Internacional
El empresario azucarero brasileño que no tiene pelos en la lengua
En 2007 increpó a la actual mandataria Dilma Rousseff. Antes, enfrentó a su mamá y a sus hermanos en tribunales.
Por: Equipo DF
Publicado: Lunes 6 de junio de 2011 a las 05:00 hrs.
Por Isabel Ramos Jeldres
La suerte le sonríe por estos días a Rubens Ometto Silveira Mello, el presidente de la empresa brasileña Cosan. La compañía firmó la semana pasada su esperado joint venture con Royal Dutch Shell, creando Raizen, el mayor procesador mundial de caña de azúcar y exportador de etanol.
Cosan subió en bolsa luego de traspasar cerca de 5.240 millones de reales (US$ 3.300 millones) en deuda a Raizen, más de lo esperado, y Ometto se aseguró una remuneración anual de 13 millones de reales por asumir como presidente del joint venture.
No es que el empresario tenga problemas de caja. Según la revista Forbes, es el 459º hombre más rico del mundo, y el 18º de Brasil, con una fortuna estimada en
US$ 2.500 millones.
Un deslenguado
Ometto, que nació hace 61 años en Piracicaba, al interior de Sao Paulo, no es un empresario tradicional, ya que antes de asumir la empresa familiar se forjó su propia carrera como ejecutivo.
En los ‘70, su primer trabajo fue como asesor de la presidencia de Unibanco, mientras aún estudiaba ingeniería industrial en la Escuela Politécnica de la Universidad de Sao Paulo. Tras abandonar Unibanco, Ometto comenzó a trabajar con José Ermirio de Moraes Filho, del Grupo Votorantim, donde llegó a ser director financiero del grupo a los 24 años.
En 1986, cuando tenía 36 años, Ometto decidió que era momento de hacerse cargo de los negocios familiares, ligados a la caña de azúcar por cuatro generaciones.
El empresario quería aunar todos los negocios en una gran empresa, con gestión profesional y bajo su dirección. Eso lo enfrentó con su mamá y hermanos en una disputa judicial que duró diez años, pero de la cual salió airoso. En un episodio que revela su personalidad, Ometto encaró a un abogado de la otra parte diciendo: “la única persona que golpea en la mesa aquí soy yo”.
Ometto es fanático de las telenovelas; le gusta su imprevisibilidad. Graba diariamente la teleserie de las 6, la de las 7 y la de las 8, para poder ver los capítulos después del trabajo. También le gustan los deportes, pero su rasgo más característico es que no tiene pelos en la lengua.
En 2007, en una reunión entre empresarios del sector y el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva, acompañado de la jefa de gabinete, Dilma Rousseff, increpó a la actual mandataria. Discutían sobre el riesgo de un nuevo apagón, y los empresarios pedían al gobierno subir el precio de venta de la energía eléctrica. Entonces, Ometto pidió la palabra: “Dilma, no he venido aquí a decirle lo que usted quiere oír, sino a decir lo que se tiene que decir: usted está pisando en el lodo, y no sabe lo que hay debajo de sus pies”.
“Rubens es el empresario más directo que conozco”, aseguró Maurilio Biagi Filho, heredero de otra de las dinastías de la caña de azúcar, a la revista Época Negócios a fines de 2007. “Como hablar con la verdad en Brasil es una falta de educación, mucha gente se molesta con su estilo”.