En concreto, establece que todas las llamadas comerciales deseadas deben utilizar el prefijo 600, mientras que las no deseadas, conocidas como spam, deberán salir desde el 809.
La ciudadanía celebró la medida, pero no todos quedaron conformes. Particularmente crítico fue el retail financiero que advirtió que, al incluir las llamadas de cobranza dentro de la categoría comercial, el nuevo esquema terminaría afectando la recuperación de deudas morosas.
La tensión aumentó cuando la Asociación del Retail Financiero -que agrupa a servicios como Lider-Bci, Hites, CMR Falabella y Ripley, entre otros- presentó acciones primero en la Corte de Apelaciones y luego en la Corte Suprema contra la Subtel.
El gremio sostuvo ante la justicia que la norma no debería aplicarse a la cobranza extrajudicial, debido a las repercusiones que generaría. Incluso advirtió que solo en octubre la recuperación de deuda bancaria habría caído cerca de 30% por efecto de la medida, según publicó La Tercera.
En paralelo, y más allá de la postura gremial, dos compañías del sector ya recogieron el impacto en sus resultados a septiembre, específicamente Ripley y Empresas Tricot.
El impacto
El retailer de la familia Calderón detalló que en el tercer trimestre su negocio bancario registró un aumento de 12,9% en los ingresos, alcanzando los $ 137.441 millones. En Chile, la actividad comercial mostró un avance de 21% interanual en la cartera de colocaciones, impulsada por una mayor venta de productos financieros.
Sin embargo, y a pesar de este positivo panorama, el cargo por riesgo neto sobre cartera llegó a 9,4%, ligeramente superior al 9,2% del mismo período de 2024.
“Este incremento se explica, en parte, por la implementación de la norma de prefijos telefónicos en Chile, que redujo la tasa de respuesta de los clientes y afecta eventualmente de forma temporal la gestión de cobranza en su canal principal”, enfatizó Ripley.
Aun así, y gracias a “mejoras continuas en nuestros modelos de originación y en canales de cobranza”, observaron una baja sostenida en los niveles de morosidad, ubicándose en 3,6% en la mora mayor a 90 días, frente al 4,2% registrado en 2024.
En el caso de Tricot, la firma indicó que su negocio financiero continúa en un proceso de crecimiento luego de contener la mora y los castigos, cerrando septiembre con una cartera 18,6% superior a la del año anterior, al llegar a los $ 113 mil millones.
Sin embargo, advirtió que la entrada en vigencia de la norma que regula las llamadas masivas, y que exige el uso del prefijo 600, provocó una disminución cercana a la mitad en la contactabilidad necesaria para los procesos de cobranza.
“La compañía está implementando diversas medidas para mitigar esta situación; no obstante, ante eventuales impactos en los niveles de mora, el plan de crecimiento se revisará con el objetivo de resguardar progresivamente su sostenibilidad y rentabilidad futura”, concluyó Tricot.