Economía y Política

Fernando Barraza, exdirector del Servicio de Impuestos Internos (SII): “El mito de que el SII formó parte de una operación impunidad es absolutamente falso”

Tras seis años a la cabeza del SII, el ingeniero aborda los hitos de su gestión, los casos de platas políticas y enfatiza que la clase política no debe pedirle al servicio resolver sus controversias.

Por: Sebastián Valdenegro | Publicado: Lunes 4 de abril de 2022 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-
Foto: Julio Castro
Foto: Julio Castro

Compartir

Jueves 31 de marzo. 10:30 de la mañana. La tradicional calma del lobby del piso 6 de Teatinos 120, donde se ubica la dirección nacional del Servicio de Impuestos Internos (SII), se rompe. Es el último día de Fernando Barraza como titular de la entidad tras seis años y medio al mando. Y los equipos del gabinete y las subdirecciones lo saben.

Su retrato se colgará en minutos en el Salón de los Directores, donde están inmortalizados los 22 chilenos (todos hombres) que han liderado el SII en sus 120 años. Ahí, el ingeniero se toma una pausa para reflexionar sobre el convulsionado período que lideró la administración tributaria.

“Que alguien me muestre un mail siquiera, un mensaje de texto o de WhatsApp donde eventualmente exista una evidencia de que pudimos haber participado de una operación de este tipo, no hay ninguna”.

Destaca la implementación de medidas como la boleta y factura electrónica; la puesta en marcha de tres reformas tributarias; la reducción de la evasión del IVA desde 21,9% en 2015 a 19% en 2020; y el aumento “sostenido” -dice- de la recaudación fiscal, que pasó de $ 27.678 miles de millones en 2015 a $ 45.284 miles de millones en 2021, este último salto explicado también por el rebote económico.

La saliente autoridad, que le entregó la posta a Hernán Frigolett el jueves, aborda todos los temas y defiende la independencia con la que cree actuó la entidad.

- ¿Usted se esperaba su salida? Sobrevivió a dos gobiernos y cinco ministros de Hacienda.

- Cada vez que hubo cambio de gobierno o que tocaba renovación, yo me esperaba mi salida, por supuesto, porque en el fondo las reglas de ADP establecen que los gobiernos, cuando asumen, tienen la posibilidad de cambiar a algunos directivos públicos. Por lo tanto, uno asume que estos cargos están a disposición de la autoridad elegida democráticamente.

Sin embargo, yo fui nombrado en un concurso de ADP hace seis años y medio. He dicho que este cargo de director del SII hay que desindexarlo de los ciclos políticos, porque obviamente es un cargo que tiene que ser ejecutado con la mayor independencia posible. Por lo tanto, que el nombramiento del director esté indexado a los ciclos políticos, de alguna manera, afecta o puede afectar esa independencia.

- ¿Pero cómo se logra separar al SII del ciclo político? Ya es una innovación que el cargo sea ADP. Hace diez años no era así.


- Sería suficiente que el cargo de director se sacara de las denominadas 12 balas de plata. En el fondo, que se mantenga elegido por ADP, con las mismas renovaciones cada tres años, pero que no esté dentro de los 12 cupos que un gobierno puede utilizar. Eso permitiría que la continuidad del director dependa única y exclusivamente de lo que tiene que depender: su gestión.

Me parece relevante que el director del SII tenga los máximos grados de libertad en su gestión posibles.

“Si queremos que estos delitos (platas políticas) sean enfrentados con acciones penales, elevemos las penas. ¿Hoy qué efecto tiene incumplir si al final lo que terminas obteniendo como pena son clases de ética? Eso le hace daño al sistema y a la institucionalidad”.

¿Usted tuvo esos grados de libertad?

- Absolutamente, y creo que contribuyó muchísimo el que yo haya sido elegido por ADP, ya que eso me legitimaba frente a la autoridad.

Me tocó relacionarme con cinco ministros de Hacienda y con todos tuve absoluta libertad para tomar las decisiones en todos los ámbitos asociados a la gestión del servicio. Nunca ni siquiera insinuaron la posibilidad de influir en alguna decisión.

