S2G Investments, un fondo ligado a la familia Walton, selló la semana pasada una inversión de US$ 25 millones para quedarse con el 15% de Oxzo, una empresa chilena dedicada a los servicios de oxigenación para la salmonicultura y cuyos accionistas son la financiera Altis y el grupo Fiordo Austral.
Tras concretarse la transacción, el presidente de Fiordo Austral y Oxzo, Rafael Ariztía, junto al socio de Altis, Claudio Inglesi, conversaron con DF acerca de lo que significa esta inversión para la firma y lo que viene ahora para ella.
“Es un tremendo espaldarazo a la trayectoria de la empresa y a la industria, porque es un fondo internacional reputado, de primer nivel. Esto sí que es smart money (dinero inteligente). Es un reconocimiento a la sofisticación y profundidad que está logrando la industria salmonera como un todo”, afirmó Ariztía, quien fuera en el pasado asesor de ambos gobiernos de Sebastián Piñera.
La ruta que marcaron en Oxzo cuando Altis entró a la propiedad en 2024 fue profundizar su internacionalización y, con la entrada de S2G, esperan concretarlo. “Se abre una ventana de oportunidad que son sus redes, su prestigio, su conocimiento. Y complementa la visión que tenemos de exportar servicios y tecnología chilena al mundo. Es una industria en que somos grandes, somos de clase mundial y tenemos costos súper competitivos”, sostuvo Inglesi.
¿Qué vieron en Oxzo?
La tecnología desarrollada por Oxzo está enfocada en mantener niveles ideales de oxígeno en el agua -tanto en pisciculturas en tierra como en los centros de cultivo en el mar- donde se crían los salmones, lo que permite reducir costos de producción, aumentar la productividad y la biomasa y reducir la mortalidad de los peces hasta en un 24%, explicaron desde esta compañía.
S2G invirtió en Oxzo a través de su fondo “Océanos”, que creó para enfocarse específicamente en este tipo de empresas. Ariztía contó que, para cerrar la transacción, realizaron un proceso exhaustivo, contratando terceros especialistas para el due diligence y para tener un análisis detallado de la empresa.
Inglesi planteó que este fondo vio algo muy similar a lo que, en su momento, también atrajo a Altis. “El mundo necesita proteína (...) y se espera que crezca la proporción de proteína que sea fruto de la acuicultura”, explicó.
Agregó que la tecnología de Oxzo “tiene un beneficio de bienestar animal, que crezca más rápido, que se muera menos. Tiene beneficios para el medio ambiente… entonces, hay una fuerza muy positiva hacia adelante para la acuicultura y en el uso de oxigenación en ella. El caso de negocios armado de lo general a lo particular es bastante contundente”.
Lo que hace Oxzo, entonces, no es simplemente vender las máquinas para nivelar el oxígeno, sino que ofrecen un monitoreo constante a las salmoneras. “La mantención es súper crítica y nos hacemos cargo de eso. Lo que aseguramos a los clientes es comprometer un suministro confiable de oxígeno en el tiempo (...) Tratamos de asegurarles los factores sanitarios para que su productividad sea la mejor”, añadió Ariztía.
Otras geografías y especies
Delineados esos fundamentos, el momento que vive la empresa también es clave para la entrada de S2G, porque quieren ampliarse mucho más allá de Chile, donde trabajan con la mayoría de las salmoneras.
Ya tienen presencia internacional. La proveedora de servicios de oxígeno tiene una operación basada en Noruega, donde prestan servicios a ese país, pero también a Islandia y Escocia. Además, ya están en Canadá.
Noruega, eso sí, concentra alrededor del 50% del mercado salmonero mundial, por lo que el paso natural para Oxzo es apostar por crecer en ese país. “Es bastante diferente, las problemáticas no son las mismas y la industria está organizada de otra manera”, postuló Ariztía.
“Además, lo natural para Noruega es exportar tecnología a Chile, esto es al revés, entonces también hay un desafío cultural”, añadió Inglesi.
En Noruega, las condiciones del oxígeno diluido en el agua, en general, son mejores, pero el principal problema para las salmoneras es el piojo de mar (Caligus), lo que ha derivado en tendencias y regulaciones más estrictas, para usar sistemas más cerrados en los centros de cultivo.
Ariztía ejemplificó que una de las soluciones es colocar faldones para aislar a los peces o bien instalar jaulas semicerradas que disminuyan la interacción de los salmones con el medioambiente.
“Todas estas soluciones requieren oxígeno”, dijo. “Además, con el cambio climático, la temperatura del agua ha ido subiendo y los noruegos perciben que el oxígeno va a ser importante en eso”.
La diversificación de los mercados no es solamente geográfica, aclararon los ejecutivos. Porque si bien el salmón es una de las especies más grandes en el segmento acuícola, Oxzo ya está probando tecnologías para otras producciones.
“Deben tener un precio razonablemente alto para que valga la pena la tecnología, y que tenga una mortandad con desafíos productivos relevantes. La tilapia y los camarones son interesantes”, sintetizó Inglesi.
Cada una, eso sí, tiene sus propias complejidades, que actualmente están trabajando. “La tilapia se cultiva en aguas más cálidas, por lo que la dificultad de diluir oxígeno es mayor. Esas son las cosas que Oxzo sabe muy bien y que su gente entiende y es técnicamente muy competente”, aseguró Ariztía.