La historia de Larraín Desarrollos Comerciales se remonta a hace unos 30 años, en el barrio Orrego Luco de Providencia. En ese entonces, los hermanos Larraín eran dueños de una casa arrendada a un banco, cuyo contrato estaba por vencer.
Lejos de venderla, vieron una oportunidad en una tendencia boyante en Santiago, los patios de comida. Así nació su primer proyecto, con seis locales que reunían restaurantes y pequeños comercios.
“Nos fue bastante bien, y nos percatamos que era un rubro al que podíamos entrar. En ese momento decidimos vender los locales, lo que nos dio, de alguna manera, capital para iniciar un negocio de renta inmobiliaria y así comenzar una nueva etapa”, recordó Pablo Larraín.
En 2005, junto a uno de sus hermanos, Daniel, fundó Larraín Desarrollos Comerciales, “convirtiéndonos en uno de los pioneros en el modelo de los strip centers”.
Con el tiempo, la compañía se consolidó en la industria, invirtiendo alrededor de UF 1,5 millones (US$ 63 millones) en 15 proyectos de este tipo que totalizan 20 mil metros cuadrados, concentrados en el sector oriente de la Región Metropolitana -en comunas como Lo Barnechea, Vitacura, Huechuraba y Providencia-, además de dos desarrollos en Puerto Montt y Osorno.
Actualmente, la empresa mantiene una ocupación del 100% en sus strip centers, a excepción de dos obras recién inauguradas. Una está en Santa Blanca (Lo Barnechea), con un nivel de colocación de 60%, y la otra en Peñalolén, en el sector de Los Presidentes, que está iniciando su proceso de comercialización.

Pablo Larraín, socio fundador y gerente general de Larraín Desarrollos Comerciales. Foto: Julio Castro
Los nuevos pasos
Pablo Larraín, que además de socio fundador es el actual gerente general de la compañía, explicó que durante el próximo ejercicio estarán enfocados en un nuevo desarrollo ubicado en Piedra Roja, Colina.
Actualmente se encuentran a la espera del permiso de edificación, con la idea de iniciar la construcción en febrero de 2026 y sumar así su proyecto número 16.
El ejecutivo añadió que cuentan con otro terreno en el mismo sector donde evalúan distintas alternativas, aunque lo más probable es que en ese espacio desarrollen algo distinto a lo que han hecho hasta ahora.
En concreto, Larraín detalló que están analizando la posibilidad de levantar un proyecto mixto, que combine vivienda, oficinas y comercio, junto a un socio estratégico.
“No sé si seguiremos incursionando en esta área de negocios. Todo dependerá del resultado de esta obra. Estamos muy enfocados en lo que sabemos hacer, pastelero a tus pasteles. Manejamos muy bien el tema de los strip centers, y queremos seguir en esta línea. Pero si este proyecto anda bien, ¿por qué no seguir por ahí?”, señaló.
Respecto de nuevas oportunidades, indicó que no están cerrados a nada y que, si surge un buen terreno, están dispuestos a comprarlo. Lo que sí tienen claro, detalló Pablo Larraín, es que a futuro la empresa seguirá enfocada en el sector oriente de la Región Metropolitana, con interés en comunas como La Reina y Ñuñoa, dejando de lado la posibilidad de volver a regiones o expandirse hacia el poniente de la capital.
“A nosotros nos gusta hacer los proyectos donde conocemos, donde estamos seguros que el mercado realmente funciona. En regiones todo es distinto, desde los ingresos hasta las marcas. Un negocio en otra ciudad puede ser excelente, pero para alguien que lo conozca absolutamente bien”, afirmó.
El panorama del sector
Según Larraín, el negocio de los strip centers siempre ha sido atractivo y bien posicionado, salvo durante el período de la pandemia, cuando la actividad se vio fuertemente afectada y el sector detuvo su ritmo.
“Pero de las malas noticias, de repente salen oportunidades”, comentó. Desde su perspectiva, la crisis sanitaria trajo algunos cambios en el mercado.
Por ejemplo, explicó que los operadores de locales se transformaron con el auge del comercio electrónico, lo que abrió espacio para nuevos formatos. En un comienzo, los arrendatarios eran principalmente farmacias, bancos, lavanderías y minimarkets, pero con el tiempo se sumaron tiendas de ropa, pastelerías, cafeterías, joyerías y locales de belleza, entre otros.
Otra tendencia reciente es el aumento de la competencia, impulsada por la entrada de fondos de inversión, aseguradoras, institucionales, family offices e inversionistas privados que buscan operar este tipo de activos.
“Este escenario es muy bueno. Una mayor competencia siempre es sana, porque además, de alguna manera, nos ha ayudado a potenciar nuestra capacidad y el comercio de barrio”, sostuvo el ejecutivo.
Pese a las nuevas y positivas tendencias que ha identificado en el último tiempo, señaló que otra situación ha afectado al rubro, pues los plazos de tramitación se han extendido significativamente, generando impactos tanto financieros como laborales.
“Creo que ahora se tomó conciencia de este impacto y te diría que ya se ha notado un cambio en algunas municipalidades. Ciertos directores de obras están más atentos a responder a esta dinámica porque se destapó el tema. Hay un mejor ánimo que esperamos que se mantenga”, concluyó Larraín.