. Creo que hasta ahora ha sido exitosa. No creo que ese sea un riesgo, aunque es una posibilidad. Hay algunos que llevan más de un año en esto y pareciera que ya se agotaron.
- Y en lo relativo a la reforma tributaria ¿qué debe incluir?
- Entiendo que ella realizará anuncios en forma progresiva: habló de educación, luego del tema tributario. Aspiro que la propuesta de Bachelet se acerque lo más posible a la propuesta que estructuró en la llamada comisión Lagos, el hecho de que esté el senador ayuda, pero no pretendo que sea lo mismo, pero eso es un insumo.
- Los candidatos presidenciales oficialistas han señalado que no es necesario una reforma tributaria y que con crecimiento basta para financiar una nueva reforma educacional...
- Esto es una constatación de la falta de conocimiento de las cosas. Si cuando uno quiere luchar contra la desigualdad, lo que ha demostrado en todo el mundo es que el solo crecimiento es insuficiente, es un requisito. No tengo duda que Allamand y Golborne, que se formaron en esa escuela, deben seguir pensando en la teoría del chorreo, pero eso no es suficiente, así que luchar con políticas serias en materia de desigualdad supone que el Estado cuente con recursos suficientes para enfrentar los dilemas y las políticas públicas que se hagan cargo de ello. Todos estamos conscientes que la educación juega un rol fundamental en el mediano y largo plazo en materia de desigualdad y que para enfrentar el problema se necesitan muchos recursos. Si Allamand y Golborne piensan que con el chorreo basta están profundamente equivocados o están pensando en no hacer una reforma tributaria de verdad.
- ¿Hasta qué punto hay que manejar las expectativas de la gente en lo que pueda hacer un nuevo gobierno de Bachelet?
- Una de las tensiones que tenemos es que se ha generado un conjunto de expectativas importantes y que la gente requiere cambios importantes. Esas expectativas son cuantiosas y es tarea de la política poder graduarlas para darles un sentido en un programa de gobierno. Muchas de esas expectativas superan con creces un periodo de gobierno y en consecuencia tendremos que tener el talento para explicar qué se tiene que hacer primero y qué después, pero también hay que tener claro el horizonte de modo que todos nos sintamos parte de un proceso de construcción de una solución. Si eso no se explica, la crisis de expectativa puede jugar en contra. Será tarea de los partidos y la política hacernos cargo de esta que podría ser una crisis de expectativas. En ese marco, generar una mayoría en el Parlamento es una cuestión vital. Entiendo que hay reformas que requieren de un quórum alto que es imposible lograr con el sistema binominal, por eso es importante modificarlo y esto es crucial, porque la estabilidad democrática depende de eso, que es lo que no entiende la derecha. La estabilidad del país no se puede sostener en el veto de la minoría.
- ¿Qué rol están jugando los partidos para conformar una plantilla parlamentaria competitiva?
- Estamos conversando y este entendimiento político entre el centro y la izquierda que fue el propósito declarado del PS hace dos años, se está ampliando más allá. En consecuencia, creo que podemos armar una lista parlamentaria amplia y diversa. En esto nos está pasando un fenómeno distinto que la derecha: a nosotros nos están sobrando alternativas y a la derecha le están faltando candidatos.
“La Guerra Fría terminó hace rato”
- ¿En qué van las conversaciones con el PC y hasta qué punto se puede ceder?
- Tenemos la convicción de que la Guerra Fría terminó hace rato y que toda esta controversia que a veces se produce no corresponde, tenemos más de perspectiva histórica y de critica histórica que de realidad actual. El PC está en el Congreso, tiene parlamentarios y fueron elegidos por la gente; ellos han tenido una conducta como la de cualquier otro partido, tiene vocación democrática, pero hemos tenido una controversia permanente entre una mirada un tanto excluyente del comunismo y una mirada más incluyente. Hasta dónde llegue esa controversia se verá en el próximo tiempo, tiene que tomar decisiones si apoyan a su candidato u otro; en esto no me apresuro. Soy de los que cree que uno le puede poner mucho calor a una fruta y hacerla madurar artificialmente pero no va a tener buen sabor, no tiene sentido apurar las cosas. Es cierto que hay declaraciones que no ayudan como en el pasado del senador Ignacio Walker y ahora de personeros del PC que me parecieron desafortunadas, eso no ayuda a un propósito común, por eso sugeriría un poco más de prudencia. Pero no soy el llamado a reconvenir a nadie simplemente hago una apreciación política.
"ESTE GOBIERNO SERÁ RECORDADO POR LA LETRA CHICA"
- ¿Cómo cree que será recordado el gobierno de Sebastián Piñera?
- Creo que este gobierno será recordado como el que traicionó las expectativas de sus propios adherentes, que tiene dos improntas: los conflictos de intereses y la letra chica. En consecuencia, este gobierno será recordado como el típico gobierno empresarial, o sea, la matriz empresarial está instalada en este gobierno, este gobierno no dialoga, solo se preocupa de los problemas cuando se afecta un punto del PIB o la imagen país. Mire lo que pasó con el paro portuario, si ese problema era por la media hora de colación y estuvimos 20 días en eso; se preocuparon cuando se dijo que la imagen país estaba afectada y no antes. Aquí se necesitaba un proactivo, en esto quiero hacer una reivindicación, porque estas cosas pueden pasar en cualquier gobierno, pero la diferencia es que en los gobiernos anteriores había un instrumento que está muy desprestigiado y que cumplía un rol: los operadores. En todo conflicto había alguien de confianza de cada parte que conversaban y se transformaba en un articulador de la solución. Sé que tienen mal prestigio -se llamaban operadores políticos-, pero vaya que resolvían problemas. Así como los empresarios tiene lobbystas y pagan por ellos, en política se llaman operadores y yo reivindico su labor.
"EL PATO COJO YA NO ES TAL, ESTE PATO YA NO TIENE PATAS"
- En el oficialismo remarcan que Bachelet es la candidata de la Concertación y el PC...
- Lo que me preocupa es que la derecha tiene un problema grave, porque tiene dos candidatos que juntos marcan algo así como 25% y tiene un presidente que marca 38%, entonces, lo natural y obvio, es que se haga cargo de la campaña el presidente, si a eso agregamos que, además, tiene pretensiones para concursar nuevamente en 2017. La Moneda tomó la decisión de defender la obra y proyectar al presidente Piñera para 2018, el epicentro de la campaña está en Palacio. Pero eso tiene otro problema, porque el portavoz del proceso, el presidente Piñera, tiene un 60% de desaprobación en la ciudadanía y hay un 60% que no le cree; ese es un problema serio que no tiene solución. Con esto la gestión del gobierno desaparece, no recuerdo que hayan presentado algún proyecto relativamente importante en los últimos meses. Aquí el síndrome del pato cojo ya no es tal, este pato ya no tiene patas, no puede caminar. Lo otro es que el intervencionismo será brutal.
- ¿A qué atribuye que el gobierno destaca sus cifras económicas, pero no aumenta su apoyo?
- Cuando un país crece sistemáticamente sin lugar a dudas es bueno para Chile, pero cuando ese crecimiento no se reparte equitativamente la gente siente que es un abuso. Cuando se habla de crecimiento como un gran logro tiene ese manchón y la gente lo siente. En el empleo pasa lo mismo, porque en Chile para tener empleo basta con trabajar una hora a la semana. Entonces, a pesar de estos buenos índices la gente siente que no le llegan las bondades del crecimiento.