El fabricante alemán Opel se va a independizar de la matriz,
General Motors (GM), para asegurarse su supervivencia, aunque mantendrá sus
lazos con la firma estadounidense en el área de investigación tecnológica y de
uso de patentes.
"Todas las actividades europeas de Opel se realizarán a
partir de una sociedad anónima independiente y de acuerdo con el Derecho
europeo", anunció hoy el presidente del consejo de supervisión de Opel,
Carl-Peter Forster, y a su vez jefe de GM Europa.
La escisión de Opel tras ochenta años de relación con GM es
la piedra angular del "plan de futuro" acordado por el citado consejo
en una reunión de urgencia celebrada en Rüsselsheim (Alemania) y consensuado previamente
con General Motors.
El plan en cuestión no prevé el cierre de plantas en Europa,
el gran temor de los 56.000 trabajadores que emplea la compañía en el Viejo
Continente, y tampoco los despidos forzosos.
"Apoyamos este plan de futuro porque perfila una
empresa con un gran potencial", afirmó el presidente del comité de empresa
de Opel, Klaus Franz, con asiento en el consejo de supervisión.
Forster explicó que el origen de la transformación jurídica
y de negocio de Opel está en "que las dificultades de General Motors se
han visto acentuada por la crisis del sector, lo que hace imposible que pueda
prestarnos la ayuda que Opel requiere".
No obstante, hasta que la nueva sociedad Opel se desarrolle
y pueda diseñar sus propios productos, la compañía mantendrá un pie en Detroit
para "no perder comba en la investigación y posiciones en el mundo
globalizado".
"Contar a nivel tecnológico con un gran consorcio es
una ventaja", subrayó el responsable de GM Europa.