El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude
Trichet, vaticinó hoy que la economía seguirá muy débil en 2009, para empezar a
repuntar gradualmente en 2010, y sobre los precios, descartó totalmente el
riesgo de deflación en la eurozona.
En una comparecencia ante el Parlamento Europeo, Trichet
explicó que, según muestran los últimos indicadores, la actividad económica en
el área de la moneda única siguió deteriorándose en los primeros meses de 2009,
después de la fuerte contracción registrada en el último trimestre de 2008 (del
1,5%).
Mirando más adelante, el BCE cree que "la demanda
seguirá muy débil a lo largo de 2009, tanto a nivel global como en la zona del
euro, para dar paso a una recuperación gradual en 2010", aunque su
presidente destacó que esta previsión está rodeada de incertidumbre.
Así, hizo hincapié en que la evolución dependerá del efecto
de las ayudas públicas al sector bancario y de los planes de estímulo fiscal,
que puede ser más fuerte de lo anticipado, pero también advirtió de que la
repercusión de las turbulencias financieras en la economía real puede ser
todavía más grave.
En cuanto a la inflación, Trichet auguró que se mantendrá
muy por debajo del 2% en 2009 y 2010 en la eurozona, pero dejó claro que
"no hay riesgo de deflación".
El presidente del BCE explicó que lo que está teniendo lugar
es una tendencia desinflacionista, debida sobre todo a la caída del precio del
petróleo, y descartó que vaya a convertirse en deflación, aunque agregó que
"hay que estar alerta de forma permanente".
Dejó claro, en este contexto, que el BCE sigue comprometido
con el objetivo de mantener la estabilidad de los precios a medio plazo y hará
lo necesario para conseguirlo y para contribuir, de esa manera, a la
recuperación de la confianza.