- Su antecesor Michel Jorratt denunció presiones. ¿No vivió algo parecido?


- Nunca, absolutamente.

Creo que las autoridades y la ciudadanía aprendieron la lección de que, de acuerdo a lo que denunció mi antecesor, en algún momento se quiso intervenir la acción del servicio y eso generó un aprendizaje: a este servicio hay que dejarlo trabajar y ni siquiera intentar intervenir.

Por lo tanto, todo este mito de que el servicio poco menos que formó parte de una operación impunidad, es absolutamente falso. Además, no hay ninguna evidencia. Si usted se fija, no hay ninguna evidencia. Que alguien me muestre un e-mail siquiera, un mensaje de texto o de WhatsApp, donde eventualmente exista una evidencia de que pudimos haber participado de una operación de este tipo, no hay ninguna.

- ¿Fueron las platas políticas una mancha en su gestión?


- No, en absoluto. Obviamente, es un episodio que a ningún director del SII le hubiese gustado enfrentar. Pero, cuando me hice cargo del servicio sabía que esto iba a ser un tema difícil, que había que enfrentar y que había que reposicionar al servicio dentro de su rol y su rol no pasa por las querellas.

Las querellas son un elemento, un instrumento, una facultad que el servicio tiene para efectos de lograr su objetivo final, que es el cumplimiento tributario y la recaudación que el país necesita. En todas las administraciones tributarias del mundo las querellas son el último ratio. Y se tienen que configurar una serie de elementos para que se produzcan, como la reiteración, los montos y el efecto ejemplificador.

Cuando yo asumí el servicio ya se había querellado contra las empresas que habían sido las más involucradas: Penta y SQM. Revisamos la situación, mantuvimos algunas querellas y otras no, porque no cumplían con las condiciones históricamente definidas por el servicio.

Sin embargo, lo que pasó es que especialmente la Fiscalía y otros querían que el SII se querellara contra todos. Si nos hubiésemos querellado contra todos, le puedo asegurar que -dado el comportamiento que existía con las boletas- la cantidad de querellados habría sido enorme. Pero, además, pasados todos estos años, vemos que la efectividad de la acción judicial por la vía penal, de acuerdo a los resultados de los procesos, es magra.

Si hay un aprendizaje que uno puede hacer de todo este tema es que si efectivamente queremos que este tipo de delitos sean enfrentados con acciones penales, entonces elevemos las penas de tal forma de que el efecto ejemplificador sea el que se quiere lograr. ¿Hoy qué efecto tiene incumplir si, al final, lo que terminas obteniendo como pena son clases de ética? Eso le hace daño al sistema y a la institucionalidad. Hay que revisar eso.

“No podemos pedirle a una institución como esta, que es técnica, que resuelva los problemas políticos. Si no, pierde grados de libertad, pierde independencia. El SII tiene que actuar en base a lo que la ley establece, no se puede apartar de la ley”.

¿Por eso se toma la decisión de no querellarse contra todos quienes resulten responsables y hacerlas nominativas?

- Fue uno de los elementos. En toda querella se evalúa cuál va a ser el potencial resultado. Y lo hacen todas las administraciones tributarias del mundo. Podrá gustarnos o no, pero es así como funciona, donde se va penalmente contra aquellos contribuyentes que manifiestamente están incumpliendo de manera contumaz y donde, además, se genera o se puede lograr un efecto ejemplificador importante.

El mejor ejemplo es el caso de Messi en España. ¿Usted cree que el resto de los jugadores del Barcelona no tenían la misma figura? Puedo apostar que el asesor que hacía la planificación tributaria era el mismo para todos los jugadores. Sin embargo, ¿qué hace la administración tributaria en España? Se querella contra uno. ¿Contra cuál? Aquel que es más emblemático. ¿Y qué ocurre? Todos se van a ordenar y se logra el efecto ejemplificador.

- ¿Y eso se logró con las platas políticas?


- Se logró de inmediato.

- ¿Quién fue ese Messi?


- Las empresas Penta y SQM. A pesar de los resultados magros de las condenas, vimos cómo se ordenaron de inmediato las empresas. Hoy es muy difícil que alguien se arriesgue a usar boletas truchas. No digo que no ocurra.

