Luksic asume su responsabilidad por cita con Dávalos pero asegura que Banco de Chile actuó correctamente

El empresario y vicepresidente del Banco Chile, Andrónico Luksic, envió una carta personalizada a los trabajadores de la institución financiera en la cual asume su responsabilidad por las consecuencias que generó la reunión con Sebastián Dávalos. 

"Asumo ante usted mi total responsabilidad y siento sinceramente no haber previsto entonces las complejidades y consecuencias que tendría este encuentro", dijo el empresario en la misiva enviada a unos 13.000 trabajadores del Chile. 

Sin embargo, Luksic aseguró que no hubo ninguna ilegalidad en la operación que implicó un préstamo por $ 6.500 millones a la empresa Caval, controlada por Sebastián Dávalos, el hijo de la presidenta Bachelet, y su esposa, Natalia Compagnon.

"Tengo la absoluta tranquilidad y puedo asegurarle que el banco actuó correctamente en todo este proceso: evaluó durante más de tres meses el negocio, tasó los terrenos, analizó las garantías y sólo concedió el crédito cuando el comité ejecutivo, con total independencia, consideró que se cumplían las condiciones", dijo el empresario. 

En la misiva, Luksic también detalló que la reunión con Natalia Compagnon y a Sebastián Dávalos fue solicitada en nombre de ellos a su secretaria. 

"La decisión de recibirlos fue únicamente mía y lo hice con la sola intención de actuar con deferencia", dijo. 

Empresario está "muy afectado"

Fuentes dijeron a Diario Financiero que la elaboración de la carta tomó dos días y que el empresario estaba "muy afectado" con la situación que terminó con la renuncia de Dávalos al gobierno y con la designación de un fiscal especial que incluso podría llamarlo a declarar.

En la carta además participó el gerente comercial y de Grandes Empresas de Banco de Chile, Eduardo Ebensperger, quien también estuvo en la reunión con Luksic y el hijo de la presidenta y Compagnon.

Las mismas fuentes revelaron que cuando él aceptó la reunión, el "momento político era otro" y que jamás imaginó el revuelo que terminaría generando.