China "debe equilibrar su economía para garantizar su crecimiento", ya que no puede depender sólo de la inversión y las exportaciones en un escenario a largo plazo, dijo el presidente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, en una conferencia de prensa ofrecida hoy en Beijing.
Zoellick aseguró que algunos motores económicos del mundo como Estados Unidos, Japón o Europa tienen "problemas estructurales de crecimiento" y que, por ejemplo, las medidas llevadas a cabo por los gobiernos europeos "podrían ejercer más presión sobre los bancos".
Asimismo, el presidente del Banco Mundial, que concluyó una visita de cinco días a China, declaró que lo más importante ahora "es saber cómo lograr los objetivos medioambientales, de productividad, aumento del consumo interno, bienestar social y estabilidad marcados para los próximos años".
Acerca de la revalorización del yuan, Zoellick precisó que el asunto se ha tratado con los responsables de las políticas monetarias chinas, ya que es un tema importante "pero no suficiente para arreglar los problemas estructurales que pueda tener China".
Según Zoellick, las medidas sobre la divisa china podrían tener "un efecto beneficioso" en la lucha contra el crecimiento de la inflación en el país asiático, problema que el primer ministro, Wen Jiabao, señaló el pasado jueves como "prioridad del Gobierno", aunque afirmó que las medidas macroeconómicas chinas "no puede ser cambiadas".
Sin embargo, la subida de este índice, que en julio se incrementó en un 6,5% y que se ha reflejado principalmente en el precio de los alimentos, puede traer "consecuencias beneficiosas para los países en desarrollo", dijo Zoellick, siempre que estas se apliquen convenientemente.
"Hemos visto que existen reservas muy bajas de alimentos básicos, lo cual eleva los precios en determinadas circunstancias. Esto puede traer consecuencias beneficiosas si conseguimos que los países en desarrollo aumenten su capacidad de producción, ya que así beneficiaremos y potenciaremos su agricultura", indicó Zoellick.