El tenso Consejo Directivo del CEP en que se anunciaría el arribo de Harald Beyer
Si bien el think tank ha sido muy cuidadoso para abordar el tema públicamente, estaría claro que desde hoy se plantearán las prioridades en materia del retorno al sello de un centro de ideas liberales.
Por: | Publicado: Viernes 7 de junio de 2013 a las 05:00 hrs.
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Por J. Catrón y B. Gutiérrez
En un clima más tenso de lo que se esperaba hace menos de un mes, cuando se confirmó la solicitud de renuncia a la dirección ejecutiva del Centro de Estudios Públicos (CEP) de Arturo Fontaine, se prevé que se desenvuelva hoy la reunión del Consejo Directivo del think tank.
Y es que la instancia ya no tendrá sólo la misión de nombrar a su sucesor en el cargo, sino que también contemplaría un espacio importante para pedir explicaciones. Ya no de porqué la decisión de la salida de Fontaine, sino del porqué quien dirigió la entidad durante más de 30 años, se habría manifestado sorprendido cuando, señalan fuentes del Consejo, él manejaba la información desde fines del año pasado “incluida su indemnización”, y que lo único que se habría modificado era la fecha definitiva del cambio: en vez de marzo de 2014, sería junio el mes de su salida.
Este adelantamiento habría estado estrechamente ligado a lo que iba ocurriendo con el ex ministro de Educación y ex investigador del CEP, Harald Beyer, quien sería nombrado hoy su sucesor y de quien habría dependido desde ya hace un tiempo, su permanencia no sólo en el plazo de marzo 2014 -cuando Beyer sin mediar Acusación Constitucional, debía terminar su gestión en el gobierno- sino que también con anterioridad, ya que el CEP habría tenido listo el cambio cuando en diciembre de 2011, Beyer fue llamado por el presidente Piñera para asumir en la cartera de Educación.
En este marco, lo que se zanjaría en definitiva hoy es la fecha en la que iniciará oficialmente su labor Beyer, quien cuenta con el pleno respaldo del Consejo pero que se encuentra por estos días en EEUU.
Las fuentes aclaran que el CEP ha sido muy cuidadoso para referirse al tema y esperar en silencio la reunión de hoy, pero el escenario estaría “muy claro”.
Respecto de la opción de Leonidas Montes para ocupar el cargo, que surgió en paralelo con la información de la salida de Fontaine, fuentes aclaran que fue sólo un rumor y que no se conoció en ningún momento un apoyo explícito a su nombre.
Si bien en el Consejo hay consenso respecto de la buena labor de Fontaine en gran parte de sus más de tres décadas de gestión, hay quienes señalan que fue precisamente en el actual gobierno de centro derecha, en el que el think tank no habría destacado como se esperaba. “No se marcó pauta y caímos en las redes del populacho que grita en la calle”, subrayan fuentes de la entidad. De hecho, remarcan que basta ver que “todas las cartas de apoyo hacia Fontaine son de gente de izquierda, nadie de derecha”.
Sobre el futuro de Arturo Fontaine, no hay nada muy claro. Lo que sí estaría descartado es su incorporación al comando de alguna candidatura presidencial como se planteó en algun momento, con el de Andrés Velasco. Si bien, reconocen su cercanía con el abanderado independiente, no estaría en sus planes inmediatos aparecer como un rostro que apoye esa opción explícitamente.
“No sólo se habla de libertad sino que se la vive”
Tal como lo consignó en su comunicado del 15 de mayo pasado, Fontaine destacó al CEP como “un lugar de encuentro y conversación, de análisis y discusión. Un instituto académico independiente donde no sólo se habla de libertad sino que se la vive”.
Sin embargo, miembros del Consejo creen necesario aclarar que si bien es un centro pluralista, en el que se puede expresar lo que se piensa, el CEP “no debiera olvidar” que es un centro de estudios de libre mercado.
Y aunque han sido muchos quienes en este período han advertido del riesgo que podría enfrentar el think tank de “derechizarse”, más aún cuando en un año electoral cuenta con una de las encuestas más prestigiadas del país, el Consejo tendría a firme plantear las prioridades en este sentido para esta nueva etapa.
Descartan hablar de un “giro a la derecha”, es más bien -agregan- “ser lo que siempre ha sido y que en el último tiempo no estaba siendo así: un centro de ideas liberales, donde se respetan todas las posturas, pero siempre de corte liberal”.
¿Carencias en la institucionalidad?
Hay quienes analizan lo ocurrido desde otra perspectiva y ven en la reacción de Arturo Fontaine, una carencia más bien del CEP.
Específicamente apuntan a que en más de 30 años, la entidad no ha desarrollado un esquema de gobierno corporativo que permitiera un recambio en la directiva que fuera natural y que no generara el ruido que suscitó esta.
Generalmente, agregan fuentes, en el sector privado los roles se evalúan y resulta legítimo y “razonable” realizar cambios. El caso de Fontaine, a juicio de las mismas fuentes, era bien particular dado que el director ejecutivo llevaba casi el mismo tiempo en el cargo que la creación del centro de estudios.