- Entiendo el punto, pero también hay un contexto político y un sentir ciudadano de rechazo a la clase política. Mucha gente quería ver caer a políticos. ¿Cómo conjugó lo técnico con lo político? Para la opinión pública esto se vio como salvar a los poderosos.


- Es difícil, por eso hay que mirar el tema de manera más estructural. Este es un organismo técnico que tiene que actuar en base a lo que la Ley establece. No se puede apartar de la Ley. No podemos pedirle a una institución como esta, que es técnica, que resuelva los problemas políticos. Si no, pierde grados de libertad, pierde independencia.

Yo, en lo personal, entiendo el impacto que las decisiones que tomamos han tenido en la ciudadanía. Por supuesto que nos duele que se crea siquiera que hemos sido parte alguna de alguna operación de impunidad, porque no ha sido así. Desde el cumplimiento estrictamente tributario, que es aquello para lo cual el servicio está, no hubo impunidad.

- ¿Cómo quedaron las relaciones con la Fiscalía?


- Con la Fiscalía, a nivel institucional, hasta el día de hoy mantenemos muy buenas relaciones. Nuestros abogados se encuentran en los tribunales por las causas en las cuales el servicio se ha querellado, que no solo son las políticas.

Ahora, nunca durante estos seis años y medio nadie me ha escuchado ni me escuchará responsabilizando de mis acciones a otra institución. Nosotros nunca vamos a hacer eso. Asumimos nuestra responsabilidad en aquello que nos compete y no culpamos a otras instituciones por situaciones que a nosotros nos corresponden. En eso sí soy crítico de la la Fiscalía, porque ha hecho críticas públicas responsabilizando al SII intentando deslindar responsabilidad.

Recaudación de 5% del PIB: “El SII está mucho mejor preparado
de lo que estaba en la reforma del 2014 para alcanzar ese objetivo”

Barraza también se hace cargo de las críticas de las agrupaciones de funcionarios, quienes calificaron su gestión como “la peor de la historia”.

- ¿Cómo ve la reforma tributaria que el actual gobierno presentará en junio? ¿Ve posible alcanzar la meta de recaudación de entre 4% y 5% del PIB? Hay una carga importante que recaerá sobre el SII.
- Primero, espero que le vaya muy bien a mi sucesor. Lo conozco y tenemos una relación muy cordial. Hemos estado trabajando estos días en que le he hecho la entrega del servicio, se lo he entregado ordenado y funcionando y espero, por supuesto, que le vaya muy bien y que logre el desafío que tiene y que no es menor.
Hoy día el SII está mucho mejor preparado de lo que estaba en la reforma del 2014 para efectos de alcanzar ese objetivo en lo que corresponde al servicio. Precisamente, por la experiencia de las tres reformas ya implementadas, este servicio ha ido generando un músculo, una capacidad de implementación de reformas.
Por lo tanto, ahí hay un elemento distinto que eventualmente permitiría suponer que eso se va a alcanzar. Pero hay que ver todavía cuáles son las propuestas. Hay que ver todavía cuáles son las medidas antes de dar una opinión a priori.
Solo puedo decir que desde la perspectiva de este servicio, desde su capacidad técnica, el SII está preparado para lo que venga, los funcionarios están muy motivados y orgullosos de trabajar en esta institución.
- En lo interno, más allá de lo que usted plantea sobre los funcionarios, los gremios de fiscalizadores y trabajadores del SII fueron bastante duros con su gestión. Hablaron incluso de la peor en la historia del SII. ¿Cómo responde a esas críticas?
- Hay que hacer una distinción. Yo nunca he tenido dificultades con los funcionarios del SII, al revés. Yo he tenido la mejor de las relaciones con los funcionarios. Le podría mostrar la cantidad de e-mails con mensajes afectuosos, cariñosos que he recibido en estos días. Yo recorrí todas las direcciones regionales, saludé durante estos años uno por uno a los funcionarios y todos ellos recuerdan esas conversaciones. Entonces, yo nunca he tenido problemas con los funcionarios. Yo he sido uno de ellos, yo estuve acá antes de ser director y fui un funcionario más.
Sí hemos tenido algunas diferencias con los dirigentes de las asociaciones de funcionarios, donde ellos tienen un rol legítimo que es más político y donde ellos manifiestan -de formas que por supuesto no comparto- esas diferencias, pero me parece que es importante hacer la precisión: no son los funcionarios del SII, han sido algunos dirigentes, que por supuesto son representantes de los funcionarios los que se ha manifestado de esta manera tan destemplada.
Y bueno, me parece que si bien no son las formas, ellos no tienen por qué estar de acuerdo con mi gestión y por supuesto que pueden criticarla y es parte de lo que ocurre cuando uno está a cargo de esta institución. Me quedo más bien con el cariño de los funcionarios.


