Macro

Economistas y parlamentarios resaltan señales de avance del sello pro austeridad de Valdés

De cara a discusión con el sector público, Hacienda buscará enfatizar su postura, pero sin dejar de lado el factor político. Reajuste real podría no superar el 2%.

Por: S. Valdenegro y D. Vásquez | Publicado: Jueves 29 de octubre de 2015 a las 04:00 hrs.
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El orden en las cuentas fiscales es una de las obsesiones del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, y así lo ha hecho saber al mercado y a los sectores políticos en los más de cinco meses que lleva en el cargo.

La primera señal se dio el mismo 21 de mayo, cuando tras la cuenta pública de la presidenta Bachelet aseguró que el estímulo fiscal "ya había hecho su trabajo" y que la expansividad del gasto sería menor el próximo año. Luego, en julio, vino el primer sinceramiento: el déficit efectivo este año superaría en más de un punto el estimado por su antecesor, Alberto Arenas, ubicándose en 3% del PIB, reconociendo además que la posibilidad de alcanzar la meta de superávit estructural se veía "difícil".

De ahí los guiños continuaron: el principal fue el Presupuesto 2016, con un crecimiento de 4,4% del gasto -menos de la mitad del aumento de este año-, que fue complementado con una serie de medidas con las que Valdés ha logrado imponer su tesis: los recursos son más escasos que en el pasado y deben utilizarse con criterio.

El polémico bono por término de conflicto en BancoEstado que detonó la salida de su presidente Guillermo Larraín; el instructivo para congelar por dos años las dietas de gerentes y directivos de las empresas públicas; y el recorte de US$ 4.000 millones en el plan de inversiones de Codelco y la capitalización de apenas US$ 600 millones que el ministerio aprobó para la cuprífera estatal, son parte de las señales concretas que ratifican la tesis del secretario de Estado, ad portas de otra prueba de fuego para Teatinos 120: la negociación por el reajuste del sector público, hoy "manchada" -de alguna manera- por el paro del Registro Civil.

En Hacienda están conscientes de que la posibilidad de que las posturas se "endurezcan" en la negociación con los empleados fiscales, a raíz del caso Registro Civil, es "real", pero la estrategia del ministerio será apelar a la "cordura" y a un reajuste "acotado y en línea con la situación del país".

"Hoy se podría negociar dando un reajuste real de 0%, pero es un escenario extremo. Hay que equilibrar los temas presupuestarios técnicos con la debida señal política en este tipo de negociaciones", comentan en el entorno de Valdés.

El economista de Rojas y Asociados, Patricio Rojas, plantea que dadas las últimas señales del ministro, el reajuste nominal debiera oscilar entre un 5% y un 6%. Punto en el que coincide el diputado DC de la comisión de Hacienda, Pablo Lorenzini. "Hay que considerar el instructivo que envió el anterior ministro de Hacienda que establece que los reajustes en negociaciones del sector público no podrán superar el 2%"

¿Hay apoyo?

El diputado UDI de la comisión de Hacienda, Javier Macaya, valora el llamado a la austeridad de Valdés, pero advierte que situaciones como las del Registro Civil dan cuenta de una "falta de apoyo" a la tesis de Teatinos 120. "Si la consigna de Valdés realmente se estuviera imponiendo, no veríamos pésimos manejos como con el Registro Civil".

Para el director de Hermann Consultores, los últimos gestos dan cuenta del "avance" de la tesis del ministro, pero apunta que aún faltan "nuevos" sinceramientos. "Valdés debe mostrar coraje y determinación en disminuir hoy el elevado monto de provisión para financiamientos comprometidos en los proyectos de ley".

Mientras que Rojas plantea que "las señales del ministro van en la línea adecuada de que los recursos públicos son escasos y deben priorizarse, pero uno esperaría un mayor apoyo de algunos gremios del sector público".


"El sector privado debe buscar las oportunidades que se abren"
Un repaso a la situación actual de la economía, con un énfasis en las consecuencias del menor precio del cobre, realizó ayer el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, ante los empresarios que reunió un seminario de Sofofa y la U. del Desarrollo.

Dijo que la economía chilena deberá ajustarse y volver a la dinámica previa al boom de las materias primas que comenzó a fines de 2003 y que, a raíz de los mayores ingresos disponibles, generó un efecto en el balance fiscal y la cuenta corriente y transformó los procesos productivos que pasaron de bienes no transables a transables, que es lo natural cuando ocurre un shock de precios como el observado con el metal rojo en la década pasada.

"Eso se acabó. La economía tiene que empezar a devolverse a la estructura que tenía en 2003 y ese es un ajuste que no es fácil", planteó Valdés. En esa línea, celebró el tipo de cambio flexible chileno, ya que "hacer esto con un tipo de cambio fijo es durísmo (...). Casi siempre se falla".

También advirtió que el empleo se está ajustando, tanto por ingresos como por zona geográfica, lo que es un síntoma de que la economía tiene que cambiar y reasignar los recursos de ciertos sectores a otros, lo que de acuerdo al ministro necesita tanto el apoyo del gobierno como de los empresarios. "Es muy importante no perder de vista que este proceso es necesario de hacer, y la política macroeconómica tiene que estar a su servicio, tiene que facilitar este proceso, pero no hay escapatoria a hacerlo. Si no se hace este proceso, la economía no vuelve a crecer", advirtió.

Y Valdés llamó a los empresarios a hacerse parte. "Es el sector privado el que debe buscar las oportunidades que se abren. Son ustedes los empresarios los que tienen que buscar esos sectores y el gobierno tiene que facilitar ese proceso", sostuvo.

Añadió que "los incentivos están puestos, estamos viendo que la economía está reaccionando y el gobierno está comprometido para ayudar a los empresarios que quieran hacer esta reconversión".

Años complejos

Valdés señaló que el deterioro del balance fiscal observado desde 2011 "no puede continuar". El ministro apuntó que la realidad ahora es con un "déficit estructural mayor", a raíz del menor precio para el cobre en el mediano plazo y el PIB de tendencia, lo que quiere decir que "hay que actuar", pero sin hacer un ajuste muy brusco del déficit con el fin de no resentir la economía y no afectar la dinámica de deuda del país y la posición fiscal sana.

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