La canciller alemana, Angela Merkel, cree
que la crisis económica y financiara mundial no se superará con
rapidez.
En un congreso de la fundación de mecenas de la ciencia alemana
celebrado hoy en Berlín, Merkel sostuvo que "desgraciadamente" la
crisis no pasará con rapidez.
En términos similares se expresó también el presidente del
Bundesbank, Axel Weber, quien en una entrevista con el diario
Financial Times Deutschland advirtió de que no se debe proclamar el
final de la crisis prematuramente.
"Advierto con insistencia de interpretar demasiado positivamente
las señales esperanzadoras en los mercados financieros. La crisis
todavía no ha llegado a la gente, pero lo hará con la pérdida del
empleo", dijo.
A juicio de Weber, sería "muy peligroso" proclamar prematuramente
el final de la crisis, "porque la gente se vería muy decepcionada" y
se perdería aún más confianza.
Pese a la fuerte erosión que está causando la crisis en los
presupuestos públicos, Merkel se mostró contraria a paliar sus
efectos mediante un aumento de los impuestos, y se mostró
indirectamente a favor de bajar la presión fiscal, sobre todo de las
Pymes.
No se puede cargar en exceso y desmotivar a los que pueden sacar
a la economía de la crisis, dijo.
En este año electoral (en septiembre se celebran comicios
legislativos) los partidos alemanes se han enzarzado en un debate
sobre la conveniencia o no de bajar o subir los impuestos.
Mientras que en la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y en
su ala bávara, la Unión Socialcristiana (CSU), hay posturas
divergentes al respecto, el socio de la gran coalición, el Partido
Socialdemócrata, se ha manifestado en contra de toda bajada de
impuestos ante la actual situación presupuestaria.