Las acciones de Toshiba se desplomaron ayer otro 17,5%, sumando un retroceso de 42% en tres días y eliminando US$ 6.800 millones de valor bursátil de la empresa luego de que admitiera pérdidas de “varios miles de millones de dólares“ por subestimar los costos asociados a sus negocios nucleares en EEUU. Moody’s bajó ayer la calificación de la empresa de B3 a Caa1, siguiendo el ejemplo de Standard & Poor’s el día anterior.
“Los parámetros financieros de Toshiba posiblemente se deteriorarán más, lo que potencialmente resultaría en una posición de capital negativa”, dijo Masako Kuwahara, analista de Moody’s para Toshiba. “Tras la incertidumbre, los precios de las acciones reflejan la búsqueda de nivel apropiado de valor”, señaló, a su vez, a Bloomberg Masahiko Ishino, analista de Tokai Tokyo Securities.
El desplome en la bolsa deja a la empresa pocas opciones para un aumento de capital casi inevitable. Las restricciones que tiene para emitir acciones –después del escándalo por contabilidad falsa del año pasado– ahora serán más difíciles de levantar. Según una fuente cercana a la empresa, Toshiba consideraba la emisión de papeles por 300.000 millones de yenes.
Otra alternativa, la venta de activos, será complicada dado a que Toshiba ya vendió sus dos negocios más atractivos (de equipamiento médico a Canon y de línea blanca a Midea) anteriormente este año. “Toshiba no tiene muchos activos vendibles”, señaló el analista de S&P, Hiroki Shibata, agregando que “será difícil asegurar grandes fondos mediante la venta”. Entre las posibles opciones está su 50% de participación en Toshiba Plant Systems and Services y Toshiba Tec, con un valor ambas de alrededor de US$ 670 millones.
En este escenario, la oportunidad más realista es abrir a bolsa su rentable negocio de chips de memoria flash. “Toshiba probablemente tendrá que vender 30%-40% de su negocio NAND en una IPO”, dijo una fuente de la industria a Reuters.
Ave Fénix
“No hay razón para pensar que habrá un impacto inmediato en nuestras finanzas”, dijo ayer el portavoz de Toshiba, Hirokazu Tsukimoto.
Hasta antes del desplome, las acciones de la empresa habían repuntado 87% este año, uno de los tres mejores rendimientos del Nikkei. Ahora, están sólo 3,5% por encima de comienzos de 2016. Sin embargo, once de 18 analistas encuestados por Bloomberg mantuvieron sus recomendaciones de compra.
Ahora la empresa inevitablemente tendrá que resolver los problemas de su débil gobierno societario y falta de transparencia. “Si quiere sobrevivir, tendría que pasar por el proceso de demolición y reconstrucción”, dijo Norihiro Fujito, estratega senior de inversiones de Mitsubishi UFJ Morgan Stanley Securities.
