Con un gesto de alivio, el presidente Barack Obama salió a las 12:30 a anunciar a la prensa que tras una dura batalla de un mes se aprobó en ambas cámaras un acuerdo para elevar el techo de la deuda pública y desactivar así a último minuto un default en la mayor economía del mundo, que hubiera sumido al resto del planeta en una gran turbulencia.
A esa misma hora, sin embargo, el índice Standard & Poor’s 500, se hundía en una profunda picada, perdiendo en un instante más de 20 puntos. ¿Qué ocurrió?
Demócratas y Republicanos utilizaron hasta el último segundo en el reloj del juego para alcanzar un acuerdo sobre el límite de la deuda y fue tarde. El efecto positivo ya se había diluido, porque la atención de todos ahora está en las crecientes señales de debilidad económica. Ayer, fue el gasto de los consumidores, que cayó por primera vez en casi dos años. El lunes, había sido el dato de las manufacturas, que anotaron su menor avance desde julio de 2009.
Convergencia crítica
Los parlamentarios acordaron un recorte del déficit de 2,4 billones (millones de millones) durante la próxima década. La reducción del gasto va a tener un impacto en el crecimiento, aunque no muy alto. Del monto total, el primer tramo asciende a sólo US$ 917 mil millones. Y de esta cifra, la mayor parte se concentrará después de 2016. Para 2012 el recorte será de apenas US$ 21 mil millones, 0,02% de lo que el país produce en un mes.
Sin embargo, lo cierto es que después de una larga historia de excesos, la mayor economía del planeta finalmente está entrando en una fase de ahorro, y este ciclo comienza justo cuando los planes de estímulo llegan a su fin. En diciembre expira una rebaja tributaria de 2% sobre los salarios, un plan beneficios por desempleo y el programa de estímulos por US$ 830 mil millones. Según JPMorgan Chase y de Deutsche Bank, el término de estos programas restará 1,5 punto porcentual al crecimiento del próximo año.
Pero Obama reconoció que este es sólo “el primer paso” hacia la consolidación fiscal. “Durante la próxima década, habrán nuevos recortes del gasto y alzas de impuestos, y eso no es bueno para la economía”, dijo a Bloomberg Paul Dales, economista senior de Capital Economics.
En medio de este escenario, crece la preocupación de que EEUU pueda volver a una recesión. El profesor de economía de la Universidad de Harvard, Martin Feldstein, calcula que las posibilidades de que eso ocurra ahora son de 50%. “La economía se está balanceándose sobre el precipicio”, dijo Feldstein, ex presidente del NBER, que tradicionalmente ha sido el encargado de medir el comienzo y fin de las recesiones en EEUU.
El Departamento del Comercio ya había dado un fuerte golpe a las expectativas al informar el viernes que el PIB creció 1,3% en el segundo trimestre, lejos del 2,0% que esperaban los analistas, y el dato del primer trimestre fue rebajado de 1,9% a 0,4%. La recesión, por otra parte, fue más larga y profunda de lo que se creía, y la recuperación menos vigorosa.
Y pese al acuerdo, persiste el riesgo de que una rebaja en la calificación de crédito dispare los costos financieros, frenando más el crecimiento.
Calificación en duda
El recorte del déficit está lejos de los US$ 4 billones que pedían las agencias para garantizar la nota AAA de la deuda estadounidense. Ayer, las compañías dieron señales ambiguas. Fitch señaló que el riesgo de un default “sigue siendo muy bajo”, aunque insistió en que el Tesoro afronta “difíciles” disyuntivas y no descató que pueda rebajar la nota más adelante. Moody’s, por su parte, afirmó la nota AAA, pero puso la perspectiva en negativo, lo que deja abierta la posibilidad para una rebaja en los próximos meses. Y el riesgo aumentará en noviembre, cuando el comité designado por el Congreso comience a discutir la parte más fuerte del recorte, a pocos meses de las elecciones presidenciales.