Días de definiciones para el futuro de una de sus dos grandes inversiones en Chile está viviendo el Grupo Gloria, situado entre los mayores conglomerados empresariales de Perú.
Presente en el mercado cementero local desde 2016 y luego convertido en un actor de peso al ingresar a la propiedad Cementos Bío Bío (CBB) en octubre de 2020, la filial Yura S.A. se convirtió en un protagonista de la industria al lanzar en noviembre pasado una OPA hostil buscando duplicar su participación de 19,9%. Una operación que no solo desafió a sus controladores –el pacto encabezado por la familia Briones- sino que además desencadenó la competencia con la estadounidense Mississippi Lime Company, interesada en adquirir el 100% de la firma chilena, movimiento que -a la postre- no se concretó pese a semanas de intensas negociaciones, ofensivas y contraataques.
Y si bien esa arremetida de Yura S.A. finalmente no alcanzó la meta de llegar el 40% de (CBB), sino un leve incremento a 20,7% pese a mejorar su oferta, dejó claro su apetito por uno de los grandes actores del sector en Chile, como pieza relevante de su estrategia de consolidar sus tres negocios en el área -cemento, concreto y cal- en los cuatro países en los que opera que incluyen a Ecuador y Bolivia.
Pero pocos meses después, el grupo peruano enfrenta un escenario totalmente distinto. Hace 10 días, el directorio de CBB informó que el núcleo controlador del 64,57% de la compañía –integrado por las familias Briones, Rozas Rodríguez, Stein y Sturms— firmó un acuerdo con el grupo belga Carmeuse Holding para vender la totalidad de sus participaciones a través de una oferta pública de adquisición de acciones (OPA). La operación realizada a través de la filial Carmel Holding S.A. partió este miércoles y se extenderá hasta el 11 de septiembre próximo. Y aunque el objetivo es la adquisición de, el menos, 176.156.141 acciones equivalentes al 66,67% de CBB, los términos de la oferta conocidos esta semana confirmaron el propósito de comprar la totalidad de las acciones. Además, la estrategia va más allá ya que apunta a cancelar la inscripción de las Acciones del Registro de Valores de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y de la Bolsa de Comercio de Santiago.

Como segundo accionista de CBB, el gran punto pendiente en este proceso es la decisión que adopte Cementos Yura: mantener su posición actual; que venda sus acciones en la OPA de Carmel Holding, o decida lanza una ofensiva para disputar el control.
La oportunidad de vender versus permanecer
Un factor decisivo en juego es la valorización de CBB por un monto de US$ 505 millones establecida en la OPA en curso –con un valor ofertado que es más de 2,5 veces el precio de mercado que tenía la acción exactamente hace un año-, y que en el caso de Yura tiene como antecedente las cifras propuestas en su oferta de fines de 2024, primero por US$ 250 millones y luego en US$ 390 millones.
“Siempre se puede especular que quizás Yura va a lanzar ahora una OPA competitiva, pero primero tendría que ser a un precio más alto”, opinó un ejecutivo del sector quien añade una condición fundamental para una opción en este sentido a nivel regulatorio: ambas compañías tienen un traslape en sus operaciones en mercados de la zona norte de Chile que requiere la aprobación del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia.
“Cuando hay temas con el TDLC, en general el comprador y el vendedor controlador deben estar dispuestos a esperar el tiempo que requiera ese proceso y asumir las eventuales medidas de mitigación, dentro de un muy buen acuerdo para llevar adelante la transacción, que de lo contrario se convierte en una operación incierta”, recordó un experto.
Por el contrario, en la industria existe una buena valoración sobre la conveniencia que tendría para Yura participar de la OPA del grupo belga sobre CBB. Los números arrojan que el valor de sus acciones más que se duplicó en cinco años desde que adquirió una participación acumulada de 19,7% del capital accionario de la compañía chilena en octubre de 2020. En ese entonces, el Grupo Gloria, a través de Yura Chile SpA, pagó US$ 45 millones por un 19,05% de Cementos Bío Bío que estaban en manos de Inversiones ALB SpA -sociedad controlada por las hermanas Anita y Loreto Briones, hijas del fundador de la firma-, por un total de 50.334.403 acciones a un valor de US$ 0,894. Y ahora, la OPA lanzada por Carmeuse 2025 estableció un precio de US$ 1,911 por acción, comparación que arroja una ganancia de 113% en dólares (que se eleva a niveles de 160% medido en pesos).
“Si bien ellos no son inversionistas especulativos en esto, finalmente han tenido un resultado de dos por uno en cinco años, más los dividendos que recibieron. Así, la tentación para vender debiera ser grande y veo que lo más probable es que lo hagan”, opinó un directivo de la industria cementera sobre las opciones sobre la mesa para Yura.
¿Qué ventaja tiene para Yura una posible salida de la propiedad de CBB versus permanecer como accionista?
“Tal vez podrían quedarse un tiempo y, a lo mejor, podrían buscar vender después a un precio más alto a alguien que les quiera comprar y que no necesariamente sean los belgas. Pero eso es muy incierto respecto de si finalmente se mantengan las mismas condiciones de precio, tomando en cuenta las contingencias que puedan ocurrir en el mercado”, explicó un conocedor de la compañía.
De esas decisiones dependerá el futuro del Grupo Gloria -controlado por la familia encabezada por el empresario Claudio Rodríguez Huaco- en el negocio cementero chileno a través de Yura. En su operación general, esta compañía tiene como principal producto al cemento, que representó el 73% de las ventas, seguido de la cal (8%) y concreto (7,4%), más otros segmentos como premoldeados y puzolana.
Además de su inversión en CBB, el conglomerado también está presente en Chile a través de su división Gloria Foods, la actual controladora de la compañía Soprole.
Los rumbos de CBB
La arremetida de Carmeuse Holding en CBB implicará el traspaso del último gran actor que permanecía bajo el control de inversionistas chilenos. Por eso, ya hay expectación respecto del rumbo de la empresa local una vez que cambie de manos.
“Por tratarse de una empresa destacada a nivel mundial en el negocio de cal, sin lugar a dudas realizará aportes en el ámbito técnico y que probablemente podrán generar ciertas eficiencias adicionales y compartir mejores prácticas. Pero en este negocio en Chile, donde lo relevante es la cal para la minería, la compañía tiene como clientes a grandes empresas (Codelco, BHP y Collahuasi, entre ellas) en contratos largos. Entonces, es probable que la firma debería seguir su curso y, si realiza algunos cambios, estos sean progresivos en el tiempo”, subrayó un gerente del sector cementero.
En efecto, el negocio de la cal fue el segmento que realizó el mayor aporte al balance general de CBB en 2024, con una utilidad de $33.246 millones que superó en $6.434 millones la obtenida en el ejercicio anterior “debido a un mejor margen operacional asociado a una operación estable durante el año, y a un incremento en la diferencia de cambio”, a partir de la producción que realiza desde sus tres plantas ubicadas en Antofagasta, Copiapó y en la zona de San Juan, en Argentina. Con ello, las ventas totales logradas por el área de cal por $ 165.240 millones se situaron a corta distancia de los ingresos por cemento ($ 194.038 millones) y fueron determinantes en el incremento de 42% en las ganancias atribuibles a los propietarios de la controladora de CBB a $32.427 millones el año pasado.