“Cuando llegué, los funcionarios me decían que preferían no decir
dónde trabajaban porque había un estigma por la crisis en el SII”

El ahora exdirector se hace cargo de la percepción de que el SII tendría un trato desigual con los pequeños contribuyentes respecto a las empresas.

- ¿Cuál es su reflexión en sus últimas horas como director?
- Estoy satisfecho, contento, orgulloso y muy agradecido de los funcionarios del servicio por todo el apoyo que brindaron a mi gestión. Fueron seis años intensos, con dificultades que en otras épocas no existían. La pandemia es el mejor ejemplo. Creo que dejamos al servicio en muy buen pie para seguir con los desafíos que son crecientes.
Tal vez lo más relevante es hacer el contraste entre cómo tomé el servicio y cómo lo dejo. Cuando fui nombrado director, este servicio estaba tal vez en una de las mayores crisis de su historia. Lo primero que hice fue recorrer las unidades, las regionales y los funcionarios me decían con dolor que preferían no decir dónde trabajaban porque efectivamente había un estigma en sus círculos personales, incluso familiares, porque por la crisis que estaba transitando la institución a muchos de ellos incluso le hacían bullying. En cambio, hoy después de poco más de seis años y medio, he recibido e-mails muy afectuosos de los funcionarios, donde me manifiestan el orgullo de pertenecer al servicio.
- Hubo casos controversiales, como Johnson´s y las platas políticas que derivaron en esa percepción crítica.
- Entre 2011 y 2015, el servicio vivió dos crisis muy profundas. Venía un proceso muy doloroso para los funcionarios, donde además el servicio había perdido su posicionamiento como institución dentro del país y estaba un poco estancado en la gestión. Era muy importante sacarlo de esa situación. Hoy, para los contribuyentes es lejos mucho más simple cumplir con sus obligaciones que hace seis o siete años.
- De todas maneras, está instalada la idea de que el servicio le da muchas facilidades a las grandes empresas y pocas a los pequeños. Por no dar boleta se puede clausurar un pequeño comercio. ¿Cómo responde a eso?
- Son críticas muy injustas, porque para llegar a clausurar un negocio pequeño se tienen que dar varios pasos previos. O sea, no es que un negocio pequeño o de cualquier tipo se clausura de inmediato, hay todo un procedimiento previo. Ahora, el contribuyente que llega a ser clausurado no dice que antes de eso tuvo la advertencia.
No es que nosotros persigamos a los pequeños, no nos interesa perseguir a los pequeños, sino que nos interesa que pequeños y grandes cumplan.
- ¿Pero usted asume que es una sensación ciudadana instalada de que hay un trato desigual de parte del SII? Siempre son noticia los cierres de comercios o una condonación millonaria a una gran empresa.
- Nos duele esa crítica, es una percepción que efectivamente está instalada y creo que, si hay algo que queda pendiente, es modificar esa percepción.
De partida, a una condonación tienen derecho todos los contribuyentes, independiente de su tamaño. Cuando tú rectificas por internet o pagas un giro por Internet, de inmediato accedes a la condonación del 60%, chico o grande. Ahora, yo puedo entender que el impacto de una condonación a un gran contribuyente es mayor, porque las cifras que pagan son mayores y las multas e intereses que se acumulan también son mayores.

Lo más leído