Desde Austin, Texas –minutos después del cierre de Wall Street– Tesla dio inicio a su esperada junta de accionistas. En la agenda figuraban las propuestas más controvertidas del año, entre ellas la votación del millonario paquete de compensación para su fundador y CEO, Elon Musk.
Pese a la oposición previa del mayor fondo de inversión del mundo, los accionistas del fabricante de autos eléctricos dieron luz verde al nuevo plan de compensación del controversial ejecutivo, otorgándole un paquete accionario equivalente al 12% del capital social de la compañía, sujeto al cumplimiento de 12 hitos financieros y operativos.
Cada tramo de acciones se libera solo si la compañía cumple simultáneamente un objetivo de valor de mercado y otra operativa o financiera. El plan comienza con una valorización de US$ 2 billones y culmina en US$ 8,5 billones -una cifra superior a la suma actual de empresas como Meta, Microsoft y Alphabet- con exigencias más altas.
Entre los objetivos propuestos, el magnate debe multiplicar por 24 las ganancias de la empresa hasta los US$ 400 mil millones, además de alcanzar 20 millones de vehículos entregados, un millón de taxis autónomos y robots Optimus en operación, y 10 millones de suscripciones activas al software de conducción autónoma (FSD).
Con esta decisión, el CEO asegura el control de cerca de una cuarta parte de Tesla y se encamina a convertirse en la primera persona del mundo con una fortuna superior a US$ 1 billón (millón de millones).
La acción de Tesla abrió con caídas moderadas pero recuperó su impulso a lo largo del día. En el intradía, el precio se movió entre US$ 435 y US$ 462.
“El mercado reaccionó con moderación tras la aprobación del paquete de compensación de para Elon Musk, reflejando que los inversionistas ya anticipaban este resultado. La votación, respaldada por más del 75% de los accionistas, refuerza la confianza en su capacidad para liderar la próxima etapa de crecimiento de Tesla, como lo realizó en 2018”, explicó Ignacio Mieres, jefe de análisis de XTB Latam
Los accionistas también reeligieron a tres directores de Tesla: Ira Ehrenpreis, aliado de Musk; Joe Gebbia, cofundador de Airbnb; y Kathleen Wilson-Thompson, exjefa de recursos humanos de Walgreens Boots Alliance, a pesar de la oposición de los asesores de gobierno corporativo.
Resultado esperado
El resultado era en gran medida previsible luego de que Tesla trasladara su sede legal de Delaware a Texas, movimiento que permitió a Elon Musk ejercer plenamente los derechos de voto asociados a su participación cercana al 15% en la compañía. En Delaware, un litigio había bloqueado la implementación del anterior plan de compensación del ejecutivo.
Aun con la resistencia de importantes inversionistas institucionales, incluido el fondo soberano de Noruega, los accionistas aprobaron el paquete. Previo a la votación, la junta directiva de Tesla advirtió que Musk podría abandonar la compañía si la propuesta no era respaldada.
El contralor de Estado de Nueva York, Thomas DiNapoli, intervino en la junta de accionistas en representación del New York State Common Retirement Fund.
DiNapoli acusó al directorio de haber prometido mantener protecciones similares a las de Delaware al mudar la sede legal a Texas, pero de haber “cambiado las reglas del juego” poco después de completado el traslado. "Observamos un directorio sin verdadera independencia, que ha permitido que su CEO divida su atención entre múltiples proyectos externos y ahora propone un plan de compensación que podría otorgarle una ganancia cercana al billón de dólares, ampliando aún más su poder", señaló.