Desde el Consejo esta crítica es asumida con reparos ya que señalan no es el problema del tiempo que haya durado sino que es legítimo que después de todo ese período, las personas se tienen que ir. “Nadie es imprescindible, las instituciones siguen existiendo”, concluyen.
En un clima más tenso de lo que se esperaba hace menos de un mes, cuando se confirmó la solicitud de renuncia a la dirección ejecutiva del Centro de Estudios Públicos (CEP) de Arturo Fontaine, se prevé que se desenvuelva hoy la reunión del Consejo Directivo del think tank.
Y es que la instancia ya no tendrá sólo la misión de nombrar a su sucesor en el cargo, sino que también contemplaría un espacio importante para pedir explicaciones. Ya no de porqué la decisión de la salida de Fontaine, sino del porqué quien dirigió la entidad durante más de 30 años, se habría manifestado sorprendido cuando, señalan fuentes del Consejo, él manejaba la información desde fines del año pasado “incluida su indemnización”, y que lo único que se habría modificado era la fecha definitiva del cambio: en vez de marzo de 2014, sería junio el mes de su salida.
Este adelantamiento habría estado estrechamente ligado a lo que iba ocurriendo con el ex ministro de Educación y ex investigador del CEP, Harald Beyer, quien sería nombrado hoy su sucesor y de quien habría dependido desde ya hace un tiempo, su permanencia no sólo en el plazo de marzo 2014 -cuando Beyer sin mediar Acusación Constitucional, debía terminar su gestión en el gobierno- sino que también con anterioridad, ya que el CEP habría tenido listo el cambio cuando en diciembre de 2011, Beyer fue llamado por el presidente Piñera para asumir en la cartera de Educación.
En este marco, lo que se zanjaría en definitiva hoy es la fecha en la que iniciará oficialmente su labor Beyer, quien cuenta con el pleno respaldo del Consejo pero que se encuentra por estos días en EEUU.
Las fuentes aclaran que el CEP ha sido muy cuidadoso para referirse al tema y esperar en silencio la reunión de hoy, pero el escenario estaría “muy claro”.
Respecto de la opción de Leonidas Montes para ocupar el cargo, que surgió en paralelo con la información de la salida de Fontaine, fuentes aclaran que fue sólo un rumor y que no se conoció en ningún momento un apoyo explícito a su nombre.
Si bien en el Consejo hay consenso respecto de la buena labor de Fontaine en gran parte de sus más de tres décadas de gestión, hay quienes señalan que fue precisamente en el actual gobierno de centro derecha, en el que el think tank no habría destacado como se esperaba. “No se marcó pauta y caímos en las redes del populacho que grita en la calle”, subrayan fuentes de la entidad. De hecho, remarcan que basta ver que “todas las cartas de apoyo hacia Fontaine son de gente de izquierda, nadie de derecha”.
Sobre el futuro de Arturo Fontaine, no hay nada muy claro. Lo que sí estaría descartado es su incorporación al comando de alguna candidatura presidencial como se planteó en algun momento, con el de Andrés Velasco. Si bien, reconocen su cercanía con el abanderado independiente, no estaría en sus planes inmediatos aparecer como un rostro que apoye esa opción explícitamente.
“No sólo se habla de libertad sino que se la vive”
Tal como lo consignó en su comunicado del 15 de mayo pasado, Fontaine destacó al CEP como “un lugar de encuentro y conversación, de análisis y discusión. Un instituto académico independiente donde no sólo se habla de libertad sino que se la vive”.
Sin embargo, miembros del Consejo creen necesario aclarar que si bien es un centro pluralista, en el que se puede expresar lo que se piensa, el CEP “no debiera olvidar” que es un centro de estudios de libre mercado.
Y aunque han sido muchos quienes en este período han advertido del riesgo que podría enfrentar el think tank de “derechizarse”, más aún cuando en un año electoral cuenta con una de las encuestas más prestigiadas del país, el Consejo tendría a firme plantear las prioridades en este sentido para esta nueva etapa.
Descartan hablar de un “giro a la derecha”, es más bien -agregan- “ser lo que siempre ha sido y que en el último tiempo no estaba siendo así: un centro de ideas liberales, donde se respetan todas las posturas, pero siempre de corte liberal”.
¿Carencias en la institucionalidad?
Hay quienes analizan lo ocurrido desde otra perspectiva y ven en la reacción de Arturo Fontaine, una carencia más bien del CEP.
Específicamente apuntan a que en más de 30 años, la entidad no ha desarrollado un esquema de gobierno corporativo que permitiera un recambio en la directiva que fuera natural y que no generara el ruido que suscitó esta.
Generalmente, agregan fuentes, en el sector privado los roles se evalúan y resulta legítimo y “razonable” realizar cambios. El caso de Fontaine, a juicio de las mismas fuentes, era bien particular dado que el director ejecutivo llevaba casi el mismo tiempo en el cargo que la creación del centro de estudios.
Desde el Consejo esta crítica es asumida con reparos ya que señalan no es el problema del tiempo que haya durado sino que es legítimo que después de todo ese período, las personas se tienen que ir. “Nadie es imprescindible, las instituciones siguen existiendo”, concluyen.