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El modelo económico en Chile, según Carlos Cáceres y Manuel Marfán

Por: Jose Tomás Santa María | Publicado: Viernes 18 de agosto de 2023 a las 04:00 hrs.
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Ambos economistas fueron ministros de Hacienda y autoridades del Banco Central (BC), pero en períodos muy distintos. Carlos Cáceres presidió el BC entre 1982 y 1983, y luego Hacienda entre 1983 y 1984 (también ocupó la cartera de Interior entre 1988-1990); mientras que Manuel Marfán estuvo en Hacienda en 1999-2000 y luego fue consejero del instituto emisor entre 2003 y 2013.

Mientras Cáceres era ministro, Marfán era un joven economista socialista de Cieplan -ingresó ahí en 1977-, centro de estudios que fue el principal contrapeso a las medidas económicas que se implementaron en el régimen militar. Una vez que retornó la democracia, Marfán entró a los gobiernos de la Concertación, específicamente a trabajar con el ministro de Hacienda de Patricio Aylwin, Alejandro Foxley; mientras que por esos mismos años, Cáceres -junto a Hernán Büchi y Cristián Larroulet- fundaba Libertad y Desarrollo, think thank que también tuvo un rol en la discusión de las políticas públicas que se fueron implementando a partir de los ‘90.

Protagonistas de la construcción del modelo económico que rige en Chile, aceptaron la invitación de DF a participar del podcast Diálogos DF: Chile en los últimos 50 años, para conversar acerca de dicho tema y sus retos. Aquí un extracto de dicha conversación.

“Si por modelo entendemos que es una economía de mercado, bueno, siguió siendo una economía de mercado. Pero dentro de las categorías de economía de mercado, lo que tenemos hoy día y lo que había el año ‘89, es diametralmente distinto”. Manuel Marfán

“Cieplan había sido muy crítico respecto del modelo, y cuando llegan al Gobierno se adoptan medidas pero sin hacer modificaciones sustantivas en los puntos centrales: apertura de la economía internacional y los equilibrios macroeconómicos”. Carlos Cáceres

Cáceres: “Yo no creo en los milagros económicos”

- En los últimos 50 años Chile vivió una mejora importante en todos sus indicadores, ¿existe el milagro económico en Chile, como algunos lo han calificado?

- Carlos Cáceres: Yo no creo en los milagros económicos. El movimiento de la economía se realiza por la vía de políticas económicas y obedece a un proceso de racionalidad. Cuando uno enseña política económica plantea cuatro tipos de objetivos. El primero, es el crecimiento económico; el segundo la estabilidad de precios; el tercero el pleno empleo; y, por último, la redistribución del ingreso. Y le compete a quienes ejercen las tareas de gobierno tomar una definición respecto de la prioridad.

- Manuel Marfán: Hay un proceso. Muchos países han tenido períodos de crecimiento muy rápidos en la antesala del desarrollo económico. Inglaterra era lejos la economía más dinámica e importante del mundo en los siglos XVIII  y XIX, y ese dinamismo coincidía con un nivel de miseria muy grande. En Chile, claramente ese proceso terminó y lo que hemos visto es una progresiva desaceleración del crecimiento hasta niveles bastante mediocres como los actuales.

- ¿Cómo recuerdan el período de implementación del modelo?, ¿Cuáles fueron las principales medidas? Carlos estaba en el Gobierno y Manuel en Cieplan.

- Carlos Cáceres: Uno de los puntos más significativos de la política económica que sigue el gobierno militar es la apertura de la economía internacional. Fue una de las primeras medidas que toma el gobierno militar, me recuerdo el año nuevo de 1973 al ‘74, el ministro de Hacienda, el almirante Lorenzo Gotuzzo, anuncia que los aranceles van a caer de una variedad que existían a una tasa única del 35% y se colocaba un horizonte de que esa tasa de aranceles iba a bajar en el tiempo hasta un nivel del 10%. Y luego viene el concepto de equilibrio macroeconómico, en el sentido de que para que una economía se mueva con estabilidad hacia el crecimiento, tiene que existir un equilibrio monetario, equilibrio en el comercio exterior y equilibrio en la parte fiscal. El ministro Cauas toma la decisión de hacer la primera reforma tributaria importante que se hizo respecto del IVA y a los impuestos a la renta, y eso fue importante; volvió a darle racionalidad al proceso de asignación de recursos.

