María Inés Salamanca: “Avanzar hacia una sociedad del cuidado es clave para la reactivación pospandemia”
Coordinadora de ONU Mujeres para Chile dice que se requiere destinar recursos presupuestarios para que el cuidado no sea el gran cuello de botella para la generación de empleo femenino.
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La pandemia puso de manifiesto lo crucial que es la labor del cuidado de terceros para la sociedad y para la economía. Y también dejó en evidencia que si Chile antes de la crisis del coronavirus ya tenía problemas para insertar a las mujeres en el mercado laboral, hoy ese es un desafío enorme.
De acuerdo al análisis de ONU Mujeres, la respuesta a ambos retos está en poner el foco en lo que denominan una "sociedad del cuidado", que destine recursos privados y presupuestarios en una red de atención de adultos, niños y niñas, que genere empleos en ese cuidado y que, al mismo tiempo, permita que más mujeres se reintegren al mundo laboral.
"Entendemos el cuidado como algo bueno para el bienestar de las personas, de los que son cuidados, pero también vemos un impacto positivo en quienes son cuidadores, porque genera empleo formal. Lo vemos como una inversión que podría mover la aguja en muchas economías", afirma María Inés Salamanca, coordinadora de ONU Mujeres para Chile.
La crisis económica derivada del Covid le da aún más sentido de urgencia a este desafío, dice. "La tarea asociada al cuidado es uno de los principales cuellos de botella para sumar más mujeres al trabajo remunerado y para reducir la desigualdad, y si no incorporamos realmente un cambio en esto va a ser muy difícil salir de la crisis, porque el impacto que ha tenido en las mujeres es enorme. Avanzar hacia una sociedad del cuidado es clave para la reactivación pospandemia".
Durante el Foro Generación Igualdad que se realizó en París a principios de julio, ONU Mujeres lanzó en conjunto con el gobierno mexicano una Alianza Global por los Cuidados, que busca promover compromisos y acciones concretas.
-¿Qué significa que la inversión esté en el cuidado?
-Significa que esté en los presupuestos nacionales. Un llamado que hemos hecho a los distintos ministerios de Hacienda de los países es que las políticas públicas inviertan mucho más en el cuidado. Más jardines infantiles, más oportunidades para mujeres y hombres de poder acceder a los servicios de cuidado. Que la política pública realmente impacte en la oferta de estos servicios, porque con eso no sólo se contribuye al bienestar de las personas sino que también al PIB de los países; permite la creación directa e indirecta de empleo y facilita la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo. Eso es algo en lo que Chile todavía está muy atrás. Espero que por la crisis del Covid, que ha puesto en evidencia este tema, se puede avanzar. Y desde las empresas, que pueden promover modelos de corresponsabilidad, como permisos de posnatal que se los tomen los hombres.
Espero también que sea uno de los temas que se discutan en la Convención Constitucional, porque significa un nuevo contrato social de alguna manera, una nueva forma de construir una sociedad.
-En esto del cuidado hay un fuerte componente cultural.
- Hay un tema cultural, sin duda, pero también de presupuestos. Todavía nos falta avanzar en presupuestos con enfoque de género, que es algo que venimos empujando hace mucho tiempo: medir qué impacto tienen las medidas que se adoptan en la vida de las mujeres. Si no lo hacemos, vamos a seguir reproduciendo estas desigualdades.
Bonos de género
-¿Cómo es la situación de Chile en empoderamiento de la mujer y participación laboral en comparación a otros países de la región?
La pandemia significó un shock muy fuerte en la región y también ha complicado levantar datos nuevos, pero hemos hecho algunas encuestas de evaluación rápida y se ve un impacto similar negativo para las mujeres, principalmente por la carga de las horas de cuidado en todos los países de la región. Previo a la pandemia, Chile estaba algo peor que otros en participación laboral femenina y eso es un obstáculo y una barrera para el empoderamiento de las mujeres. Necesitábamos acelerar y ahora con mayor razón.
En ONU Mujeres Chile lanzamos una plataforma Mujer Emplea para contribuir a este desafío, pero se necesita el compromiso de los distintos actores. Como decía, el país ya tenía datos malos y con la pandemia se produjo un retroceso muy preocupante, y no sólo mujeres que han tenido que salir del mercado laboral, sino que muchas que hoy día ya no están buscando empleo. Y a eso hay que sumarle la automatización de muchos empleos, que exige también pensar en reconversión.
-¿Ven a las empresas más interesadas en sumar más mujeres?
Todavía falta mucho. Hay empresas que están dando el paso. En ONU Mujeres reconocemos a las empresas que están adoptando medidas, y este año además hicimos una mención especial a aquellas que están teniendo un impacto positivo en mitigar el impacto del Covid. Pero todavía son muy pocas. Y hoy ninguna puede decir que no sabe por dónde partir o que la información no está, porque sí está: hay diagnóstico, herramientas, instancias de formación, lo que nos falta es que más empresas tengan la voluntad desde el más alto nivel para hacer estos cambios.
-Hay desde el sector inversionista también una tendencia en este sentido, ¿lo consideran importante?
Sí, el sector inversionista está empujando mucho más estos cambios. Nosotros tenemos una iniciativa en América Latina y el Caribe que se llama inversionistas por la igualdad, donde reunimos al sector inversor que quiere avanzar con mecanismos innovadores para poder mover la aguja. En México se lanzó el primer bono para el desarrollo sostenible y hay bancos en la región que han avanzado a los bonos de género que buscan apoyar empresas lideradas por mujeres o emprendimientos liderados por mujeres.
Estamos haciendo un estudio sobre cuáles son los mecanismos innovadores de financiamiento, que no son muchos, para hacer la evaluación de esto y ver cómo seguir avanzando en este camino. Queremos lanzar este estudio en septiembre. Creo que puede ser importante para la reactivación económica.
-Respecto de la Convención Constitucional, ¿cómo evalúas que sea paritaria? Y ¿cuáles son sus expectativas sobre lo que allí se haga?
Primero hay que decir que se trata de un hito muy importante, única en el mundo paritaria y con escaños reservados para los pueblos indígenas, también paritarios. ¿Lo que esperamos? Que se dé un diálogo fructífero y sea una oportunidad para avanzar en derechos y reconocimientos de derechos que no estaban en la Constitución actual y que puedan ser incorporados, como los principios de no discriminación, eliminación de la violencia, reconocimiento del cuidado. Hay constituciones en el mundo que incluso incorporan el principio que tiene que ver con brecha salarial de género. Nosotros hicimos un levantamiento de ONU Mujeres, analizando más de 190 constituciones en el mundo, y lo que es parte de la discusión es cuánto hay que precisar o no, cuánto entrar en el detalle.
-¿Buscarán participar de alguna manera en la en la discusión?
Nos gustaría poder presentar algunos temas, estamos esperando un poco como va a ser el marco regulatorio de la convención y cómo van a ser estos espacios. Nuestra idea es facilitar y traer la experiencia internacional con una visión desde los derechos humanos, con la apertura para poder compartir información y acompañar de alguna manera el proceso, pero la discusión se tiene que dar en la convención.