Por Rodolfo Carrasco M.
Con aplausos desde la tribunas de algunos estudiantes de educación superior, se recibió el resultado de la aprobación en el Senado de la acusación constitucional contra el ministro de Educación, Harald Beyer, quien quedó destituido de su puesto y no podrá ejercer cargos públicos durante cinco años.
Luego de una extensa jornada, la Cámara alta y con los votos de la oposición más el del independiente Carlos Bianchi, se dió luz verde por 20 votos a favor y 18 en contra al capítulo relativo a la omisión de fiscalización. Beyer pierde su cargo al igual como ocurrió hace cinco años con la entonces ministra Yasna Provoste, que fue destituída al prosperar el libelo presentado por la Alianza.
Durante la sesión el ministro Beyer, estuvo acompañado de gran parte del gabinete que solidarizó con el ministro.
Durante el día hubo diversas conversaciones desde el oficialismo especialmente con los senadores de la DC, Hosaín Sabag y Patricio Walker para tratar de influir en su voto. Sin embargo, la oposición voto prácticamente en bloque, salvo Patricio Walker que rechazó los tres capítulos de la acusación.
Bianchi pidió a Beyer, momentos antes de la votación, que renunciara. Sin embargo, su solicitud no fue acogida. Beyer luego de conocer el desenlace dijo que no renunció, porque “yo me muevo por convicciones. Acá hubo una operación política y no me iba a prestar para un arreglo de último minuto”.
Visiblemente afectado y rodeado de varios ministros además del candidato presidencial de RN, Andrés Allamand, Beyer dijo que “me han destituido por una acusación injusta que demuestra la peor cara de la política. Esta acusacion demuestra que se ha desnaturalizado este instrumento, espero ser el último ministro que pase por esto, es inadecuado que los ministros sean evaluados políticamente por el Congreso”.
Agregó que “seguiré trabajando por la educación con mis convicciones y seguiré contribuyendo por el bien de la educación en Chile”.
El ministro de Interior, Andrés Chadwick, sostuvo que “hoy es un día triste, porque la mayoría de la Concertación han cometido un acto de una profunda injusticia y abuso de poder, cualquier chileno llevado a un tribunal de justicia por los cargos hechos a Beyer hubiese sido declarado inocente”.
Mientras el diputado Fuad Chahín (DC), que defendió el libelo en el Senado, dijo que “se acabó la fiesta de quienes lucran en la educación”. Mientras que el jefe de bancada de los diputados PS, Fidel Espinoza, indicó que”el voto de Bianchi evitó el bochorno que hubiera ocasionado Patricio Walker, quien no traicionó a la Concertación, sino que al pueblo de Chile”.
A favor y en contra
El senador y timonel de RN, Carlos Larraín, sostuvo que “si alguien cree que la educación en Chile mejora destituyendo al ministro Beyer está completamente equivocado y deberá enfrentar el juicio de sus conciudadanos” y aseveró que “el carácter de presidencialismo extremo de nuestra Constitución hace que el Parlamento se siente excluido y la acusación se enmarca en el propósito declarado de humillar al Ejecutivo”.
El senador y presidente del PPD, Jaime Quintana, admitió que la Concertación es en parte responsable de la realidad educacional, de no fiscalizar el lucro. “La diferencia está en la calidad y cantidad de la información que el ministro tuvo a la vista”. Dijo que Beyer privilegió sus intereses personales sobre el interés público, y que terminó imponiendo su mirada ideológica que entiende el lucro como una herramienta de la educación y no una contradicción.
El senador Jovino Novoa (UDI), dijo que “no me extraña este error que comete la acusación, porque para determinar específicamente qué norma legal se infringió en el caso del lucro o en caso de fiscalización, no la habrían encontrado. Esto es un error de fondo y en el Senado no podemos validar el error. Nos corresponde actuar como jurado, con apego a la ley, no como un verdugo del mejor ministro de Educación que ha tenido Chile en mucho tiempo”.
El senador Eduardo Frei (DC) dijo que “el ministro se ha negado sistemáticamente a investigar el lucro en las universidades”, desestimó las denuncias, no tomó en cuenta el informe elaborado por diputados en esa línea y no respaldó un proyecto de ley que presentaron para regular el tema y que “me he formado la firme convicción de que el ministro Beyer ha incurrido en las causales que nuestra Constitución establece para declararlo culpable de las infracciones de que se le acusa”.
Los 3 capítulos del libelo
Infracción a la probidad: El primer capítulo de la acusación contra el ministro lo imputaba de infracción al principio de probidad. Esto es, "la dimensión de falta de veracidad, por cuanto el ministro expresó reiterada y sistemáticamente durante el 2012, lo mismo que su defensa, no tener facultades para sancionar e investigar las denuncias efectuadas por personas naturales e instituciones, en relación a la flagrante vulneración de la ley que prohíbe al lucro", sostienen los diputados acusadores.
Falta de control jerárquico: Se sostuvo que "es un hecho público y notorio que durante el 2010 fueron acreditadas, sin justificación aparente, todas las universidades que participaron en dicho proceso. Lo que nos imaginamos debe haber sido estudiado por el ministerio, ya que constituiría un salto en la calidad nunca visto". Y que "el ministro no ejerció la tutela jerárquica sobre sus subordinados".
Omisión de fiscalización: El tercer capítulo se fundó en la negativa del ministro de investigar y sancionar a las universidades privadas que desarrollaron actividades lucrativas, lo que contraviene la ley. Se indicó que habrían sido contravenidas diversas normas en la medida que el secretario de Estado no habría velado por el cumplimiento de las normas de su sector, el no haber investigado denuncias concretas, y la vulneración de los principios de celeridad y exclusividad. Y que no se dejó por escrito en el dictamen de cierre de la Universidad del Mar, que la causal era el lucro.