Las compañías japonesas moderaron el crecimiento en su gasto de capital durante el tercer trimestre y no pudieron incrementar las exportaciones, pese a la menor fortaleza del yen, lo que contribuyó a una desaceleración económica que pone presión al gobierno del primer ministro Shinzo Abe.
El PIB se elevó a 1,9% anual, lo que estuvo por debajo del 3,8% del trimestre anterior, con el crecimiento dependiendo básicamente del gasto del gobierno y la acumulación de inventarios, informó la Oficina del Gabinete. Por otro lado, una ampliación del déficit comercial recortó 1,8 punto porcentual de crecimiento y la inversión empresarial creció sólo 0,7%, frente al 4,4% anterior.
Durante los once meses que lleva en su cargo, Abe ha buscado reenergizar a Japón tras años de deflación, y una población en descenso reduce el incentivo de los manufactureros para expandirse localmente. Las cifras de ayer muestran que la mayoría de las compañías aún se mantiene cautelosas, lo que sugiere que necesitarían más esfuerzos para incentivar a las empresas usar sus reservas de efectivo.
“Las luces de advertencias se están encendiendo para Abenomics (el plan económico de Abe). Si el yen no sigue cayendo y no se produce un claro repunte global, la recuperación de Japón estaría perdiendo su impulso”, comentó a Bloomberg el economista jefe de Citigroup en Tokio, Kiichi Murashima.
No obstante, las autoridades no han demostrado estar muy preocupadas. El ministro de Economía, Akira Amari, comentó ayer que espera un ritmo moderado de crecimiento del consumo y una sólida recuperación de las exportaciones.
La oficina del Gabinete atribuyó esta semana una caída en la confianza del consumidor a preocupaciones por los tifones y al impasse fiscal en EEUU más que a la economía doméstica. El gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, dijo la semana pasada que el país seguía en camino para alcanzar la meta de 2% de inflación.
En el caso de las exportaciones netas -envíos al exterior menos importaciones- éstas restaron 1,8 punto porcentual el crecimiento del PIB. Incluso con un yen más débil, los volúmenes de exportaciones se mantienen bajos, según un índice comercial citado por Bloomberg. El volumen de septiembre fue 1,8% más bajo que el año anterior después de una caída de la divisa de 20% respecto del dólar.
Señales positivas
Sin embargo, hay señales positivas, lo que incluye a Toyota, el mayor fabricante japonés, que este mes elevó su pronóstico anual de ganancias en 13%. La expansión económica podría rebotar este trimestre y en los primeros tres meses del próximo año a medida que los consumidores salen a comprar más, antes del alza del impuesto a las venta a partir de abril.
Al mismo tiempo, la última encuesta de confianza mostró una creciente preocupación por el costo de la vida. El informe de ayer mostró que el deflactor del PIB, una amplia medida de precios de toda la economía, cayó 0,3%, en comparación con el descenso pronosticado de 0,5%.
“Realmente se quiere un cambio de régimen” para convencer a la gente de que terminó la deflación, señaló el premio Nobel de Economía Paul Krugman a Bloomberg TV. “Para hacer ese cambio, se quiere una política donde todos los cilindros funcionen, todo esté empujando hacia la misma dirección, pero en vez de eso se tiene una política importante -el impuesto al consumo- tirando en la dirección contraria”, acotó.
