El fabricante de camionetas LDV, con base en la ciudad de
Birmingham, centro de Inglaterra, se declaró hoy en suspensión de pagos tras
fracasar los intentos para su rescate.
LDV hizo el pasado viernes su último pedido al Gobierno
británico para que ayudase a salvar la compañía después de que fracasase un
acuerdo para su rescate con la firma Weststar de Malasia.
La empresa de camionetas emplea a unas 900 personas en su
planta de Birmingham, pero miles de puestos de trabajo dependen de ella en
áreas de suministro de componentes y otros servicios.
Tras su solicitud hoy de suspensión de pagos en un tribunal
de Birmingham, LDV -de propiedad del gigante ruso de gas GAZ- espera vender
rápidamente sus activos.
La empresa ha sufrido una drástica caída en sus ventas y se
vio obligada a suspender la producción el pasado diciembre.
Los responsables de LDV querían un crédito de 60 millones de
libras (unos 67 millones de euros o US$ 93 millones) para poder rescatar la
empresa y sacarla de los números rojos, pero una delegación de la compañía que
acudió el pasado viernes a Londres no pudo ponerse en contacto con ningún
ministro porque había un reajuste del Gobierno, indicaron hoy fuentes del
fabricante de camionetas.