Contar con educación superior completa no garantiza la empleabilidad ni un trabajo ad hoc a las habilidades y conocimientos adquiridos.
Esa es una de las críticas conclusiones que se desprende de la investigación realizada por el Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP), que profundizó en la realidad laboral de los profesionales del país.
El documento, elaborado por Juan Bravo y Antonio Espinoza, director e investigador de la entidad, respectivamente, constató que dentro de este grupo -además de ir al alza el desempleo- ha ido tomando fuerza el subempleo, un fenómeno que implica tener trabajadores que, si bien se contabilizan como ocupados, no están en pleno empleo debido a una utilización insuficiente de sus competencias laborales.
Un problema que, a ojo de los académicos, debe abordarse con urgencia, por lo cual elaboraron una serie de recomendaciones.
Las recomendaciones
Como primer punto, Bravo y Espinoza enfatizaron la necesidad de elevar la capacidad de crecimiento de mediano plazo de la economía, algo que, desde su perspectiva, puede contribuir a reducir las dificultades de empleabilidad de la fuerza laboral con educación superior completa, al estimular la generación de oportunidades de empleo, incluyendo los empleos de alta calificación.
De hecho, los autores explican que el subempleo por calificaciones puede aumentar en contextos de debilitamiento de la actividad económica, debido a que muchas personas con educación superior completa toman las opciones laborales que están disponibles con tal de evitar el desempleo, aunque implique estar en un empleo para el que están sobreeducados y con subutilización de su capacidad productiva.
“En consecuencia, aunque fenómenos como el desempleo ilustrado y el subempleo por calificaciones tienen múltiples causas de carácter estructural, estos fenómenos pueden empeorar por el debilitamiento de la actividad económica”, exponen.
Otra recomendación apunta a mejorar la información que tienen las personas al momento de decidir su trayectoria profesional. Un tema en el que si bien ven avances, plantean que son insuficientes.
Así, ejemplifican lo que ocurre con el portal mifuturo.cl, una página que entrega información respecto a la empleabilidad por carrera e institución al primer y segundo año posterior a la titulación, pero que tendría “serias limitaciones a la hora de entregar información sobre el panorama laboral de cada carrera”.
Este indicador, explican, mide el porcentaje de titulados que, teniendo información sobre ingresos, obtuvieron ingresos iguales o superiores al sueldo mínimo en el primer o segundo año después de su titulación. “El primer defecto más evidente de este indicador es que no mide si el empleo es adecuado al nivel educativo que la persona obtendría al titularse de la carrera”, exponen.
Avanzar en la coordinación entre la oferta formativa y la demanda del mundo productivo es otro eje crucial para los autores para hacer frente al subempleo.
Si bien plantean que no existe una única manera en que puede ocurrir esta coordinación, los autores dicen que una fórmula es la existencia de una entidad capaz de recolectar las necesidades de la industria y traspasar dicha información a las instituciones de formación del sector educativo, “lo que facilita la elaboración de directrices respecto a los contenidos. Esto es fundamental para poder anticipar tendencias futuras y capturar el pulso de los avances debido al cambio tecnológico”.
Así, se da como ejemplo el funcionamiento de los Consejos de Competencias -instancias que funcionan en los países desarrollados-, en los que participan el Gobierno, las instituciones del sector formativo y las del sector productivo, “permitiendo el intercambio de información respecto a los requerimientos de competencias que debe dominar la fuerza laboral y así la oferta formativa se oriente a cubrirlos”, destacan.
Otro tema al que se le debe prestar atención, a juicio de los expertos, es la calidad de los programas de educación superior. Para ello, exponen que es necesario profundizar y ver si las competencias adquiridas en la educación superior son las adecuadas para lograr efectivamente la empleabilidad y satisfacer las necesidades y demandas del mercado laboral.
“En Australia se deben cumplir rigurosos estándares para que las instituciones de educación superior puedan ser acreditadas. Entre ellas, se debe cumplir que la formación que otorga sea relevante y responda a las necesidades de la industria, sus metodologías de enseñanza estén actualizadas, el cuerpo docente sea competente y tenga los conocimientos de las características actuales de la industria”, exponen en el informe.
Reconversión
Otro pilar crucial para los autores es la reconversión laboral, por los rápidos cambios del mercado laboral.
Para Bravo y Espinoza no basta con sólo generar mecanismos para una mejor elección de programas de estudio de educación superior, puesto que, al momento de postular o egresar de una determinada carrera, la decisión de qué estudiar haya sido “correcta” dadas las circunstancias del momento, pero posteriormente las circunstancias pueden cambiar, especialmente ante las diversas transformaciones del mercado laboral.
Además de diseñar adecuadamente programas de reconversión laboral, los autores sostienen que es esencial diseñar una arquitectura institucional que facilite las transiciones laborales y los procesos de reconversión, de modo de evitar que las dificultades de empleabilidad que enfrentan ciertos segmentos de egresados se vuelvan crónicos.
“En Chile se han realizado esfuerzos parciales con miras a este fin, pero no se ha logrado concretar un Marco Nacional de Cualificaciones. La generación de un Marco Nacional de Cualificaciones para Chile podría contribuir a los procesos de reconversión laboral, reduciendo los costos de los procesos de reorientación laboral y, de esta forma, a combatir fenómenos como el desempleo ilustrado y el subempleo por calificaciones”, exponen.
Por último, Bravo y Espinoza plantean la relevancia de estimular el autoempleo de alta calificación.
Según explican, una persona que está en el desempleo ilustrado o en subempleo por calificaciones no necesariamente debe insertarse en un empleo asalariado formal de alta calificación, “también puede transitar hacia un empleo independiente de alta calificación, en donde utilice sus habilidades, conocimientos y formación académica como motor para crear sus propios emprendimientos, en condiciones de formalidad y en proyectos de elevado valor agregado”.