Economía y Política

“Si una empresa tuviese que ser gobernada con un sistema como el político, estaría quebrada”

El sociólogo y quien participara en la campaña del del No, advierte que “si Piñera fuera candidato hoy, no habría sido electo como en 2009”.

Por: Ángela Chávez M. | Publicado: Lunes 27 de mayo de 2013 a las 05:00 hrs.
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A raíz del lanzamiento de su último libro “Sin miedo, sin violencia, una historia personal del No”, el sociólogo Eugenio Tironi, se dio el tiempo para analizar con DF el momento que vive el país.

En ese sentido, no se demora en advertir que a partir del recuento que hizo para elaborar el texto “descubrí muchas cosas: gran parte de los protagonistas de entonces, siguen siendo protagonistas de hoy. La campaña del Sí, fue ideada por los mismos que están hoy vivos y dirigiendo otras campañas o siendo candidatos”.

- ¿Qué refleja que los actores no hayan cambiado mucho desde entonces?

- Ha habido una tendencia a cargarle mucho la mano a Pinochet, pero detrás de él y de la estrategia del Sí, estuvo toda la elite político-económica de la derecha. Reconstruir ese enfrentamiento entre el Sí y el No es muy ilustrativo. Este país ha tenido muy poca rotación de su elite. Lo interesante es que esa postura y visión del mundo que está revelada en lo que fue el silabario del Sí, “La revolución silenciosa” de Lavín, y en que el gran planteamiento era que iban a ganar porque la gente quería mantener el modelo y los beneficios económicos, esa visión de mundo no ha variado demasiado. Si uno lee “La revolución silenciosa” de Lavín y escucha el discurso del presidente Piñera el 21 de mayo pasado son bien parecidos, en términos que las cosas nos harán felices y que los números y las cifras nos convencerán de las bondades del gobernante. Hay el mismo aire de familia. Pero como premisa, que se basaba en que el consumo es la fuente de la libertad, es una noción fenecida, que no tiene respaldo. Eso nos revela una sociedad mucho más madura, compleja y mucho más crítica.

- ¿El Chile que se ve en las calles ha evolucionado más rápido que la clase política?

- Creo que sí. El sistema político se ha venido deslegitimando como mecanismo de solución de controversias. No solo porque es un sistema muy oligárquico, es decir, que da mucho poder a los que están dentro y por lo tanto se hace muy difícil entrar. Segundo, da mucho poder a los pequeños grupos que controlan los aparatos. Esto tiene que ver con el sistema binominal y los quórum supramayoritarios que hacen que el sistema tenga muy poca plasticidad. Si una empresa tuviese que ser gobernada con un sistema de supermayoría como el que tiene el sistema político, esa empresa estaría quebrada. Los sistemas políticos al igual que las empresas tienen que tomar decisiones a tiempo, tienen que tener la flexibilidad para eso. Pueden equivocarse y hay que tener la capacidad de corregir los errores. Pero no puede ser este sistema casi sagrado. Aquí hay una responsabilidad enorme de la derecha, los que estuvieron con el Sí han hecho todo lo posible y necesario para no modificar el binominal y por esa vía no modificar las supramayorías y asegurarse acciones preferenciales. Eso ya no da más.

- Mirando hacia atrás, el ambiente político se ha crispado con el tiempo...
- No olvidemos, el año ‘90 estaba Pinochet y el Consejo de Seguridad Nacional, teníamos la inamovilidad de los comandantes en jefe, un mundo empresarial que temía que el nuevo gobierno fuera a expropiar y devolver el poder a los sindicatos. El poder que tenía el gobierno electo democráticamente era de fantasía, prestado. Muchos apostaban desde la izquierda y la derecha que esto iba a estallar. Por tanto hoy no cuesta nada decir “por qué no se hizo más”, y las condiciones en las cuales la democracia se instala en Chile eran inicialmente muy precarias.
- ¿Pero se ha descompuesto el ambiente político?
- Tampoco soy tan alarmista respecto de lo que pasa. Tenemos una primaria en la Alianza súper buena, entre dos líderes poderosos que han representado históricamente dos visiones distintas, aunque hoy Longueira está mas cerca de Allamand que de Jovino Novoa o de un Hernán Büchi. Se trata de una primaria de lujo, y en la oposición también. Tenemos a Bachelet y a personas nuevas que son Orrego, Velasco y el propio Gómez.

- Pero no se desprestigia la política con casos como el de la diputada Marta Isasi…

- Se ha buscado introducir elementos correctivos, pero sin reflexionar sobre la estructura. Dijimos, no vamos a tener financiamiento público sino que vamos a regular el privado y eso no ha funcionado; no vamos a cambiar el binominal sino que le vamos a introducir primarias, no ha funcionado; no vamos a cambiar las sobremayorías que es lo que provoca que la gente no participe y para eso se hace el voto voluntario e inscripción automática y tampoco funcionó. Entonces llegó la hora de ver los problemas de fondo: descentralización, financiamiento público y corrección del binominal.

