Rio Tinto recibe inyección por US$19.500 millones de Chinalco
A través del acuerdo, la gigante asiática del aluminio podría adquirir activos en Minera Escondida en Chile.
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El grupo minero
anglo-australiano Rio Tinto accedió a recibir una inyección de
efectivo por valor de US$19.500 millones de la empresa
estatal Chinalco, según ha confirmado hoy la empresa australiana en
un comunicado oficial.
La prensa llevaba semanas especulando con la operación,
especialmente desde principios de esta semana, cuando el presidente
del grupo anglo-australiano, Jim Leng, abandonó su puesto debido a
su oposición a una eventual fusión con el gigante estatal chino del
aluminio, que es actualmente el mayor accionista de Rio Tinto.
El acuerdo con Chinalco incluye la venta de activos estratégicos
en distintas minas en Chile (particularmente en Minera Escondida), Australia y Estados Unidos por valor de US$12.300 millones a la empresa estatal, y de
US$7.200 millones en bonos convertibles.
Además, la compañía estatal china se reserva un asiento en el
consejo de la compañía y otro más para un consejero independiente.
"Juntos daremos valor a las operaciones conjuntas y tendremos más
opciones para desarrollar y explotar nuevos proyectos, especialmente
en las economías emergentes", dice el director ejecutivo de Rio
Tinto, Tom Albanese, en la nota de prensa.
La luz verde final a la operación, que Rio espera que suceda
sobre el 31 de julio en caso de que las autoridades reguladoras
autoricen el movimiento, está sujeta a que los accionistas de la
compañía den su aprobación en la próxima junta, que se celebrará en
mayo próximo.
Participación de Chinalco
Chinalco se convirtió en el mayor accionista de Rio hace un año,
tras comprar una participación de 9% al gigante
estadounidense del aluminio Alcoa.
Rio Tinto tiene una deuda estimada de US$39.000 millones,
derivada de su compra de Alcan en 2007, y lleva meses buscando
soluciones para pagarla.
La confirmación de la operación ha solapado la presentación de
resultados anual de la compañía minera, que anunció un incremento
del beneficio subyacente de 38%, hasta US$10.300
millones, una cifra bastante superior a los US$9.800 millones augurados
por los analistas.
Sin embargo, las utilidades cayeron 50% hasta los
US$3.700 millones, afectadas por la caída del negocio del
aluminio.