Un recorte a la parte alta del rango estimado previamente realizó el Consejo del Banco Central, al cálculo de crecimiento que registraría la economía chilena a fines de 2017, según establece el Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio publicado hoy.
Según el Consejo del emisor, la proyección para el año en curso es que la actividad se expanda entre un 1% y 1,75%, lo que implica un recorte en 25 puntos base (pb) a la previsión del IPoM de marzo, que situó dicho rango entre el 1% y 2%.
Sin embargo, la estimación para 2018 fue revisada en la dirección contraria, ya que si antes el Central proyectaba un crecimiento en torno al 2,25% y 3,25%, ahora la proyección aumentó en 25 pb, y lo dejó en un rango ubicado entre el 2,5% y 3,5%.
De acuerdo con el documento, "los cambios corresponden, principalmente, al menor desempeño de la actividad minera este año y su recuperación en 2018, ya que las perspectivas de crecimiento para el resto de los sectores no han variado mayormente".
Efecto Escondida
En su análisis, el emisor recordó que la casi nula expansión de la economía durante el primer trimestre estuvo marcada por la fuerte caída de la minería, que retrocedió 13,8%, principalmente por efecto del paro que afectó a Minera Escondida. En esto, sostuvo que, para el sector "retomar niveles de producción ha tardado más que lo previsto en marzo, por lo que su efecto se ha extendido hacia el segundo trimestre".
Con todo, dijo que para la segunda parte del año se espera que la economía vuelva a mostrar un crecimiento bajo, aunque superior al del trimestre previo.
"Así, se sigue considerando que el retorno a tasas de crecimiento acordes con el crecimiento potencial y cierre de brechas, es coherente con una economía que no muestra desbalances relevantes, la disipación gradual de algunos de los factores puntuales que han impedido un mayor desempeño en años recientes -- como por ejemplo, la importante caída de la inversión minera en los últimos tres años-- y una recuperación de los indicadores de confianza", detalló.
Inversión
En tanto, por el lado de la inversión, la previsión empeoró las perspectivas delineadas en marzo, ya que si en el anterior IPoM se esperaba que la Formación Bruta de Capital Fijo saliera de tres años de caídas consecutivas para crecer 0,2%, ahora el instituto emisor proyecta que cerrará el año con una caída de 0,9%. Esto, en vista del débil desempeño de la inversión en minería y construcción en lo que va del año, dijo el Central en el documento.
Dicho escenario además contempla que el crecimiento mundial promediará 3,5% entre 2017 y 2018, donde los socios comerciales de Chile crecerían 3,3%, cifras muy similares a las proyectadas en marzo pasado.
En tanto, el precio estimado para la libra de cobre en 2017 se mantuvo en torno a los US$ 2,55, y en US$ 2,5 para el próximo.
Por su parte, el petróleo promediaría "algo más" de US$ 50 el barril.
Inflación
El panorama para la inflación no muestra mayores novedades, ya que de acuerdo al análisis del IPoM, si bien la variación anual del IPC se ha mantenido en 2,7% desde febrero, "se sigue estimando que en los próximos meses la variación anual del IPC baje a niveles cercanos al piso del rango de tolerancia, para volver a 3% a fines de año y oscilar en torno a ese valor hasta el final del horizonte de proyección, mediados del 2019".
En ese contexto, la inflación subyacente "continuará descendiendo por algunos meses, llegando a niveles en torno a 2%, para aproximarse a 3% a fines del horizonte de proyección. El aumento del precio de los ítems más volátiles (alimentos y energía) será mayor al de la inflación subyacente, con lo que la convergencia de la inflación total a 3% será más rápida".
Trayectoria de la política monetaria y balance de riesgos
El escenario base delineado por el IPoM confirmó además que la trayectoria de la política monetaria se mantendrá expansiva a lo largo de todo el horizonte de proyección, lo que mantendría estable la tasa en los actuales 2,5% dentro de los próximos 24 meses.
Con todo, según señaló el presidente del Central, Mario Marcel, "considerando los recortes ya efectuados, creemos que la política monetaria ha llegado a un nivel de expansividad elevado y coherente con una inflación en 3% en el horizonte de proyección" y agregó que es probable que en el escenario más probable "no sean necesarios nuevos movimientos de la tasa y que lo más importante será dejar que el impulso monetario permee a la economía durante el tiempo necesario".
Sin embargo, el informe reconoce como fuente de mayor incertidumbre en el ámbito externo la evolución de la política fiscal y monetaria de Estados Unidos, por "su impacto sobre la economía global y las condiciones financieras", a lo sumó ciertos riesgos por el ambiente político, especialmente en la región, donde se señala que "los acontecimientos políticos en Brasil podrían generar efectos más relevantes sobre las condiciones financieras para la región".
En tanto, en el ámbito interno, si bien sostuvo que tanto la inflación como la actividad y el mercado laboral "han evolucionado acorde con lo previsto", apuntó que "tras varios años de bajo crecimiento, sigue siendo un riesgo que las empresas requieran hacer ajustes mayores en sus planillas, en especial si las perspectivas de recuperación no se materializan, debilitando el crecimiento de la masa salarial, con efectos negativos en el gasto".
A pesar de ello, menciona que una mayor impulso externo y una mejora en las expectativas "podría hacer reaccionar a la inversión con más fuerza, sobre todo en un contexto donde la política monetaria se ha tornado más expansiva y las condiciones financieras locales y externas son favorables".