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Benjamin Walton: “No hay que pensar sólo en las ganancias”

El arquitecto -que es miembro de una de las familias más ricas del mundo y dueña de Walmart-, decidió tomar un rol protagónico en la fundación que maneja junto a su señora, la chilena Lucy Ana Avilés.

Por: J. Troncoso Ostornol | Publicado: Viernes 24 de agosto de 2018 a las 04:00 hrs.
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Benjamin Sharpe Walton (44 años) rompió el cascarón. El nieto del fundador de la gigante estadounidense Walmart dejó completamente atrás su bajísimo perfil. El arquitecto -que es miembro de una de las familias más ricas del mundo, con un patrimonio conjunto avaluado en unos US$ 170 mil millones, más de la mitad del PIB de Chile-, decidió tomar un rol protagónico en la fundación que maneja junto a su señora, la chilena Lucy Ana Avilés Hernández; la misma que lideró las gestiones para que se autorizara la operación en Chile del avión Supertanker, que dejó su huella tras ayudar a controlar los incendios forestales del año pasado en la Región del Maule y O’Higgins.

Lucy se ha ganado un espacio en las redes sociales, en donde no se guarda ninguna opinión. Ben es más reservado. Medido en sus palabras. Evita entrar en conflicto.

La pareja se conoció en Chile, en el centro invernal de Valle Nevado. Cinco años después se casaron en la Viña Santa Rita y decidieron vivir en Denver, Colorado, junto a sus dos hijas: Zoe y Maya. No obstante, a partir de enero de 2019, se instalarán en Santiago. La idea es quedarse entre dos a tres años para que sus hijas vivan un tiempo en Chile y para desarrollar in situ sus estrategias para potenciar las ayudas que realizan en diversas causas filantrópicas en el país.

“La meta es llegar. Luego formar e iniciar nuestra oficina acá, lo que nos va a permitir tener acceso directo para hablar de estrategias y amoldar las tácticas que vamos a usar acá para poder ayudar y beneficiar a la comunidad”, explica Benjamin.

Es categórico: no busca dar lecciones, sino aprender de Chile y compartir sus conocimientos sobre el mundo de la filantropía, el que conoce desde joven a través de la Walton Family Foundation (WTF), la cual concentra la obra de beneficencia de la familia.

Desde los 21 años fue parte del directorio de la entidad, hasta abril pasado, cuando decidió dar un paso al costado para dedicarse por completo a su propia fundación, la cual financia, principalmente, gracias a los dividendos que recibe por su participación accionaria en la propiedad de Walmart, empresa que conoce a fondo y a la que podría sumarse al directorio en alguna etapa de su vida. De hecho, su padre, Robson ‘Rob’ Walton, fue presidente desde 1992 a 2015.

Cuenta que la veta filantrópica fue heredada de su abuelo, Sam Walton, con quien de pequeño solía recorrer las casi dos mil tiendas que tenía Walmart hasta 1992; hoy son cerca de 11.700 repartidas en 28 países.

“Siempre fue parte de la mentalidad de nuestra familia hacer esto. Incluso, el origen de Walmart fue cómo se puede ayudar a la gente a acceder a precios más bajos de comida para que su sueldo pueda llegar más allá y puedan mejorar un poco su calidad de vida con ahorrar más todos los días. Eso es inversión social, entonces, para nuestra familia, si estás hablando de negocios o filantropía siempre había un traslape”, explica.

Hoy, Benjamin se dedica 100% a buscar y analizar -junto con su señora y la asesoría de un grupo de expertos- las mejores alternativas filantrópicas para donar parte de su dinero. Lo viene haciendo hace años en EEUU; luego se amplió a Chile tras el terremoto del 27F: mediante su ONG prestaron ayuda a la zona de Iloca. Desde ese momento, la pareja tomó la decisión de formalizar su ayuda en diversas causas en el país.

Hace dos años, la pareja formó su family office en Denver, Zoma LAB, ante la gran cantidad de propuestas de ayuda a la comunidad. El modelo será replicado en Chile a través de sus dos áreas principales: Zoma Foundation, dedicada 100% a la filantropía, y Zoma Capital, que apoya emprendimientos con sentido social.

El foco del área filantrópica es la primera infancia, fuerza de trabajo y desarrollo de comunidades. Walton explica que, en los últimos cuatro años, se han comprometido recursos por US$ 13 millones. “No queremos hacer nuestro propio colegio, queremos apoyar a levantar todos los barcos en todo el país”, detalla.

Con Zoma Capital, la pareja ha invertido unos US$ 60 millones en doce proyectos en Chile. Todas las ganancias se destinan a financiar nuevas causas.

“Hay muchos fondos pero no queremos invertir por invertir, tenemos que hacerlo con mucha inteligencia”, destaca Benjamin.

"Cada sector tiene leyes distintas de cómo donar plata. Es muy confuso"

-¿Cómo se puede potenciar la filantropía en Chile?
-Las leyes siempre facilitan las cosas, pero creo que siempre hay un deber cívico. Lo que se necesita –y lo he visto en las reuniones que he tenido en Chile con familias empresarias- es el interés y colaboración para cambiar un poco la mente para invertir y no sólo pensar en las ganancias.
-¿Qué buenas prácticas se pueden traer de EEUU para potenciar la filantropía?
-Uno es simplificar los procesos del lado de las fundaciones. Si vas a dar en educación o salud, cada uno de esos sectores tiene leyes distintas de cómo puedes donar plata. Es muy confuso. Si pueden simplificar la ley para los que quieren donar, se facilita mucho. Esto no es para beneficio propio. Yo no gano nada con dar plata por la fundación.

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