Cuando el crecimiento de China perdió dinamismo, en el segundo trimestre, el mundo vio con temor la posibilidad de perder uno de sus últimos motores, especialmente las naciones emergentes, más dependientes de la demanda de materias primas del gigante asiático.
Desde entonces, sin embargo, la segunda economía a nivel mundial ha comenzado a dar señales de estabilización. Por eso, los inversionistas y autoridades de todo el planeta estarán atentos cuando Beijing informe las cifras del PIB para el tercer trimestre, este viernes (jueves por la noche, en Chile).
Según una encuesta realizada por Reuters entre 21 economistas, la proyección promedio apunta a un crecimiento de 7,8% entre julio y septiembre, frente a igual período del año pasado. Esto representa una aceleración desde el crecimiento de 7,5% que registró en el segundo trimestre e incluso por sobre el 7,7% del primero.
“Los datos económicos publicados desde principios de julio han sido en general positivos, debido principalmente a la mejora de la demanda externa y los esfuerzos del gobierno para gestionar las expectativas de crecimiento”, señaló a Reuters Ding Shuang, economista de Citi.
El gobierno ha impulsado la reactivación mediante la aceleración de sus planes de inversión en infraestructura, manteniendo el gasto en viviendas públicas y reduciendo los impuestos a las pequeñas y medianas empresas. Esto derivó en que la producción fabril alcanzara un crecimiento de 10,4% en agosto, el más alto en 17 meses, mientras que las ventas minoristas avanzaron 13,4%, su mayor ritmo de todo el año.
Punto de equilibrio
Pero más importante que el repunte del tercer trimestre, los economistas esperan que Beijing logre un ritmo de crecimiento sostenible para el largo plazo, que evite el riesgo de recalentamiento.
Beijing tiene una meta de crecimiento de 7,5% para 2013, lo que sería la tasa más baja en más de 20 años. El gobierno ha dicho en repetidas ocasiones que aceptaría un crecimiento en esa línea, ya que trata de reestructurar la economía para pasar de un crecimiento basado en la inversión, el crédito y las exportaciones, a uno cuyo foco sean los consumidores.
“Los datos registrados en septiembre sugieren que el crecimiento mes a mes parece estar moderándose y probablemente se suavicen debido a un entorno de contracción del crédito y a las restricciones fiscales locales”, explicó Ding. Esto podría traducirse en un crecimiento más lento en el cuarto trimestre.
El presidente Xi Jinping ha señalado que la desaceleración es un precio que está dispuesto a pagar ya que el gobierno ha puesto sus esfuerzos en buscar un modelo de desarrollo más sostenible.
Un crecimiento cercano a 7%, señaló el mandatario, sería suficiente “para cumplir con el objetivo oficial de duplicar el ingreso per cápita de la población para 2020”.