- Manuel Marfán: Hoy nos enseñan en economía que si se pasa de un equilibrio a otro que produce más, no necesariamente es mejor si hay ganadores y perdedores, porque para los perdedores no es mejor. Hay que tener preocupación por los que quedan en el camino y todos los procesos de reformas que se hicieron, algunas bien evaluadas, como la apertura comercial, y otras muy mal evaluadas, como la desregulación del sistema financiero, por ejemplo, a propósito de las causas de la crisis de 1982, todas fueron muy duras, imposibles de hacer en democracia. El año ‘86 fue duro. Fue el año del atentado a Pinochet, el año de los quemados (de Rodrigo Rojas y Carmen Quintana). Fue una de las protestas más grandes que hubo en esa época. Fue complejo desde todo punto de vista. Y ese año (Edgardo) Boeninger dice que es posible tener un tránsito a la democracia dentro de las reglas del juego que tenía la propia Constitución del año ‘80. Y que si había éxito en eso, entonces había que prepararse para gobernar. Y, entonces, el año ‘86 hay un cambio de switch en Cieplan respecto de cómo enfrentar una transición a la democracia, considerando que Chile era el último país que tenía dictadura en Sudamérica y todos los anteriores, Argentina, Brasil, Uruguay, Perú, Ecuador, entraron en crisis fiscal a poco andar de la transición. Debe haber sido el año ‘88, 25 economistas, todos los de Cieplan, firmamos un documento en el cual mencionábamos los elementos que debían tener continuidad: la apertura de la economía, los equilibrios macroeconómicos y otras cosas, pero que había un tema en lo social, en la parte de distribución del ingreso, en pobreza, que había que preocuparse y ese era un tema terrible.

- Manuel dice que estos cambios no se podrían haber hecho jamás en democracia, o no con la dureza que se llevaron a cabo. ¿Está de acuerdo Carlos?

- Carlos Cáceres: Las cosas que se realizan en un país dependen de la voluntad política de los gobernantes. Y creo que es cierto, probablemente se facilitó el camino porque había una autoridad central que daba órdenes específicas y que tuvo la convicción política, en el sentido de lo que había que hacer en Chile una auténtica reforma estructural. Cuando las economías llegan a la situación de crisis que se vivió en 1973, no era posible esperar demasiado tiempo para que la gente observara cuál era la profundidad del cambio que había que hacer. Y recordemos que después de la crisis del ‘82, el crecimiento de la economía supera los niveles del 7% y al terminar el Gobierno militar, se entrega un país que estaba en un proceso de expansión económica.

- Con el arribo de la democracia, el modelo se mantuvo Manuel, ¿Cómo fue ese proceso?

- Manuel Marfán: La transición parte con una reforma tributaria, porque todas las anteriores transiciones que hubo en Sudamérica partieron con una crisis fiscal. El período anterior había sido de mucha disrupción. La crisis de mediados del año ‘70 y comienzos de los años ‘80, fueron muy profundas. El track récord del período completo no fue tan bueno en términos de crecimiento. La mejor tasa de inversión que hubo en todo ese periodo fue el año ‘81, que es más baja que cualquier año post democracia. Y hay una serie de razones que la explican. Un contexto de apertura política es necesario para que estos procesos tengan más éxito económico. La democracia, especialmente cuando hay acuerdos amplios, genera mucho más certezas respecto de las reglas del juego. También hubo que hacer una modernización del sistema de mercado importante, especialmente en lo financiero.

Se inicia todo un proceso de reformas del mercado de capitales.

Lo que estoy diciendo es lo siguiente: si por modelo entendemos que es una economía de mercado, bueno, sí siguió siendo una economía de mercado. Pero dentro de las categorías de economía de mercado, lo que tenemos hoy y lo que había el año ‘89, es diametralmente distinto.

- Carlos, ¿cómo lo vivieron ustedes ahora desde la oposición?

- Carlos Cáceres: Quiero hacer un pequeño alcance en un punto que menciona Manuel que da la impresión que el Gobierno militar prácticamente no se preocupó del tema de la pobreza y creo que ahí se comete una falsedad, porque hay que recordar que el primer mapa de la extrema pobreza se realizó precisamente al comienzo del gobierno militar, en que participaron Sergio Molina y Miguel Kast. 

Vuelvo a la pregunta. Y me va a perdonar, Manuel, porque creo que hay un cambio importante en ese Cieplan, que había sido muy crítico, respecto del modelo, pero finalmente cuando llegan al gobierno, adoptan medidas pero sin hacer modificaciones sustantivas a lo que habían sido los puntos centrales del gobierno: la apertura de la economía internacional y fundamentalmente este concepto de los equilibrios macroeconómicos. Hay reformas muy importantes y le reconozco, el papel de la reforma tributaria y luego la reforma también laboral, que fue importante. Por lo tanto, para mí en cierta medida estos primeros años fueron casi una sorpresa, porque yo pensaba que llegado al gobierno la Concertación primaría un pensamiento más socialista o más socialdemócrata de la economía.Felizmente, eso no ocurrió.

