La investigación del retailer estadounidense Target sobre la calidad de los productos de algodón de su proveedor indio Welspun desató una cadena de juicios y pérdidas millonarias. Según los resultados revelados en agosto, 750 mil sábanas y toallas de marca Fieldcrest importadas bajo el sello “100% algodón egipcio”, un estándar de calidad y sinónimo de lujo en la industria que se venden a US$ 75, resultaron ser una falsificación barata.
Target, que analizó la fibra con microscopios y rastreó la cadena de producción de Welspun, resolvió poner fin a todas las relaciones comerciales con la empresa y ofreció compensación a los consumidores. Otras cadenas como Walmart y Bed, Bath & Beyond, también anunciaron el retiro de productos con el sello de “100% algodón egipcio“ de sus tiendas.
Ya son tres los casos judiciales presentados contra Welspun por fraude. Otra querella separada apunta a Walmart. Según una clienta del gigante, la empresa cuestionó los productos de Welspun en 2008, sin embargo, no dio cabida al caso hasta que lo hizo Target. Walmart ya respondió, diciendo que va a “protegerse vigorosamente“.
Welspun culpa a las cadenas de suministro
Welspun, según señalaron a Bloomberg las fuentes cercanas a la empresa, primero tomó con calma la investigación en curso. Sin embargo, el anuncio de Target tuvo un efecto devastador. Las acciones del gigante se han desplomado 40% desde agosto y las pérdidas en el tercer trimestre llegaron de 1.480 millones de rupias (US$ 21,87 millones).
Welspun niega las acusaciones, diciendo que el problema no es la calidad, sino la complejidad de rastreo y trazabilidad. La empresa contrató una auditoría de EY para evaluar sus prácticas, y según dijo el presidente Balkrishan Goenka, desde ahora tratará de simplificar la cadena de suministro incorporándola dentro de la empresa.
Certificado en duda
El algodón egipcio vale en el mercado casi el doble que sus equivalentes de India, un gran incentivo para los productores para engañar a sus agentes, y un hecho muchas veces tolerado por las mismas empresas de retail, dicen los expertos.
La certificación de calidad del algodón está a cargo de la Asociación de Algodón de Egipto (CEA, por su sigla en inglés), cuyos sellos de aprobación debiesen ser una garantía de la calidad del producto. Sin embargo, el proceso tiene fallas. Según el director ejecutivo de la institución, Khaled Schuman, para obtener la certificación el productor entrega datos de sus compras de materias primas y muestras del producto final, que pasan por un análisis de ADN. El proceso se repite anualmente, pero entre estos chequeos la empresa y sus productos no tienen controles. Según Mohamed Negm, que efectúa las pruebas de CEA, normalmente las firmas como Welspun compran algodón crudo y luego lo envían a Asia, donde se elabora el producto final. “Las fábricas mezclan algodón de Egipto con otros de baja calidad para aumentar las ganancias”, señaló Negm. El primer analisis en abril reveló que 90% de las muestras aleatorias fueron falsificaciones mezcladas con algodón de baja calidad proveniente de Sudán, Burkina Faso y Pakistán. Sin embargo, la primera empresa en obtener el “sello dorado” de CEA fue justamente Welspun.
Un respiro para Egipto
Mientras tanto, la industria de productores de algodón crudo de Egipto ve un efecto positivo del escándalo. “Las turbulencias ahora son un hecho positivo: aumentan la precaución, y estamos haciendo todo lo posible para proteger la calidad de nuestro producto”, dijo Schuman. En los últimos años, la producción ha bajado drásticamente, de 970 mil balas en 2006-2007 a solo 160 mil pronosticadas para 2016-2017, 53% menos que el año pasado.
Las dudas acerca de autenticidad del producto egipcio y su escasez pueden quitar a las empresas indias su parte en el mercado estadounidense, que actualmente es de casi 50%, y beneficiar a los productores de textiles de China, que ahora están desfavorecidos por los costos más altos de la mano de obra, tanto como a los estadounidenses, que usan algodón Pima de Perú.