- ¿Qué le parece que a 25 años del fin de la dictadura la estrategia para enfrentar al adversario sea recurrir a la campaña del terror?

- Los tips del Sí siguen vivos, la fe que se pone en el efecto concientizador de las cifras, en la economía, en esto que pone loco a los analistas oficialistas respecto de cómo con estas cifras tienen tan baja popularidad, eso rompe su paradigma. Entonces, en vez de cambiar el paradigma, alegan contra la gente, anulan las encuestas o cambian las cifras. El tip del terror, de que sin nosotros va a venir el caos, lo han venido diciendo desde que tengo uso de razón.


Bachelet no quiere herir 

- ¿Qué le pareció el último discurso del presidente Piñera, lo ve de candidato en 2018?

- Da la impresión que tiene energía y recursos para rato y el deseo, que es bien importante. Ahora el país camina en una dirección en que si Piñera fuera candidato hoy, no habría sido electo como lo fue en 2009. Piñera salió electo porque el candidato de la Concertación estaba destinado a perder y porque dejó que surgiera ME-O. Además en esos años no cristalizaba esa sospecha y desconfianza hacia el llamado abuso que tiene como agente a los poderosos, a los ricos, a la elite. Por eso Golborne fracasó, no pasó el primer caché. Entonces la pregunta es, ¿Piñera el 2017 pasaría el primer caché? 
- ¿Cómo ha visto la performance de Bachelet?
- Defensiva, eficaz, eficiente. Con muy buenos resultados con poca energía. Tengo la impresión que eso es lo que ella quiere de aquí a junio. O sea, no quiere sobreexponerse, ni sobreactuar, porque no quiere producir heridas, ni distanciamientos dentro de su propia coalición. Entonces más vale casi no hacer campaña, la cuestión se va a definir después de la primaria. Cualquier cosa que haga puede ser interpretado como abuso respecto de un Velasco y sobre todo de un Orrego, que representa a un partido como la DC que es vital para su futuro gobierno, entonces tiene que usar con mucha cautela su fuerza.

- Tampoco se acercaría a los partidos para no salpicarse de la crisis que estos viven...
- En eso ha tenido mucha congruencia y sangre fría, no se ha dejado llevar por cuestiones emotivas y sentimentales.
- A propósito del caso de Escalona, se dice que quedó en entredicho el liderazgo de la candidata...
- El liderazgo de Bachelet no es el liderazgo de Longueira. Pedirle que actúe como Longueira es pedirle que se traicione a sí misma, además que se estaría descapitalizando. Esa va a ser la opción en la boleta de noviembre: quieren un liderazgo a lo Longueira o Allamand, o un liderazgo a lo Bachelet y me temo que la inmensa mayoría va a querer el de Bachelet, porque está más afín con el grado de madurez y complejidad que tiene la sociedad chilena.

NUEVO LIBRO: "ES UN TESTIMONIO PERSONAL DE MI GENERACIÓN"
- ¿Por qué este libro ahora y no antes?
- De pronto ocurren episodios que hacen que recuerdos que estaban ocultos y que uno creía olvidados, se iluminan y a mí me pasó algo parecido a partir de la experiencia casi física de la película y de haber leído el guión. Me hizo zambullirme en recuerdos que van más allá de la campaña del Sí y el No, del 11 de septiembre de 1973. En el fondo es un testimonio personal de lo que fue la vida de mi generación.

- ¿Es como saldar una deuda?
- No tenía pensado escribir este libro. Por eso cuando empezaron a surgir ideas y hacer como sinapsis esto se fue convirtiendo en una cosa poquito maníaca. Era más provechoso hacerme cargo de este duelo que dejarlo otra vez guardado en los archivos.

- ¿Con qué sensación se queda tras ver el libro publicado, habla de un duelo, es nostalgia?
- Fue un quiebre el triunfo del No para uno. Pinochet daba sentido a nuestras vidas y, por ende, al perder tuvimos que buscar darle un sentido a nuestras propias vidas y de allí que había un deseo oculto a que esto no fructificara porque el esfuerzo de volver a darle el sentido a la vida de uno, sin tener al frente a una figura como Pinochet, no es cosa fácil. Pero en este proceso uno fue ganando muchas cosas y perdiendo otras, amigos, enfrentándose a otros. Hubo enfrentamientos muy duros entre la estrategia del plebiscito y la estrategia que proponía insurrección, y de la cual hay huellas hasta el día de hoy. Esto consumió parte importante de mi vida, pero la noche del 5 de octubre terminé y como que me zambullí en muchas cosas, terminé mi tesis, me metí al gobierno y es como que nunca me había detenido a ver cómo todo esto me ha marcado y eso hice aquí en este libro. - Por lo mismo, ¿cómo describiría todo ese proceso? - No tengo ninguna nostalgia, no es que sea un viudo de ese período. Mi vida ha sido infinitamente mejor, más rica, más libre y desafiante en muchos aspectos, después del plebiscito que a

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