Marfán: “Para tener buenas reglas del juego, (hay que) mejorar el lugar donde se hacen, que es la política”

- Los expertos coinciden en que hoy el principal desafío de la economía es recuperar la capacidad de crecimiento, ¿Cómo se consigue?

- Carlos Cáceres: Las economías crecen fundamentalmente por tres pilares: inversión, empleo y productividad. Si esas tres variables caminan en forma conjunta, las economías comienzan un proceso de prosperidad. Si el espíritu de un gobierno es realmente fomentar el crecimiento económico, tiene que tomar medidas que vayan destinadas a incrementar la tasa de inversión, que ha bajado en forma notable. Me preocupa el tema de las 40 horas, la eventual nueva legislación laboral que va a volver al sistema de los sindicatos por actividad económica, y el tema de la productividad, que tiene un cimiento fundamental en el proceso educacional. En esas tres variables no veo que haya una convicción en el actual Gobierno. Espero que se tomen medidas que vayan destinadas a incrementar la inversión, generar mayor flexibilidad en el empleo. Todos estamos conscientes que el empleo femenino aquí en Chile es bajo respecto a los famosos estándares que plantea la OCDE. Creo que, en la medida que se genere mayor flexibilidad en el empleo, que se generen posibilidades de horarios flexibles para las mujeres, para que puedan ingresar al mercado del trabajo, hay una fuente de crecimiento económico muy importante. Y por último, el tema de la productividad, es el problema más importante de todos. Yo miro con relativo escepticismo lo que puede acontecer con la economía chilena en el futuro.

- Manuel preside el grupo de economistas que ha convocado el ministro Marcel, justamente para que colaboren en el diseño del pacto fiscal y en la medición de los datos respecto del aporte del crecimiento de la economía.

- Manuel Marfán: No quiero adelantar el trabajo que vamos a hacer, porque yo puedo dar mis ideas, pero no necesariamente son las ideas del grupo. Sería bueno que en un grupo variopinto como ese, llegáramos a tomar acuerdo respecto de lo que al país le convendría para volver a tomar un impulso de crecimiento, sería un aporte. Pero todavía es muy pronto para decir si vamos a lograrlo. Mi pensamiento particular es que hay que pasar a otra forma de desarrollo, que tiene mucho que ver con la economía de la cooperación en las cadenas de valor. En economías más avanzadas son equilibrios de cooperación estratégicas. Son equilibrios de cooperación en que hay amplísima evidencia teórica y empírica que son muy superiores a los equilibrios de cómo yo exploto a mis proveedores y a mis clientes, los dos lados del mercado. Es la lógica de las mediciones de la OCDE, a propósito de que Chile es el país más integrado verticalmente de la OCDE, lo cual muestra la desconfianza que hay en crear lazos de cooperación. Estoy hablando de las cadenas productivas, y también obviamente mantener la competitividad internacional es clave.

-¿Pero es optimista?

- Manuel Marfán: El elemento fundamental para tener buenas reglas del juego es mejorar el lugar donde se hacen esas reglas, que es en la política. Ese es el paso fundamental y creo que nos estamos jugando una oportunidad única en la discusión constitucional. En el Consejo Constitucional me da un poco de susto cuando veo la participación de algunos que no tienen interés en llegar a acuerdos, más bien quieren aprovechar mayorías circunstanciales para tener una Constitución que refleje el pensamiento de una mayoría en particular. Lo más importante para cualquier partido político tiene que ser el país, y nos estamos jugando plazos muy largos en la discusión constitucional. Espero que finalmente tengamos en la política una especie de equilibrio, de cooperación recíproca, estratégica.

- Carlos Cáceres: Cuando yo esperaba el resultado de la Convención Constitucional veía un escenario catastrófico si se llegaba a aprobar ese proyecto constitucional. Hoy, con todo lo que está ocurriendo, veo que hay un escenario de mediocridad en los próximos años, de crecimiento muy limitado y que realmente no van a satisfacer este deseo de incrementar significativamente el bienestar de la población.




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raíz de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, Diario Financiero emitirá una serie de podcast titulados “Diálogos DF: Chile en los últimos 50 años”. En 10 capítulos, distintos editores del diario conversarán con personas de diversos ámbitos acerca de la evolución de la economía chilena durante este medio siglo. Entre otras, se abordarán temáticas como el modelo económico, Banco Central, el consumidor chileno, mercado de capitales, apertura al mundo, impuestos y de los desafíos de los próximos 50 años. Escanea este código QR para escuchar el podcast con la entrevista completa.

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