El Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre trajo anuncios sorpresivos para algunos. No necesariamente en materia de actividad (se subió el piso del rango de crecimiento para este año y se mantuvo en 2,5%-3,5% el del próximo), sino en lo relativo a la orgánica del Banco Central, como por ejemplo reducir el número de reuniones de política monetaria de 12 a 8 en el año y ampliar de un día a uno y medio la duración de las mismas, modificaciones de las que estaba al tanto, en cierta manera, Jorge Desormeaux.
El consejero del instituto emisor entre 1999 y 2009 (vicepresidente de la entidad en sus dos últimos años) señala que las modificaciones fueron abordadas en su etapa en el consejo y que ponen al banco a la altura de las autoridades monetarias del mundo desarrollado.
“Cuando ampliamos de tres a cuatro los IPoM anuales, se discutió la posibilidad de reducir el número de reuniones de 12 a 8, de manera de que cada reunión estuviera más cerca de un IPoM recién evaluado.Lo que ha hecho el Banco Central es correcto, el banco se pone en línea con los nuevos tiempos y lo valoro y aplaudo”, señala el economista de la UC, con postgrado en el MIT.
A su vez, Desormeaux se alinea con el escenario de actividad propuesto por la entidad, pero advierte que uno de los factores más importantes para crecer en la parte alta del rango en 2018 será el desenlace de las presidenciales y parlamentarias de noviembre próximo.
- ¿Fue el de septiembre el IPoM del optimismo?
- El Banco Central realmente no puede reflejar algo distinto de lo que está viendo en la realidad. El instituto emisor no puede estar para levantarle el ánimo al país. Este IPoM entrega varios mensajes: el primero es que la economía tocó fondo en el segundo trimestre y va a experimentar un crecimiento más alto en la segunda mitad del año, y también en 2018.
La otra noticia es que en materia de política monetaria no están previendo un mayor estímulo y dejan como un escenario de riesgo la posibilidad de que la inflación sorprenda a la baja, lo que daría origen a un mayor estímulo.
- ¿Puede Chile crecer en la parte alta del rango (3,5%) el próximo año?
- Hay una distribución de probabilidades alrededor de esto y es posible que el crecimiento supere el 3%. La clave en esto va a ser, por una parte, las condiciones externas, que podrían ser algo mejores que las que considera el Banco Central en el IPoM. Pero sobre todo, importará la confianza interna, que dependerá del resultado electoral que tengamos en noviembre y en la segunda vuelta. Pero también del resultado de la elección parlamentaria. Si esos resultados le dan un mandato fuerte a la nueva administración, claramente estaríamos en un escenario en que estamos en el lado derecho de la distribución, más cerca del 3,5%.
- ¿Está incidiendo más que antes la política en la economía?
- Mario Marcel decía el viernes que en Chile nunca el escenario político ha influido en la economía. Es cierto, eso es parte de la historia. Un banquero internacional me decía que en el pasado vino muchas veces a Chile en períodos electorales y nunca se encontró con empresarios que le hablaran de política.
Pero hoy en Chile algo ha pasado, porque de lo único que habla la gente es de política. Yo corregiría, en ese sentido, al presidente del Banco Central: en Chile, la política realmente no influía en la conducta de la economía… hasta ahora. Pero después de este gobierno claramente hay una diferencia, este gobierno alteró las reglas del juego de una manera muy significativa, que ha sido muy dañina para el sector privado y la economía en general.
Hoy, la política sí influye en la economía y es determinante en las expectativas empresariales, más que nunca en mucho tiempo.
- ¿Es el principal determinante?
- No, también importan las condiciones externas.
- ¿Qué se juega Chile en esta elección? ¿No se juega la vida, como dijo Rodrigo Valdés?
- Yo tengo un gran aprecio por Rodrigo Valdés y lamento mucho lo que le ha tocado vivir, pero estoy en desacuerdo con él. Creo que el país se juega su futuro en esta elección y así lo están entendiendo los chilenos, que fueron masivamente a votar en las primarias.
