El Banco Central Europeo (BCE) envió a la Comisión Europea (CE)
y al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, una solicitud en la que
expone su posición sobre algunos aspectos de la gobernanza económica.
El BCE respalda la imposición de sanciones para los países
que no cumplan los objetivos previstos en el Pacto de Estabilidad y
Crecimiento, pero sin automatismos. Además, confiere al país en cuestión la
posibilidad de lograr el apoyo de los demás para retrasar o impedir la
imposición de esas sanciones.
Esto anima el debate en las instituciones europeas sobre la
nueva gobernanza económica de la Unión. El Banco Central Europeo considera,
además, que las sanciones para los países que no cumplen sus objetivos deberían
incluirse en una reforma futura del Tratado de Lisboa, pero incluye ciertas
variaciones para evitar que sean automáticas.
En Bruselas se da prácticamente como seguro que en el futuro
gobierno económico europeo habrá sanciones para los países que no corrijan o
eliminen las desviaciones en sus resultados macroeconómicos que puedan afectar
a la estabilidad financiera de la zona euro o de la UE. Además del déficit
público y la deuda, la Comisión Europea incluirá otra serie de elementos como
la duración de los sistemas de pensiones, los activos de los gobiernos, la
productividad y la competitividad de esos países, entre otros aspectos.