Internacional
El rey del chip se despide sin triunfar en la era móvil
Fue el primer economista en ocupar el máximo cargo y consolidó el liderazgo de la firma en la era PC.
Por: Equipo DF
Publicado: Lunes 17 de diciembre de 2012 a las 05:00 hrs.
En sus 45 años de historia, Intel tan sólo ha tenido cinco directores ejecutivos. El último, Paul Otellini, ha llevado las riendas del mayor fabricante de chips durante los últimos siete años. Sin embargo, en noviembre anunció que abandonará el grupo en mayo de 2013. Su alejamiento se produce en un momento complicado, marcado por el fin de la era PC, donde Intel ha sido el líder sin discusión, y el comienzo del reinado de los dispositivos móviles, donde el grupo no se ha movido con rapidez. Otellini espera que Intel mantenga la tradición y busque su sustituto dentro de la compañía. Él desarrolló toda su carrera profesional entre los chips de Intel, donde ha permanecido casi cuatro décadas.
Licenciado en Economía de la Universidad de San Francisco, aterrizó en Intel con tan sólo 24 años, tras cursar un MBA en la Universidad de California.
Diplomático y tranquilo, su estilo ha roto esquemas en una empresa que había crecido bajo la cultura del “sólo los paranoicos sobreviven” que había implantado el carismático Andrew Growe, a quien siempre le gustó buscar la confrontación entre sus ejecutivos.
Otellini fue el primer economista al frente de la multinacional estadounidense, que siempre había estado dirigida por ingenieros. Director de operaciones desde 2002, él fue era el favorito para suceder a Craig Barret.
Lo avalaba su larga trayectoria en la compañía, donde había asumido responsabilidades de productos, ventas y marketing. Como director de procesadores, fue el máximo responsable de uno de los mayores éxitos de la compañía: el lanzamiento de la familia Pentium en 1993.
Más allá del PC
Cuando ascendió al puesto de CEO de Intel, decidió que la compañía debía diversificarse y llevar sus procesadores más allá del PC, desde la electrónica de consumo hasta el entorno sanitario. Sin embargo, no se subió a tiempo al tren de los dispositivos móviles, dejando el terreno libre a competidores como el fabricante ARM.
Otellini también fue el responsable de otro gran cambio en la historia de Intel: en vez de centrarse exclusivamente en hacer chips cada vez más rápidos y potentes, decidió que los procesadores deberían incluir nuevas capacidades, desde aspectos relativos a la seguridad hasta conectividad.
Tuvo que vencer muchas reticencias para convencer a su equipo directivo.
El ejecutivo, que fue capaz de frenar los ataques de su rival AMD en el entorno de los PC, también logró que Apple se decantara por Intel en sus portátiles y Macintosh.
Durante su etapa al frente de la firma, el gigante de los procesadores ha generado US$ 107.000 millones de flujo de caja operativo y ha retribuido a los accionistas con US$ 23.500 millones en dividendos. Actualmente, Intel sigue siendo un gigante con una capitalización bursátil que ronda los
US$ 100.000 millones. En el tercer trimestre, la compañía anunció su primer descenso en la facturación en doce trimestres.