El gobierno presentó la semana pasada el proyecto de Ley de Presupuestos 2015, con un discurso marcado por la fuerte expansión del gasto fiscal (que crece 9,8%) para reactivar la alicaída economía, punto que genera algo de dudas en Carlos Massad.
El ex presidente del Banco Central en dos períodos (1967-1970 y 1996-2003) advierte que un gasto fiscal tan expansivo podría tener efectos muy marginales en la actividad del sector privado, ya que sería necesario -plantea- dar un giro en las deterioradas expectativas de dicho sector para ver un impulso más vigoroso.
-¿Con qué sensación quedó con el alza de 9,8% del gasto público en el Presupuesto?
-Es un aumento importante, que ocurre en momentos en que la economía chilena y la de varios otros países latinoamericanos se debilita. Desde ese punto de vista, el aumento en el gasto público tiene un efecto positivo.
Pero hay que recordar que al mismo tiempo se están aumentando los impuestos. El Fisco es sólo el 20% del total de la economía, el 80% es el sector privado. Se están traspasando recursos desde el sector privado al público, de modo que hay un efecto negativo en el sector privado y positivo sobre el público. O sea, el 9,8% de aumento no es un efecto neto en la economía, el efecto neto es seguramente muchísimo menor que ese.
Además, estamos en una situación política compleja. Se están pagando todos los costos de las reformas propuestas por la presidenta, las que son todas necesarias para el país. Pero al mismo tiempo no se están recibiendo los beneficios. Entonces, el escenario es complicado porque aparece una situación de leyes que cambian mucho lo tradicional -en el campo tributario, educación, salud, etc.-, lo que crea un ambiente de cierta inseguridad para la gente, y, al mismo tiempo, los beneficios sólo se van a recibir a futuro.
Afortunadamente, la situación política-económica actual no es fatal, pero sí es delicada.
-Entonces, ¿le parece que el potencial reactivador del Presupuesto sería limitado?
-Por supuesto que sí, un efecto reactivador es mayor cuando todo lo demás se mantiene igual. Pero si lo demás se está deteriorando, el efecto reactivador es algo menor. Hay que recordar que el efecto reactivador principal no proviene del sector público, sino del efecto que pueda tener sobre el privado.
-¿Debiera haber primero un cambio en las expectativas?
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Sin duda que eso ayudaría. Ahora, manejar expectativas no es algo sencillo, sobre todo en un ambiente en el cual se están pagando los costos de las reformas, pero aún no están llegando los beneficios. Si hubiera una mejora en las expectativas del sector privado, seguramente habría un mayor efecto positivo del mayor gasto fiscal.
-¿Cómo podrían mejorarse las expectativas? ¿Matizar algunas de las reformas?
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No soy un experto en manejar expectativas, ese es un tema bastante complejo. Pero sin duda que ayudaría un grado máximo de transparencia en relación con todos los planteamientos públicos, o buscar una acción como la de la reforma tributaria, donde hubo un acuerdo político general. Eso mejoró un poco las expectativas de la gente, lo mismo podría pasar en el plano educacional, laboral y constitucional, lo que ayudaría bastante.
Prioridades y déficit estructural
- ¿Es muy optimista el 3,6% de PIB con que se construyó el Presupuesto?
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Es algo optimista. Mi propia visión del próximo año está en un crecimiento alrededor de 3%. Pero ir más allá lo veo difícil por el conjunto de factores que están ocurriendo a nivel local y externo.
-¿Esto debiera repercutir en un mayor déficit el próximo año? El gobierno estima un efectivo de 1,9% y estructural de 1,1%.
- Realmente, la velocidad a la cual nos acerquemos a la meta de balance estructural va a depender mucho de las circunstancias económicas locales y externas.
Si hay un deterioro mayor al esperado, quizá no convenga acelerar la marcha hacia el equilibrio fiscal. Este no es el momento para acelerar la llegada al equilibrio estructural. Hoy, conviene dar un impulso a la economía.
-¿Cuál es el análisis de las prioridades presupuestarias? Se expanden bastante Educación, Salud y Obras Públicas para reactivar la economía.
- Desde el comienzo se sabía que esos serían los énfasis, eso está bien. Pero tengo algún grado de preocupación por el lado de Salud, ya que se pone mucho hincapié en la infraestructura. El énfasis debiera ser hacer funcionar mejor los hospitales ya existentes, ver cómo mejorar las remuneraciones para atraer médicos del sector privado, cómo usar mejor la infraestructura que ya existe. En esta etapa de nuestro desarrollo debiéramos preocuparnos fuertemente de hacer funcionar bien lo que tenemos.
"Temo que el dólar tenga un efecto superior en el IPC"
-¿Cuánto le preocupa el escenario inflacionario actual?
-Tenemos que ser muy cuidadosos en ese tema. Tengo el temor de que el aumento del precio del dólar en los últimos meses, unido a los nuevos impuestos por la reforma tributaria, tenga un efecto sobre la inflación algo superior de lo que se ve hoy.
-¿Se está cumpliendo el escenario de riesgo del último IPoM?
-Por riesgo inflacionario yo entiendo aquel que genera alzas sostenidas de precios en el tiempo. El aumento del dólar y de los impuestos no necesariamente genera alzas sostenidas, sino que por una sola vez. Y como tenemos una economía muy indexada a la UF, el IPC se refleja en la UF y a su vez en varios precios de la economía, por lo que el ajuste a este nuevo nivel de precios tomará tiempo. Vamos a tener varios meses con una inflación por encima de lo que nos gustaría.
-¿El Banco Central debiera dejar la tasa en 3,25% o llegar al 3% como piso?
-No hace mucha diferencia si la tasa es 3% o 3,25%, excepto en términos de señales. Lo que sí haría diferencia es el anuncio de que termina el ciclo de baja de tasas, porque es una señal a mediano plazo. En cambio, 25 puntos base de baja no le cambia la vida a nadie.
-¿Podría este proyecto de Presupuesto expansivo implicar presiones inflacionarias?
-Es difícil, porque la economía no está funcionando a su nivel de ocupación plena. Al contrario, está creciendo bajo su potencial. Por ese lado no veo peligros inflacionarios muy grandes. Los vería si el déficit fiscal se mantiene alto durante un período de varios años.
-¿Tuvo efecto la arremetida más política del presidente del Banco Central en el último IPoM?
-Yo creo que el Banco Central tiene que señalar aquellos aspectos no económicos que puedan influir sobre la situación macroeconómica. Desde ese punto de vista, Rodrigo Vergara lo hizo muy bien.