por sebastián valdenegro
Parte relevante del incremento en la inflación en los últimos dos años se ha debido a la fuerte depreciación del peso, que en el período pasó de niveles en torno a $ 460 a $ 700 en la actualidad, situación que el mismo Banco Central ha identificado como la principal causa de la persistencia de las presiones inflacionarias.
Pero hay otros factores específicos que están incidiendo en los altos niveles de los precios internos, como los alimentos perecibles. Es así como cinco productos (papa, palta, lechuga, tomate y cebolla y cebollín) han incidido en 0,4 puntos de la inflación total en el último año, un aporte "mayor a lo usual" pero que se podría revertir en lo próximo, según BBVA Research.
En un informe enviado a sus clientes, el departamento de estudios anticipa un "riesgo" de reversión en la dinámica inflacionaria de dichos productos en los próximos meses, proyectando que en su conjunto restarán 0,14 puntos porcentuales en los IPC de noviembre y diciembre próximo.
Dichos productos, argumenta el research, son los de mayor incidencia en los precios internos en su categoría.
"Se observa una aceleración relevante de la inflación de estos productos en el último año, los que han explicado en alguna medida las sorpresas en inflación", comenta el informe.
BBVA cuestiona si la evolución reciente de dichos productos obedece a la estacionalidad o ha sido "exacerbada" por fenómenos de oferta, como "disrupciones" en la disponibilidad local relacionada a menores rendimientos por escasez de agua y siniestralidad climática, una menor superficie plantada o desvíos de producción hacia el exterior producto de ventajas cambiarias.
Las razones del desplome
El informe del departamento de estudios enumera una serie de argumentos que sustentan una baja en el valor de los alimentos perecibles en el corto plazo.
En específico, el research argumenta que habrá una "recuperación" en la disponibilidad hídrica a partir de fines de invierno que incidirán en la capacidad de riego y producción de dichos alimentos.
A esto se le agrega una "normalización" esperada en los rendimientos de los cultivos, junto con una mayor "estabilidad" en la superficie plantada" y "altos" niveles de precios recientes en los citados alimentos.
"Todo esto levanta el riesgo de reversiones importantes. De esta forma, el registro de IPC de noviembre vendría acompañado de una incidencia negativa que estimamos en torno a 0,04 puntos porcentuales, mientras que en diciembre el impacto sobre el IPC se encontraría en torno a -0,10 puntos porcentuales, apoyando nuestra visión de que la inflación agosto-octubre tendría un componente estacional superior al usual. El cuidado debe estar en que también la reversión sea intensa posteriormente", advierte el informe de BBVA Research.