BlackBerry alcanzó un acuerdo de compra por
US$ 4.700 millones con un grupo liderado por su mayor accionista, Fairfax Financial Holdings, con lo que avanza en su camino para salir de bolsa después de que su nueva línea de teléfonos inteligentes fracasara en ponerse al día con el resto de la competencia. Las acciones, que cayeron 5% ayer después de desplomarse 17% el viernes cuando la compañía adelantó sus resultados trimestrales, fueron suspendidas en US$ 8,26 antes de anuncio.
El grupo pretende comprar las acciones que no controla Fairfax, que tiene un 10% de BlackBerry. Los inversionistas de la compañía tecnológica recibirían US$ 9 en efectivo por cada uno de sus títulos, lo que significa una prima de 3,1% sobre el precio del cierre de BlackBerry del viernes.
Los compradores tendrán, además, seis semanas hasta el 4 de noviembre para analizar los libros de la compañía canadiense, un período en el que el fabricante de celulares puede buscar otras ofertas de compra.
“Podemos entregar valor inmediato a los accionistas, mientras continuamos con la ejecución de una estrategia a largo plazo en una compañía privada con un foco para dar soluciones empresariales superiores y seguras a los clientes de BlackBerry en el mundo”, señaló el CEO de Fairfax, Prem Watsa, que es considerado por muchos como el Warren Buffett de Canadá. Watsa decidió renunciar al directorio de BlackBerry el mes pasado para evitar un conflicto de intereses.
BlackBerry deberá pagar una multa de US$ 0,30 por acción –o US$ 157 millones- si elige un comprador alternativo. Si la canadiense y Fairfax firman un acuerdo definitivo, la multa se elevará a US$ 0,50 por acción.
Lejos de la competencia
La firma, que tiene el mérito de ser el creador del primer smartphone hace más de una década, no pudo seguir el ritmo de sus grandes competidores, Apple y Samsung, que ofrecieron mejor interfaz para navegar en Internet y más aplicaciones. La participación de mercado de BlackBerry se redujo a 2,9% en el segundo trimestre desde 4,9% en el mismo período de 2012, según IDC.
La semana pasada anunció que recortaría 4.500 puestos de trabajo y tomaría una amortización de casi US$ 1.000 millones por el inventario sin vender de los teléfonos Z10.