Yo creo que aquí ha habido un problema de énfasis: este gobierno ha puesto un énfasis absoluto en la igualdad y con medidas apresuradas y mal diseñadas. Eso ha tenido un costo importante.
Organismos como la OCDE y el FMI han dicho que la desaceleración en un 50% se explica por factores externos y otro 50% por factores internos. Así, bajamos de 5% a 1% de crecimiento, pero ese crecimiento podría haber sido 3% si no hubiera habido estas decisiones que afectaron las expectativas del sector privado.
Dupla Eyzaguirre-Rodríguez: “Los hechos son más fuertes que las palabras”
- ¿Cuál es su reflexión sobre la salida del equipo económico?
- En el fondo, uno podría preguntarse cómo no ocurrió antes la salida del ministro Valdés. Al final, su salida es el reflejo de que la influencia del ministro de Hacienda en la conducción económica del país era muy limitada. Y esto, para una persona como Rodrigo Valdés, debe haber sido muy frustrante. Y esto no lo debe haber sentido solo ahora, desde su perspectiva yo creo que hoy se colmó el vaso.
Pese a ello, él hizo un trabajo muy importante en el ordenamiento de las finanzas públicas y el país debe estar muy agradecido de eso porque claramente antes de su llegada había autoridades que no le daban valor a la estabilidad macroeconómica y nos estábamos acercando muy peligrosamente a una conducción populista en el país. Chile tiene una deuda de gratitud con él en ese sentido.
- ¿Cómo ha visto la primera semana de los nuevos ministros económicos? Su despliegue ha sido bastante intenso.
- Nicolás Eyzaguirre y Jorge Rodríguez están haciendo lo que tienen que hacer, que es un esfuerzo comunicacional para mejorar las expectativas del sector privado. Pero si me pregunta qué posibilidad hay de que este gobierno pueda despachar leyes misceláneas para resolver problemas que han generado legislaciones que ya fueron aprobadas, yo diría que eso no tiene mucha viabilidad.
Además, hay que considerar que aún no se ha secado la tinta de la resolución de los ministros que rechazaron Dominga, uno de los pocos proyectos para ampliar la capacidad productiva de la industria del cobre en el mundo. Los hechos son mucho más fuertes que las palabras.
- A propósito de la controversia por Dominga, ¿qué tan grave es el problema que tiene Chile con la aprobación de proyectos de inversión?
- Al ser este un país muy intensivo en recursos naturales, obviamente es algo que va acompañado de conflictos. El verdadero tema es saber resolver bien los conflictos. Y creo que es ahí donde hemos fallado.
Estos mismos problemas los ha tenido Australia, Canadá y Nueva Zelandia, pero los han resuelto satisfactoriamente, de manera tal que las decisiones de inversión tienen menos incertidumbre. Por supuesto, que también hay componentes políticos en las decisiones, no todo es técnico. Pero en el fondo, en esos países los empresarios tienen una idea bastante precisa de cuál es la viabilidad de un proyecto. Un proyecto que toma dos años desarrollarlo y US$ 200 millones, para que al final le digan que todas las señales que se dieron antes eran equivocadas y el proyecto no es viable, es algo mortal para la iniciativa privada.
En Chile, cuando hemos innovado en este tipo de cosas, lo hemos hecho en una mala dirección. Hay que desburocratizar y reducir las instancias políticas y tratar que los procesos sean más predecibles. Si no, no tendremos inversión y nos encontraremos con la sorpresa de que tendremos mucha gente educada que no encontrará trabajo y vamos a empezar a exportar capital humano.
Presupuesto: "Gasto público debiera ser menor al 3%"
Septiembre no solo es el mes de las Fiestas Patrias en Chile, sino también un período clave a nivel macroeconómico: a fin de mes, se presentará ante el Congreso el último proyecto de Presupuesto de la actual administración, con señales de parte del ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, de que estará en línea con la regla fiscal y el contexto de estrechez de las cuentas públicas.
