En línea con el sesgo neutral plantedo en el último Informe de Política Monetaria (IPoM), el Consejo del Banco Central optó por refirmar en 3,5% -por noveno mes consecutivo- la tasa de interés en su reunión de septiembre, realizada ayer.
En su comunicado, el instituto emisor planteó que las condiciones monetarias y financieras externas siguen siendo favorables, con bajas tasas de interés de largo plazo, y el mercado atento al mensaje que entregará la Reserva Federal de Estados Unidos en su reunión del martes y miércoles próximo.
Agregó que los precios de las materias primas -cobre y petróleo- se han mantenido estables durante el último mes.
En el plano interno, destacó que la variación anual del IPC descendió a 3,4%, “en línea con lo previsto”, mientras que las expectativas de inflación en el horizonte de proyección (dos años plazo) permanecen en 3%. Y con la inflación ya dentro del rango meta, eliminó del comunicado la frase “la evolución de estas variables se seguirá monitoreando con especial atención”, que sí se leía en el mensaje de agosto, cuando el IPC acumulado se ubicó en 4% en julio.
En términos de la actividad y demanda, sostuvo que los datos del tercer trimestre apuntan a un crecimiento “acotado”, en línea con el escenario base planteado en el último IPoM.
Asimismo, reiteró que el mercado laboral sigue dando cuenta de un deterioro gradual, con una tasa de desempleo que aumentó “levemente”.
En este escenario, el Consejo reiteró el mensaje del mes previo respecto a las futuras acciones de política monetaria reafirmando su compromiso de conducirla con flexibilidad, de manera que la inflación proyectada se ubique en 3% en el horizonte de política.
“Cambios futuros en la TPM dependerán de las implicacias de las condiciones macroeconómicas internas y externas sobre las perspectivas inflacionarias”, concluyó en su comunicación.
Sesgo se quedará
Para los expertos, el mensaje del Central confirma que el escenario más probable es que la tasa se quede en 3,5% por lo menos hasta 2018
El economista de Scotiabank, Benjamín Sierra, estima que una mantención hasta fines de 2017 tiene 60% de probabilidades, mientras que un eventual recorte solo 30%. Explica que se requerirán de “variaciones importantes” en la trayectoria de inflación para modificar la neutralidad actual del sesgo.
Una visión similar planteó Banco Santander, que aseguró que aún existen ciertos riesgos inflacionarios -como acciones de la Fed o las holguras de capacidad informadas en el IPoM-, por lo que considera que movimientos en la TPM o cambios de sesgo podrían ser “algo prematuros”.
“Con una inflación que mantendría su tendencia a la baja, sumada a una actividad económica que continuaría débil, la tasa de política se ubicaría en sus niveles actuales por un tiempo prolongado”, remató Felipe Ruiz, de Bci Estudios.