La participación del consejero del Banco Central, Alberto Naudon, en el seminario Picton Latam Summit 2025 se centró en dos puntos: por qué la inflación convergerá a 3% durante el tercer trimestre de 2026 y qué tipo de estrategia de política monetaria es la adecuada para asegurarlo.
El economista comenzó por repasar lo que ha ocurrido con los precios internos en los últimos años.
Así, reconoció que “la inflación lleva un buen rato sobre 3%, y a pesar de que en un minuto fue bajando, ha vuelto a rebotar”.
“Llevamos más de cuatro años y medio con inflación alta”, agregó.
Recapitulando lo que ha ocurrido en los últimos años, el consejero aseguró que “bajar la inflación desde 14% a 3% sin generar un daño mayor en la economía fue algo exitoso y fue gracias a la combinación virtuosa de política monetaria y fiscal”.
Pero después, vino un “rebote fuerte” debido a las tarifas eléctricas, dijo, pero que se esperaba fuera transitorio.
“Sin embargo, acá viene la historia, que a mi juicio es donde se empieza a hacer un poquito más enredado el tema inflacionario, es que a fines del año 2024 vemos un rebote en la inflación subyacente. Y ese rebote está asociado principalmente a un aumento de los costos locales”, agregó Naudon.
Ese aumento de los costos locales venía por dos caminos: un tema cambiario por la depreciación del peso chileno y el incremento de los costos laborales.
Pero el economista aseguró que “todos los argumentos en esa época apuntaban a que estos fenómenos de costos eran también relativamente transitorios, en el sentido que no iban a seguir ocurriendo”.
“El problema es que a finales del 2024, principios del 2025, el mercado empezó a dudar de la capacidad del banco de retornar al 3% dentro de dos años”, explicó el consejero.
“Y estas inflaciones de corto plazo mayores que había muy buenos argumentos macro para pensar que no iban a ser demasiado persistentes, se empezaron a colar en las expectativas de inflación. Y eso para los bancos centrales es problemático”, continuó.
¿La razón de que sea un problema? Porque una vez que las expectativas empiezan a incorporar presiones inflacionarias más altas, “eso retroalimenta la formación de precios, hace más persistente la inflación y hace más difícil combatirla”.
En lo más cercano, “la inflación subyacente ha vuelto a subir. Y ese es el tema central del último Informe de Política Monetaria y la preocupación central del Banco Central hoy día”, esbozó Naudon.
Pero afirmó que será algo transitorio. “No hay nada en la demanda interna que nos sugiera que van a haber presiones inflacionarias grandes hacia adelante”, declaró.
“Estamos en una posición hoy día de mayor riesgo para la inflación que lo que pensábamos que íbamos a estar. Hoy día el riesgo de que esta inflación más alta se transforme en un fenómeno más persistente, es claramente mayor que lo que pensábamos hace unos meses atrás. Y eso es lo que nos ha llevado a comunicar al mercado que, si bien todavía hay espacio para seguir bajando en algo las tasas, porque las tasas están por sobre su nivel neutral, ese proceso tiene que ser muy cuidadoso”, mencionó, en tanto.
El dólar, la Fed y la relación con el mercado
Naudon sostuvo que “gran parte del problema” de que las expectativas del mercado mostraran que al instituto emisor le iba a costar llevar la inflación a 3% en un período de dos años, tiene que ver con el comportamiento del tipo de cambio y, en particular, con el comportamiento de la Reserva Federal.
“Es un tema que siempre nos ha costado en la comunicación con el mercado”, reconoció.
“Cuando uno hablaba con la gente del mercado te decían ‘ustedes tienen la tasa muy baja, la Fed iba a mantener tasas más altas porque hay un tema inflacionario allá también, esto va a presionar al tipo de cambio y esa presión les va a generar mayor inflación. Y ustedes van a tratar de bajar las tasas, pero no van a poder porque están de una u otra manera anclado a un diferencial mínimo con la Fed’”, relató.
“Entonces toda esa cosa del movimiento cambiario, de cómo reacciona el tipo de cambio a la política monetaria del Banco Central, a la política monetaria de la Fed, empezó de alguna forma a generar una narrativa del mercado en que -al final- la inflación iba a ser más persistente”, planteó Naudon.
En esa línea, acusó que “ahí hay un problema importante (...) hay una confusión en cómo el tipo de cambio afecta a la política monetaria y cómo es la relación de la política monetaria local con la política monetaria de Estados Unidos”.
Por una parte, planteó Naudon, hay un grupo de analistas que ve “una relación súper mecánica” entre lo que hace el instituto emisor y lo que hace la Fed.
El economista enfatizó en que no hay una relación mecánica entre la TPM y la Fed Fund Rate, y que más de un tercio del tiempo el diferencial de tasas ha sido igual o menor a 50 puntos base (pb.). “Hay períodos en que nos movemos muy de la mano y hay períodos en que nos movemos totalmente distintos”, zanjó.
“La otra historia es un poquito ingenua y es como que al Banco Central no le importa el tipo de cambio y el tipo de cambio puede estar donde sea”, dijo el consejero.
Naudon aseguró que aquello “es absurdo porque el tipo de cambio es un determinante central de la inflación”, y recordó que “no hay un tipo de cambio objetivo” para el ente autónomo.
También, hubo espacio para reconocer que “el tipo de cambio en términos reales está alto”.