- ¿Cómo ha visto las señales del ministro Eyzaguirre de cara al Presupuesto?
- Yo esperaría que no haya una tentación de tener un Presupuesto fuertemente contracíclico. Esperaría que se aplique la regla de balance estructural, que debiera dar lugar a un crecimiento del gasto público como el que destacó el presidente del Banco Central en el Senado, en torno al 3%. Idealmente, debiera ser algo menor. Pero sobre todo, confío en que las dos principales autoridades económicas del país, el ministro Eyzaguirre y el presidente Marcel, que estuvieron en la génesis de la Ley de Responsabilidad Fiscal, sean fieles a ese compromiso.
Tasas: "La inflación de agosto debiera encender una luz amarilla en el Banco Central"
- ¿Está de acuerdo con el escenario base de que no se requerirán nuevas bajas de tasa?
- La minuta de la reunión de agosto planteó como una opción alternativa que una rebaja de tasas podía ser considerada como un seguro contra un escenario en el que tanto la actividad como la inflación tuvieran un desempeño menos favorable de lo esperado. Un seguro que no tendría un costo alto, ya que si la economía se desempeña mejor de lo esperado, llevaría a una normalización un poco más rápida de las tasas.
Me pareció, tras leer la minuta, que este escenario tenía una probabilidad relativamente alta de concreción. Pero el IPoM de septiembre nos acaba de comunicar que el consejo decidió no comprar ese seguro y plantea como escenario central la mantención de la tasa hasta mediados del próximo año. Queda, sin embargo, como escenario de riesgo la posibilidad de que la inflación sorprenda a la baja, en cuyo caso correspondería un mayor estímulo.
- ¿Lo ve probable?
- El Banco Central, me imagino, considera que ese escenario se materializaría si la inflación sorprende a la baja en lo sucesivo. Y la verdad es que el IPC de agosto ya sorprendió a la baja, particulamente en el caso del subyacente, que fue de -0,1%. Si uno toma en consideración que el tipo de cambio, desde que se cerró el IPoM, se ha apreciado un 4,5% adicional, en los próximos 12 meses vamos a tener una inflación subyacente que será alrededor de 0,3% inferior a lo que tiene previsto el Banco Central. Este escenario se beneficiaría de un ajuste preventivo de tasas para evitar que una baja inflación retroalimente la inflación futura y afecte las expectativas.
- ¿Esto pasaría en el corto plazo?
- Es poco probable que se materialice en septiembre. El Banco central querrá acumular más información. Pero hemos partido el mes con una inflación baja y subyacente negativa y ese es un cuadro que claramente se acerca al escenario de riesgo del IPoM.
- ¿Es una luz amarilla?
- Esto debiera encender una luz amarilla en el Banco Central, porque cuando se cerró el IPoM el tipo de cambio estaba sobre $ 640. Eso hace que el escenario de riesgo tenga mayor peso hoy.
- ¿Cuántas bajas se requerirán de materializarse el escenario de riesgo?
- En la minuta de agosto, la opción de rebaja de tasas consiste en 25 puntos base con un sesgo a la baja. Eso, a buen entendedor, son dos bajas de 25 puntos cada una. Esa es la medida necesaria para corregir la inflación de manera decisiva.
- ¿Es transitorio el shock del dólar y del cobre?
- En el caso del cobre, muchos analistas han señalado que no se justifica un precio tan alto como el actual. El principal argumento es que la economía china debería desacelerar su demanda interna en la segunda parte del año. El problema es que los datos nos dicen que la actividad en China, a diferencia de la demanda interna, no se está desacelerando. Si China se desacelera, será muy tenue, por lo tanto, no podemos descartar hoy que precios del cobre en torno a US$ 3 se puedan sostener.